Crónica L.E.V. Festival 2023

L.E.V. Festival (Laboratorio de Electrónica Visual)

Lugar/Organizador: Matadero Madrid
Festival de Electrónica Visual y Realidades Extendidas
Fecha: 21-24 Septiembre

 

A principios de este otoño, hemos tenido el privilegio de asistir al L.E.V., uno de los festivales más importantes de música electrónica y arte futurista en España. Dentro del amplio recinto Matadero Madrid, donde se viene realizando todos estos últimos años, Madafackismo Underground asistió por primera vez a este festival que se celebra de forma casi simultánea, poco más de cuatro meses de diferencia, tanto en Asturias, ciudad de donde proviene, como en Madrid, donde ha sido y es, un festival fijo ya, en la gran ciudad central, después de sus cinco años consecutivos. Centrados, como estamos, en este magazín, principalmente, en el arte musical, comenzaremos hablando sobre música, y lo que fue la intensa y sorprendente carta de presentación del jueves del festival L.E.V.

Jueves 21

El primer concierto del festival, fue el de la jiennense Rocío Guzmán, junto a las ‘dada machines’ de asistente musical, Manu Prieto, y es que había mucho de dadaísmo en el arte de esta andaluza, con un sentido del humor extraño, y surrealista, que daba pie a una risa seria, y a la atenta mirada que provocaba su mágico arte irrigado de sincera vanguardia, que no hizo más que sorprendernos, por lo imprevisible ya no de una canción a otra, sino de la mutabilidad en la propia composición.

Bajo luces rojas, Rocío Guzmán, presentaba al público asistente, canciones de su primer lp ‘Sonada’, con tonadas como ‘Rumbita del Tarareo’ donde cantaba cosas como: ‘Tú, esqueleto de la noche que bailando a mi espalda me quitas la sombra’, nos podemos hacer una idea, con testimonios así, de la profundidad y espiritualidad de las tierras lorquianas, y del genuino sonido de la vanguardia flamenca que pudimos escuchar. En canciones como ‘El Verano’, habían samplers de mantras tibetanos, y la voz de Rocío parecía de otra persona, que ya no provenía del Sur de España, ‘En esta tierra extraña plantaremos cuervos’ cantaba en esta canción dedicada a un ardoroso verano, que fue el peor de todos los infiernos, vestida con un estrambótico bikini, y ejercitando a lo largo del concierto, registros vocales entre una imposible copla y casi hasta ópera.

Alzaba el cable del micro en alto, como si fuera una espada, con unas imágenes cálidas de montañas como fondo, cantando con la boca cerrada con una luna gigantesca detrás, lo que se conoce comúnmente como una superluna, y tocando, además, un largo teclado Yamaha Motif8 con una chaqueta rosa puesta, nos la pudimos encontrar. Uno de los momentos, digamos, más delirantes del concierto fue propiciado por la canción ‘Chándal’, un tema dedicado a la indumentaria deportiva llevada por algún ser amado, una música anacrónica entre medieval y urbanita que dio lugar a ‘¡Oh!, He Sufrido de Más’, hondo pesar flamenco, muy en la línea de otro de sus temas, como fue ‘Cal Viva’, donde hizo esplendor de su cante, con recitados como ‘Quien apagara mi fuego, me quita la vía…’. En temas tan melancólicos, como ‘He sufrido de más’ le dijo al micro ‘Ven, con mami’, siempre quitándole hierro al asunto, con ese desparpajo y simpatía andaluza que le caracterizaban sobre el escenario.

Finalmente, Rocío, nos dijo, que se despedía por peteneras, con un tema compungido entre quejíos donde cantaba ‘He visto llorar un niño en un camposanto’, canción donde fue subiendo la energía para despedirse en plan festiva; en lo que fue un excepcional concierto, de grandes dotes artísticas, que superó expectativas, para el que creyera que se trataba de algo más naif, a raíz de su hit ‘Chándal’.

El segundo concierto de la noche, fue el de la ucraniana, Katarina Gryvul con el peruano Alex Guevara, con una mezcla de las antípodas como esta, solo se puede extraer una solución alquímica insólita, y así fue, el espectáculo, uno de los más oscuros del festival, fraguado en parte como purificación espiritual de la vocalista, al presenciar en primera persona una guerra, la actual de Ucrania – Rusia, hacen perfectamente comprensible, lo infernal de la puesta en escena, a base de gritos, alaridos, aullidos y ulules varios, de Katarina Gryvul, todos ellos desde una composición interna, estudiada y armonizada, que hicieron del espectáculo un auténtico ritual; ataviada con un traje de punto con capucha, y cubierta sin que se le vieran los ojos, fue adentrándonos en una oscura confusión que no resultaba dolorosa, sino más bien asombrosa, gritos ahogados, ambientes umbrosos, y una pantalla con un cubo negro e iluminado sobre sus cabezas, hacían que la propuesta fuera sobrecogedora y emocionante.

Por momentos, recordé a la israelí, Meira Asher, al tener como eje central el horror de la guerra de su país, y exorcizarlo a través de cantos agónicos y lamentos. Katarina que se descubrió de su capucha de druida, para mostrar el pelo lleno de cadenas, siguió utilizando ordenadores, junto a su compañero Alex Guevara. Sentado sobre un altavoz horizontal, a ras de suelo, pude disfrutar de unas imágenes de ceniza cósmica y unos graves atronadores que me recorrían la sangre. Onomatopeyas expelidas por el micrófono se sumaban a otras vocales cacofónicas a modo de sample, en un pandemónium de voces y glitchs erróneos. Entre la dispersión sonora, y algunos destellos de luz, pudimos observar un traje semitransparente y grandes anillos plateados agarrando el micro, para el tramo final del concierto, el ritmo elevó algo la velocidad, los profundos beats y la sinergia de ambos artistas, terminarían con extraños cantos de Katarina Gryvul, entre lo religioso y lo extraterrestre.

El último concierto de la noche del jueves, fue el del francés de origen africano, Kirikoo Des, conocido artísticamente como NSDOS, en honor al antiguo sistema operativo MS-2, que es lo que parecía tener de fondo el artista, un código alfanumérico de MS2 funcionando de forma aleatoria, tras el ritualismo anterior, ahora vendría algo de aparente calma, ya que a medida que la noche avanzaba, el ordenador del llamado “hacker del techno” se iba transformando en otros instrumentos, lo que al principio sonó como un piano, fue sonando más tarde a drum ‘n’n bass, en un ordenador que estaba vivo, pues se le podía ver cómo fluían las corrientes de energía eléctrica a través de él, en diferentes colores – luz, como verdes, azules o rojos. Enchaquetado el artista con sensores de movimiento, como si fuera una camisa de fuerza, NS2, bailaba y se agitaba, bajándose con frecuencia del escenario, moviendo los sonidos que se podían ver reflejados con códigos en la pantalla, accionándolos con sus gestos, que estaban conectados al ordenador, a través de unos velcros y unos pies de gato con los que iba ataviado.

Para enorme gozo de los asistentes, la música fue subiendo de intensidad paulatinamente, hasta que inevitablemente estalló, en un ritmo contagioso y contundente, lo que produjo que toda la sala de Central de Diseño se desmelenase a bailar, hasta el final mismo del concierto. NS2 se paseó entre el público para que tocasen sus sensores, que llevaba entre pecho y espalda, la música era frenética, uno de los grandes momentos de la noche, se relajaría luego un poco, mientras admirábamos unas imágenes de metacrilato líquido y minerales varios de otros planetas, pero tras la calma volvió el ciclo de la tormenta, y comenzó de nuevo la vorágine del baile.

Viernes 22

El viernes era un día fuerte, pues tocaba un pionero de la IDM, tanto dentro como fuera de Alemania, el colectivo Oval, que con los años quedaría reducido a solista, pero este concierto se solapaba con otro peso pesado, con el del ruso Ivan Pavlov de COH, que antaño tuvo un grupo con el desaparecido, Peter Christopherson de los seminales, místicos y revolucionarios Coil, Psychic TV y Throbbing Gristle, nada menos, el proyecto que tuvo con Pavlov, este terrorista mental y auditivo, se llamó SoiSong, pero como la vida son elecciones, decidimos ir al concierto de Coh, que iba acompañado, además, del italiano Abul Mogard.

Para hacernos una idea, de la frecuencia fantasma, que realizaban estos artistas sonoros, recuerdo una chica que estaba en el suelo, y se dio la vuelta para mirarme riéndose, debido a que la frecuencia divina, estaba haciendo algún efecto en su cuerpo; al parecer. Las columnas visuales, de carácter vibracional, también se encuentran entre lo más reseñable de este concierto.

El siguiente concierto, fue el del notable compositor francés, de origen árabe, Joakim, que en esta ocasión, vino como músico ambientalista, para un film que musicalizó en directo, metido ocultamente entre el público, se proyectó un documental de tintes naturistas en clave futurista, llamado “Second Nature”, Joakim, es el creador de ese delicioso álbum electrónico con mucho leftfield del año 2006, llamado “Monsters & Silly Songs” que terminaría reeditando al año siguiente el eminente sello “K7!”. Volviendo al film ,y a la música extradiegética de Joakim, habría que citar las texturas cautivadoras de las imágenes, con una Mantis Religiosa bajo la lluvia, unos ojos vueltos del revés como en un oscuro trance, u observar una tormenta nocturna con sus colores púrpuras y negros, entre rayos y centellas, por citar unos pocos ejemplos. Todo un gran trabajo realizado para despertar nuestra consciencia tan responsable en unio mystica con la naturaleza.

Un amigo me recomendó que fuera a la Nave 16, y así hice, atravesando la exposición inmersiva sobre los últimos días de Pompeya, pues la Nave 16 es expuesta como el Centro de Experiencias Inmersivas, llegué así, a una sala gigantesca, donde había una osamenta mastodóntica de un dinosario, la verdad es que era una experiencia apabullante, en lo que se asemejaba al viaje interior de un cuerpo, no sé si humano, algo me decía que no, con unos subtítulos que rezaban “The Awakened One”, toda una llamada espiritual al despertar de este gran sueño que es la vida material con sus luchas de dominios, y de reconocimientos de egos, “Los Dioses Quieren Gente Libre” era otra de las muchas frases, que se iban metiendo dentro de nuestra psique, un armazón eléctrico sostenido en una columna vertebral sin cuerpo, parecía mandar pulsaciones al centro del universo desde el páramo abandonado en el que se encontraba. Todo esto visualizado en unas imágenes de varios metros de altura por muchos metros más de ancho.

De la seguro más que interesante propuesta del escocés, Konx-Om-pax, no pudimos dejar constancia, ya que estábamos abstraídos con las proyecciones de la Nave 16, pero sí asistimos al último concierto del viernes, con la española, Beatrix Weapons, que dice nunca tocar más lento de 180 beats per minute, para el evento iba acompañado de un amigo, de nombre artístico, Ruido Frío, que manipulaba las visuales 3D frente a ella. Entre el público, habían caretas eléctricas gatunas, acordes a la música mutante y esquizoide de la murciana. Extrañas A/V de un personaje angelical enramado con alas de madera en un bosque, llevando un cartucho en la cabeza, daban un toque creepy a la sala, ya que de fondo contrastaba, también, conque en los laterales del local, Central De Diseño, se podían ver las sombras de los árboles y la luna, a través de una redecilla, que hacía de ventana a la lejana luz de las farolas.

Sábado 23

Debido a un error de apreciación, sobre la programación, nos perdimos los interesantes conciertos de Zan Lyons que proponía un espectáculo visual interactivo, en el que tocaba loops con un violín y voces, con pedaleras tuneadas y un mando de Playstation, y/o el del italiano, Lorem, basando su actuación en literatura visual con guiones oníricos, conciertos estos, que se daban en el Auditorio Casa del Lector, aún así, nos esperaba una larga tarde y noche, con cuatro conciertos por delante en la nao Central de Diseño, el primer concierto de esta nave fue el de Verbose, un intérprete que utiliza el pixel mapping, técnica que utilizó en el Centro Artístico de Matadero Madrid recogiendo muestras del entorno en video, y obteniendo colores luz RGB, de las zonas ‘mapeadas’ para mostrarlas luego, como parte de la iluminación en su directo, que tan bien exteriorizó, a base de frecuencias salvajes que telepatizaban con unas luces verticales a ritmo de IDM.

El siguiente espectáculo, fue el de la artista filipina-australiana, Corin Ileto, abreviada como CORIN, que presentaba su segundo L.P., “Lux Aeterna”,  con un eclipse en movimiento de traslación de fondo, y vestida de negro con un pantalón de cuero, Corin, dio paso a su “mise en scène”, un anfibológico ceremonial digno del planeta Arrakis, interpretado por una Bene Gesserit, la sala quedaba completamente a oscuras cuando el eclipse se ocultaba, la voz de Corin, era un sonido más que se acoplaba con el espacio de la sala, el eclipse, al rato, volvía a aparecer dando un poco de luz al pabellón, para luego totalizarse de nuevo, y dejar otra vez la sala a oscuras. Pero esto no fue lo único efectista en las visuales, ya que el entretenimiento venía con una película íntegra de fondo dedicada al evento musical, en las imágenes, pudimos distinguir una diosa tentacular transfigurada presidiendo algún planeta infernal, digna de la saga Urotsukidōji, manantiales de líquidos selváticos y perfectos, sobre osamentas alienígenas, la diosa de la pantalla, que llevaba un halo de una rueda kármica industrial sobre la coronilla, sostenía una urna, protegiendo algún tipo de esencia cósmica, unos tubos de luz sobre la negra llanura, y los teclados de Corin al unísono, dirigiéndonos a algún tipo de éxtasis con el que obtener, gracias a esa mágica fuerza, un planeta mejorado.

El penúltimo concierto de la noche, corrió a cargo de la londinense, Halina Rice, imágenes nevadas de copos fractálicos en animación flotante sobre planos matéricos, una entidad fantasmal electrónica en la sala a oscuras (pero dentro de la pantalla), energía de corte sintético del Más Allá con cantos de sirena interplanetaria bajo una lluvia de cables, estos fueron algunos de los sonidos y de las imágenes, que eran hechas por la propia artista, por cierto, de uno de los conciertos más vigorosos del festival, especial para la ocasión en Madrid, pues no encontramos casi nada de paisajes eléctricos y melancólicos, como en algunos de sus discos, energía dual de ceros y unos, que hacía retumbar el recinto, deconstrucción cúbica de síntesis granular, pasando por el cedazo del ordenador, apabullante sonido Dolby Surround que me hizo retroceder en la sala, debido a mis acúfenos crónicos, que ya es hora de tomarme en serio, aunque resultó de poca ayuda que me pusiera al final de la sala, el sonido era atronador y estábamos en el día caliente del sábado, vectores ondulatorios sinuidales, homotopías orográficas auditivas, música de una matemática futura creando nuevos mundos, de hecho, su último disco, salido en septiembre, lleva de nombre “New Basis”, moléculas de mundos que amenazan por nacer y que vuelven a desintegrarse, como si estuviéramos en uno de los mejores momentos, de un concierto de James Holden en su cénit, por lo límpido y contundente de su estilo, o con el tech – house de Fairmont, en su épico “Gazebo”, provocó Halina Rice, un ambiente tan electrificado, que la gente terminara de forma pletórica, y pidiendo más y más, después de haber terminado.

Para gustos más extremos, fue la última actuación del sábado, que fue protagonizada por LustSickPuppy, más allá de los puentes de Brooklyn, llegó esta apocalíptica artista, a ritmo de hardcore industrial, gritos, y hip hop, para el desaforado público que difrutó enormemente, esta boutade electrónica, con una cantante con sujetadores de calaveras, y brazaletes con pinchos de Black Metal, junto a unas visuales de acompañamiento, dignas de un sanatorio.

El Domingo 24, fue una jornada que dedicó la gente, a la exclusividad de las experiencias audiovisuales y de realidad virtual, en la Sala Vortex, pero físicamente el equipo de Madafackismo Underground, ya no daba mucho para más.

Por último, citar brevemente, una de las performances al aire libre a la que asistimos, se daba en la Plaza Matadero al caer la noche, y llevaba como nombre, Shrink 01995, ideada por el artista de los Países Bajos, Lawrence Malstaf, sorprendente cuanto menos, vimos a unos jóvenes embutidos completamente en plástico, en el aire, en estado de semihibernación y respirando sólo por un tubo que sostenían con un dedo, para mantener el contacto con el aire, valiente propuesta realizada por los performers que causó claustrofobia en algunos asistentes, y pasmo y humor, en la gran mayoría, algo inaudito de ver, los actores, completamente envasados en plástico, apenas podían moverse. Aguantarían en ese estado, el espacio de una media hora, aproximadamente, vigilados por unos asistentes en todo momento, de extraña belleza y controlada peligrosidad, como Han Solo cuando lo congelaron en Carbonita, en suspensión animada, en El Retorno del Jedi,  estos chicos y chicas fueron crucificados en plástico aéreo, para el asombro del público, que se iba acercando y preguntándose: ¿Cómo pueden respirar?. Dignos de aplauso, de hecho fueron aplaudidos al final, estos aguerridos samurais del arte performático.

Y hasta aquí, la crónica de uno de los festivales más interesantes y vanguardistas de la Península Ibérica, que por suerte, y tras quinto año consecutivo, podemos disfrutar como cita ineludible, cada anualidad, los capitalinos, tanto los madrileños, como cualquier foráneo, que se acerque a tan atractivo evento, para disfrutar del arte del futuro, ahora mismo.

 

Texto: Sebensuí A. Sánchez