‘Treasure House’: Un aceptable segundo disco de Cat’s Eyes

Contando con que sólo Gainsbourg puede hacer canciones Gainsbourg (y todo intento de imitarlo suele sonar ridículo), Faris Badwan y Rachel Zeffira han hecho las cosas bien y dotan a esa fórmula primigenia de un sonido propio, formado por influencias tan dispares como el punk experimental que ya acometía Badwan con The Horrors, el pop británico más Belle & Sebastian, la chanson francesa o el rock electrónico post Primal Scream.

Por lo demás, ‘Treasure House’ es mucho mejor disco que el primero del dúo, aun sin aportar nada nuevo. Es, por decirlo claramente, mucho menos aburrido que el primero. Badwan y Zeffira han hecho un álbum más bailable y con más punk experimental, de ese que constituye el alma mater de Faris. La joya del disco es ‘Standoff’: mola muchísimo y no hay otra manera de describirla mejor. Bueno, sí: que parece de The Horrors. Lo que más me atrae del disco es la dualidad que presenta, la diferencia patente entre los temas a los que pone voz Badwan y aquellos protagonizados por la preciosa voz de Zeffira, aunque eso también puede ser un arma de doble filo; a veces pareces estar escuchando dos discos distintos.

A título personal, los temas que canta Faris me gustan mucho más que el resto, me parecen más complejos y mejor hechos; la mayoría de los otros temas me parecen mortalmente aburridos.

En conclusión, estamos ante un disco muy bueno desde el punto de vista experimental. Han dado con su propio sonido y además este disco es un ejemplo perfecto de lo que significa el avant rock. En fin, una servidora quitaría algunos temas (‘Everything moves towards the sun’ y ‘Girl in the room’, por ejemplo) para hacer de él un disco algo más movido. Pero eso es algo totalmente subjetivo.