Nick Murphy (Sala La Riviera, Madrid)
Muchos ya intuíamos que Nick Murphy no era un artista cualquiera. Ya no es el mismo que hace 5 años deslumbró al mundo, cuando todavía se hacía llamada Chet Faker, con su aclamado disco debut, Built on Glass, tampoco el nuevo referente hipster a venerar – que reniega de todo su pasado y coquetea con los estilos de moda – que muchos suscriptores de Pitchfork pudiesen desear. Murphy es un artista difícil de definir en pocas palabras.
El pasado viernes en la Riviera vimos a un artista en plena madurez pese a contar con una escueta discografía a sus espaldas – presentaba su segundo LP hasta la fecha -. Su autosuficiencia encima de un escenario, su capacidad de atrapar al asistente en sus shows dentro de una misma atmósfera y su talento compositivo le convierten en uno de los artistas más interesantes del momento.
El show no defraudó y apenas tuvimos que esperar una canción para disfrutar de uno de sus temas más conocidos, Gold, que la barba aussie tan bien interpreta en directo, acompañado de batería, bajo y teclados. Era evidente que era uno de los momentos más esperados por el público que abarrotó la sala madrileña.
Durante su setlist no dudó en enlazar clásicos de su discografía con cortes de su nuevo álbum, Run Fast Sleep Naked, un trabajo que supone un giro hacia sonidos más alegres y bailables. Así, 1998 fue el preludio de Harry Takes Drugs On the Weekend, donde vimos la versión más festiva del atormentado artista de Melbourne, situación que se volvió a reeditar en Yeah I Care. Tampoco faltaron composiciones de Work – aquel EP lleno de colaboraciones junto al dj Marcus Marr – como la popera The Trouble With Us, que tanto nos recuerda a Daft Punk, o la experimental Birthday Card, donde Murphy coquetea con su faceta más electrónica.
En I´m Into You se volvieron a vislumbrar alguna que otra lagrimita entre las primeras filas del público, en un tema que bien podría ser la BSO del polvo de aquella noche. Con Believe Me, le vimos lucirse en el piano y con Talk Is Cheap – otro clásico de su repertorio – posiblemente vivimos el momento más mágico de la noche, ese momento de perfecta comunión entre público y artista, que nos atrapa y deseamos que se extienda el mayor tiempo posible mientras cantamos el estribillo una y otra vez.
Apenas llevábamos una hora de concierto, pero todavía faltaban los bises. Dangerous primero, y la esperadísima Sanity después cerraron un breve pero intenso concierto de Nick Murphy en Madrid.
Texto: @Bricepinkfloyd