Crónica Sonorama 2022 | Las emociones más intensas vuelven a recorrer Aranda

Sonorama Ribera volvió por todo lo alto para celebrar su 25 aniversario, en una inolvidable edición con C. Tangana como gran reclamo y con multitud de sorpresas tanto en el recinto principal como en las plazas de Aranda de Duero.

Había muchas ganas de volver a Aranda de Duero para un festival tan especial y querido como el Sonorama Ribera, teniendo en cuenta que habían pasado tres años desde su última edición “normal” y que además se celebraba el 25 aniversario. Y Sonorama no defraudó, con una variedad inmensa de grandes artistas y multitud de sorpresas.

Según datos de la organización, esta edición ha establecido un nuevo récord de asistencia, con un total de 140.000 personas a lo largo de sus 5 jornadas. El día con más afluencia fue el sábado, en gran parte por el concierto de C. Tangana, una de las mayores estrellas del panorama musical actual en España.

 

Tangana triunfa en Aranda

Tras el tremendo éxito del disco “El Madrileño”, C. Tangana actuaba en el festival como parte de su gira “Sin Cantar Ni Afinar Tour”, en la que sale al escenario arropado por un gran número de excelentes músicos y un espectáculo con muchos elementos teatrales. Alrededor de unas mesas se sentaban Tangana y otros grandes artistas como Niño de Elche y Antonio Carmona, entre otros, al estilo “sobremesa” del famoso vídeo de “Tiny Desk”, mientras un camarero que formaba parte del show les iba llevando bebidas.

Un gran despliegue centrado por los temas del mencionado álbum como “Tú Me Dejaste de Querer”, “Demasiadas Mujeres”, “Ingobernable” o “Los Tontos”, que tocan estilos variados como la rumba y el flamenco, pero también con momentazos de más puro rap y trap como cuando se subió a la mesa para rapear “Tranquilísimo”.

Quizás a muchos amantes del indie que suelen ir al Sonorama no les terminó de convencer esta propuesta como gran cabeza de cartel, pero también es probable que buena parte de ellos acabasen gratamente sorprendidos por la gran puesta en escena y la calidad musical del show.

Un Concierto 25 Aniversario lleno de sorpresas

Justo después de C. Tangana, llegaba otro de los momentos más memorables del festival en el escenario de al lado: el Concierto 25 Aniversario. Una actuación comandada por el productor y músico Charlie Bautista, en el que todos esperaban ver muchas apariciones sorpresa de artistas conocidos, y así fue.

La banda formada para el aniversario interpretó temas muy relevantes de la historia musical de nuestro país, con diversos artistas que se iban subiendo al escenario para darles voz. Por ejemplo, Xoel López cantó la mítica “Que No” de su viejo proyecto Deluxe, Mikel Erentxun hizo lo propio con un par de sus clásicos, y artistas como Alberto Jiménez de Miss Caffeina, Antonio García de Arde Bogotá, Dani Fernández y Marisa Valle Rosa nos brindaron versiones de Supersubmarina, Love of Lesbian, Los Planetas y Vetusta Morla, entre otros grandes momentos.

Sin embargo, la mayor sorpresa de todas llegó cuando apareció el periodista Jordi Évole, que se atrevió a coger el micrófono para cantar de forma bastante digna y festiva el “Emborracharme” de Lori Meyers. Al final, todos volvieron a salir al escenario para cantar al unísono “Grita” de Jarabe de Palo, en un gran homenaje al fallecido Pau Donés, quien concedió su última entrevista al propio Évole.

Lo cierto es que el listón estaba alto porque muchos guardaban un gran recuerdo del fenomenal Concierto 20 Aniversario de hace cinco años, que quizás fue aún más memorable, pero hay que decir que este del 25 Aniversario también cumplió y dejó grandes momentos.

Hubo muchas más sorpresas a lo largo del festival, claro. El día anterior, todo el mundo se preguntaba qué sería ese Regalo 25 Aniversario que aparecía en los horarios. En una entrevista previa, Javier Ajenjo (director de Sonorama) había asegurado que era “como tener en tu equipo a Cristiano Ronaldo y decir que no le tienes, y que de repente salga a jugar”. Al final, Cristiano Ronaldo resultó ser Leiva, sin duda un referente que dio un estupendo concierto de rock, aunque quizás la gente esperaba algo aún más especial, como por ejemplo una reunión de algún grupo mítico.

Plaza del Trigo, el corazón de Sonorama

Como no podía ser de otra forma, también hubo sorpresas, y algunas de ellas muy convincentes, en la Plaza del Trigo. Este espacio del centro de Aranda se ha convertido en el más emblemático del Sonorama, pese a no estar en el recinto principal y a que su programación se desarrolle entre la mañana y la primera hora de la tarde.

A los conciertos que ya se conocían de antemano, como los de Ginebras, Niña Polaca o Sexy Zebras, todos ellos una explosión de euforia, se sumaron sorpresas tan agradables como La Habitación Roja y Xoel López, este último en formato solo. Más decepcionante fue cuando aparecieron Izal: por si no resultasen suficientemente cansinos a estas alturas, ya habíamos tenido que soportarlos la noche antes en el recinto principal.

La Plaza del Trigo no fue la única del pueblo donde se llevaron a cabo conciertos interesantes, y por ejemplo en la Plaza de la Sal destacó Cora Yako, uno de los grupos jóvenes más prometedores del momento.

Future Islands, el mejor grupo internacional del festival

La programación de Sonorama era principalmente nacional, pero también había algunos artistas internacionales. Entre ellos, tal como era de esperar, lo mejor fue sin duda la banda estadounidense de synth-pop Future Islands, con un cantante Samuel T. Herring que dotó de gran emoción a cada una de las canciones, moviéndose sin parar de un lado al otro del escenario, lanzándose al suelo, haciendo cambios en su registro de voz, etc. Todo un showman del más alto carisma, y por supuesto con un repertorio excelente.

Con menos pretensiones pero también una fórmula muy efectista, los serbios Emir Kusturica & The No Smoking Orchestra supieron hacer bailar a la gente con su balkan desenfrenado. Menos calaron los irlandeses Kodaline, cuyo indie folk rock llegó a hacerse un poco aburrido, además de poco apropiado para uno de los escenarios principales de noche.

Abundancia de grandes artistas en el recinto principal

Por lo demás, y volviendo a la música nacional, el recinto principal nos dejó un sinfín de momentos para recordar, como el rock con amplio bagaje de Loquillo, Coque Malla y Rulo y la Contrabanda; el indie pop de referencia de Dorian, La Casa Azul, Shinova y Dancetería (unión de Varry Brava y Miss Caffeina); nombres emblemáticos de nuestra historia cuya propuesta aún funciona sobre el escenario como Celtas Cortos o Los Secretos; o la música desenfadada de Ladilla Rusa, que con su formato banda más currado resultaron más sólidos y convincentes que nunca.

Entre lo más destacado también estuvo el pop-rock psicodélico de Rufus T. Firefly y Ángel Stanich (en el concierto de este último también salió como invitado especial Mikel Erentxun, que además tenía su propio concierto); Amaia cantando de maravilla sus nuevas canciones incluyendo su versión del “Santos Que Yo Te Pinte” de Los Planetas; o la fiesta de la música fusión de Fuel Fandango con una Nita pletórica.

Tampoco podemos olvidarnos de Rozalén, que actuaba como cabeza de cartel de la primera jornada principal y cumplió su cometido interpretando con acierto sus temas más conocidos, además de realizar un alegato contra la despoblación que cala especialmente hondo en una región como Castilla y León. Otros que volvieron a convencer fueron La M.O.D.A., habituales del festival que jugaban en casa (son de Burgos), y que alternaron canciones de su nuevo álbum “Nuevo Cancionero Burgalés” con sus ya grandes clásicos, con la misma energía y fuerza de siempre. Por último, comentamos lo mejor: Triángulo de Amor Bizarro, que como no podía ser de otra manera ofreció uno de los conciertos de mayor nivel del festival con un directo arrollador en el que desplegaron sus extraordinarios sonidos de rock, pop y post-punk.

Volvieron a ser unos días especiales en Aranda de Duero. En líneas generales, el festival cumplió las expectativas y vivimos una experiencia mágica como las de antes de la pandemia, o incluso aún más completa. Además, todo ello en una localidad tan encantadora como esta, en la que la gastronomía y el vino forman una parte muy importante de la experiencia.

Texto: Roberto Ruiz Anderson

Fotos: Sonorama Ribera (Jacobo Revenga y Rodrigo Mena Ruiz)