Y con Elvis se hizo la luz

Asunto peliagudo hablar de una persona que revolucionó el rock en el siglo XX, camaradas madafackas. Un artista que alcanzó la categoría de inmortal gracias a su inigualable legado y el shock que su aparición causó en la siempre conservadora sociedad americana, que pronto giró la vista a un fenómeno que sucedía en Memphis a comienzos de los 50, donde un joven rocker fusionaba de forma única la música de raíces negras con el rock and roll más clásico.

Qué se puede decir del solista que más discos ha vendido a lo largo de su historia (muriendo a los 42 años), que provocó incluso reacciones airadas de ridículos predicadores y del emblema americano Sinatra por sus irreverentes movimientos que supuestamente eran nocivos para la inocente juventud yanqui. Una leyenda que tenía un tipo a su cargo solo para darle toallas en el escenario, con una majestuosa mansión donde había una fuente de Cocacola y donde un imberbe Springsteen intentó entrar sin éxito para ver a su héroe de juventud.

Muy complicado analizar al hombre que cambió la música popular para siempre, al que el gran Jerry Lee Lewis intentó matar llevando una pistola a su mansión, sitio donde en su etapa más delirante llevaba a putas para recitarles pasajes de la Biblia (obviando el sexo, of course). A estas alturas del cuento suena ridículo poner en duda la influencia brutal de este icono en la evolución del rock, aunque incluso grandes como el propio Sinatra le considerase tóxico y con poco valor musical. Fuera gorros madafackas, Elvis Aaron Presley, el fucking king!!!

Nacido en Tupelo, Misisipi(1935), la familia del joven Elvis pronto se trasladó a Memphis, ciudad en permanente ebullición donde la música se convierte pronto en su sueño y “leit motiv”, aunque no fue hasta 1955 cuando después de pequeños escarceos con músicos locales firma su primer contrato con RCA, ya de la mano del misterioso y polémico manager que guiaría con puño de hierro su carrera, el denominado “Coronel” Parker. Aunque sus apariciones ya empezaban a causar revuelo entre los jóvenes, 1956 significó la explosión del prometedor Elvis al grabar la excepcional Heartbreak Hotel, tema que elevó a los altares inmediatamente al rocker de Tupelo. El avispado Parker adivinó el filón y se puso manos a la obra: apariciones televisivas en “prime time” de su pupilo y contrato con la Paramount para que Elvis diera el salto también al celuloide, además de la grabación de otro exitazo como Love Me Tender.

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Elvis ya es un referente entre la juventud y los amantes del rock and roll, aunque algunos medios ridiculizan su peculiar puesta en escena apodándole “Pelvis” de forma despectiva y sin reconocer su valor musical, detalles que convencen a Parker de que la llamada a filas en 1958 será positiva para que vean a Elvis como una persona común y cercana, alejada de los privilegios del “star system”. Durante los dos años de servicio militar – que realiza en Alemania -, Presley sigue siendo noticia en su país gracias a la astucia del “Coronel”: deja grabados varios singles y filtra las actividades del “Rey”en Alemania a la prensa para mantener informados a la legión de fans que Elvis ya ha seducido de forma absoluta, todo ello aderezado con el éxito de sus películas que contenían algunos de sus inmortales temas.

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Durante el servicio militar Elvis conoce a la hija de una capitán de las fuerzas aéreas que posteriormente marcaría su vida personal, la bellísima Priscilla, aunque no sería hasta 1967 cuando formalizarían la relación casándose, conviviendo desde 1962 en la mítica Graceland que el Rey del rock había adquirido como casa familiar poco antes de su llegada al ejército, debido a la imposibilidad de seguir viviendo en el rancho de sus padres por el tremendo acoso diario de sus ya miles de admiradores, sobretodo el sector femenino que desataba una histeria colectiva en cada una de sus apariciones. Al volver a los States en 1960 las ventas de sus trabajos se disparan y alcanzan cifras récord, aunque su manager enfoca más su carrera a grabar películas y bandas sonoras, dejando un poco de lado las giras pero rompiendo como número uno varias veces los charts con su estilo ya consolidado, mezcla del rock clásico de raíces negras y un cierto acercamiento a las baladas del estilo “crooner”como las de su admirado Dean Martin. Una leyenda que persiguió al mito durante su impresionante carrera fue la de racista, asunto que él siempre desmintió afirmando que entre sus ídolos se encontraban por ejemplo John Lee Hooker y B.B. King y que él había crecido admirando el góspel y el blues entre otros géneros. Aún así, la polémica siempre ha existido y grupos rap como Public Enemy han llamado directamente racista a Elvis en temas como Fight The Power.

La segunda mitad de los 60 no fue nada fácil para Elvis, debido a la explosión entre otros de los Beatles y su alejamiento de los escenarios, aunque pelis como Viva las Vegas y Girls,Girls,Girls le mantenían en el candelero. Elvis nunca se encontró del todo cómodo en el mundo del cine y los actores siempre le miraban con recelo, como un intruso que ocupaba su puesto y que encima ganaba mucho más que ellos. Temas como Jailhouse Rock o la extraordinaria Viva Las Vegas seguían alimentando la fama del cantante de Tupelo, pero mucha gente ya lo veía como alguien del pasado y “demodé”, gracias a los largos años que pasó alejado del contacto directo con su público o de plató en plató solamente por los designios del férreo “Coronel”: Parker siempre evitó que su apoderado realizara giras fuera de sus dominios americanos, parece ser que por cuentas pendientes que el controvertido manager tenía por Europa, lo que hizo que Elvis se alejara de la realidad y se encerrara en su querida Graceland con Priscilla cuando no estaba actuando.

1968 fue un año esencial en la carrera del Rey, una especie de resurrección antológica en unos tiempos dominados por nuevos iconos como Hendrix, The Doors, los Beach Boys y la invasión británica de Beatles y Stones. Elvis hacía más de 7 años que no actuaba en conciertos y el público en general ya no le veía como alguien rompedor y actual, más bien como una reliquia que había visto pasar sus mejores años en pelis intrascendentes y nada peligroso como otrora para el “establishment”. Todo eso cambió con el especial de televisión “Comeback Special”, mostrando a un pletórico Elvis con su característico tupé y sonando más potente que nunca, sorprendiendo a la encandilada audiencia y reforzando el aura de mito ante nuevas generaciones que descubrían a un demoledor animal escénico. Canciones como Can’t Help Falling In Love, Hount Dog, Blue Christmas o Heartbreak Hotel sonaban perfectas y volvían a poner a Elvis en primera línea de la popularidad, teniendo en 1969 un clamoroso éxito con la grabación de uno de los temas preferidos de sus millones de seguidores, Suspicious Minds, y llevándole a una exitosa gira con parada estable en la ciudad del juego, Las Vegas.

Ya en los 70 vuelve a hacer historia con el primer concierto televisado a nivel mundial por vía satélite, convirtiendo Aloha From Hawaii (1973) en un referente mundial absoluto a Elvis de la mano de clásicos como My Way, Johnny B. Goode o Blue Suede Shoes, siendo visto por más de mil millones de personas y consiguiendo décadas después un quíntuple álbum de platino con la edición del disco.

Coincidiendo con la separación de Priscilla se produce la controvertida etapa final de Elvis en Las Vegas, con un evidente deterioro físico y mental tras muchos años de adicción a las pastillas y desvanecimientos en varias actuaciones, situación que no es óbice para que miles de fans adoren esa etapa por sus inigualables trajes con lentejuelas y el carisma brutal que a pesar de su degradación seguía manteniendo, aunque en algunas de sus actuaciones postreras se dedicara casi a monólogos esperpénticos con la audiencia. Unos años antes había protagonizado una surrealista anécdota con Nixon, cuando el gran Rey ni corto ni perezoso se presentó en la Casa Blanca (seguramente hasta arriba de pastillas) reclamando una placa de narcóticos para poder ejercer de agente y poder influir en lo que él pensaba que era uno de los grandes problemas de la juventud americana en plena explosión del hippismo y las revueltas sociales,las drogas. El sorprendido Presidente accedió a la extraña petición debido a su baja popularidad por la guerra del Vietnam, pensando que un ídolo de masas como Elvis podría ser una buena publicidad para él en aquel complicado embrollo.

En 1977 su corazón no aguantó más y fallece de un infarto, seguramente debido a tantos años de dependencia de todo tipo de drogas “legales”que le llevaron a un declive físico muy alejado de la inmortal estampa de los mejores años del Rey (casi pesaba los 115 kilos al morir). Su muerte fue un shock para los millones de seguidores de Elvis en el mundo y cerca de 80.000 personas pasaron por Graceland para darle el último adiós, dejando un legado impresionante a sus 42 años y siendo considerado de inmediato como el gran propulsor de la música rock sin lugar a dudas, a pesar de haber sido contemporáneo de otros grandes como Johnny Cash, Buddy Holly o Chuck Berry entre otros.web-elvis-rex

Actualmente Graceland es un centro de peregrinación obligado para fans y curiosos donde se puede ver la tumba familiar donde descansan los restos de Elvis, sus padres y el hermano gemelo muerto al nacer, además de cientos de discos y objetos del cantante que hacen las delicias de los visitantes (coches y aviones privados inclusive).

Para finalizar este merecido homenaje al cantante más popular de la historia recordaremos a los “impersonators”, curiosos personajes que dedican su vida a adorar a su particular Dios y que se visten como el grandioso Rey, llegando a actuar en convenciones y diferentes espectáculos relacionados con Elvis, desgranando de forma sorprendente sus canciones (el mexicano El Vez quizás sea el máximo exponente, aunque adaptado a su influencia latina). Además, durante el extraño matrimonio de la hija de Presley con el malogrado Michael Jackson se puso de moda en USA un muñeco que se levantaba de su ataúd y preguntaba indignado a Lisa Marie que con quién se había casado.

Elvis en su estado puro, madafackas!!!

Guillermo Caridad

Loser catalano-galego de extrarradio. Influenciado por The Doors, NIN, los clásicos de Seattle y The Cult. Lo más destacado de mi currículum es que en un año fui a tres bodas en la tropical y querida Polonia. Menos Coelho y más Bukowski, joder!!!