Crónica Primavera Sound Madrid 2023 (Parte 2)
Viernes 9
La jornada empezó con los escoceses The Delgados, banda de la edad de oro del indie de los noventa, con un pop de haute couture, con nada menos que ocho músicos sobre el escenario, violines y violonchelos incluidos, alta intensidad y preciosismo, en una banda que nunca le agradeceremos lo suficiente, el haber fundado el sello discográfico Chemikal Underground Recs. Del que saldrían bandas como Mogwai o Arab Strap y menos conocidos pero igual de increíbles, De Rosa, entre muchos otros. The Delgados, son precursores del pop de cámara o pop orquestal que en España daría sus frutos con magníficas bandas del Donosti Sound como La Buena Vida o Le Mans.
Pasamos ahora a algo más duro, con la banda del sello Epitaph, Soul Glo, provenientes de Pennsylvania, el concierto empezó como terminó, con hardcore acelerado, llegando al extremo casi de unos Discharge, gran sonido de la vieja escuela del punk, con toques modernos, que rozaban aleaciones metálicas, pero sin casar ritmos con el metal, y siendo fieles al punk, entre los asistentes del concierto, vi un tatuaje, que luego me di cuenta que parecía estar de moda entre el público femenino, y era el de unas manos agarrando un puñal, ese era el público de Soul Glo, sus componentes, niggas (excepto el batería) salvajes, con sobrepeso, violentos y con mucha mala leche, con un miembro del grupo que fue expulsado en el pasado de la banda, por abusos sexuales; el bajo de Gianmarco Guerra retumbaba criminalmente en nuestros oídos por lo grave que sonaba, Pierce Jordan que de un lingotazo se bebió un cuarto de botella de algún alcohol duro que tenía a mano, se pegó algunos solos de voz gutural, también usó su voz para decirnos en español “Danos las drogas por favor”, con todos los dientes de oro, el vocal llamado Pierce, saltó por encima de los altavoces y allí se quedó, para espanto de la joven chica de seguridad que miraba horrorizada sin saber qué hacer, y esperando lo peor, luego comenzó a balancearse, mientras alguien del equipo técnico trataba de traerlo de vuelta, curiosa la forma de incluir rap en su música de forma no evidente, hubieron cambios de vocal, con Guerra esta vez, que pasó de una voz brutal a terminar cantando como Pavarotti.
Estuvimos en la carpa Boiler Room, que retransmite música en directo para todo el planeta, destinada principalmente a la música de baile, donde pasó la interesante uruguaya, Lila Tirando a Violeta, en su vertiente DJ, pero utilizando efectos sonoros de acompañamiento con un micro, desde aquí recomiendo un tema de Lila que se llama “Aguas Violentas” de su disco “Desire Path”.
El siguiente gran concierto que asistimos, fue el The Mars Volta, banda con orígenes tejanos -mejicanos, portorriqueños y californianos, allí lucían ellos, con orgullo, la bandera de Puerto Rico sobre el escenario, Cedric Bixler-Zavala, que me llamó la atención el sobrepeso que había ganado de unos años para acá, hasta el surrealista punto que estaba comiendo en el escenario, suponiendo que fuera comida lo que vi, bien acompañado que estaba de su gran amigo Omar Rodríguez-López, co – fundadores ambos de una salvaje banda de post – hardcore que se llamó At The Drive – In.
El concierto de Mars Volta fue impecable, con su fusión de rock moderno, con raíces latinas, que le daban un aporte único, Cedric, luciendo un anillo con un escorpión, cantó temas románticos como “Graveyard Love” u otros para mover más el esqueleto, en un barco ebrio, como “Drunkship Of Lanterns”.
Gran concierto el de Mars Volta que seguro que le hubiera gustado a Santana, hubieron catarsis de menos de 3 minutos de duración, la batería negra llevaba un sombrero, como también llevaba sombrero negro, el guitarrista que lucía una guitarra de diseño, en el escenario había una chica con bigote sentada en el escenario con una tela/bandera que le cubría el cuerpo cual festival de Woodstock año 69. En una parte de beats salvajes del concierto de Mars Volta escuché un alarido que hizo girar varias cabezas, miré hacia un lado y ahí estaba Pierce, el cantante de Soul Glo medio borracho, en sus trece.
Pasamos rápidamente, por el concierto de Dj/Set de dark techno, de Nazira, una chica de un lugar muy lejano, Kazajistán. Y raudos tuvimos que pasar también, por el concierto de los bristolianos Beak>, desafortunadamente, solo pudimos ver dos canciones, de lo que prometía ser un show increíble dentro del math rock menos virtuoso y más underground, sus camisas de los inclasificables This Heat y de otra banda pionera, esta vez del death metal primigenio, Bolt Thrower, les delataban, bromeaban mucho entre ellos, el batería estaba colocado de lado de los músicos como una guitarra más…bromeaban sobre la velocidad que debía tomar el concierto, nos perdimos un tremendo concierto, pero queríamos ser puntuales para ver a una de las grandes estrellas del festival, nuestra puntualidad sirvió de poco, porque Depeche Mode fue el grupo que más se retrasó de todo el festival, es lo que tiene ser leyenda musical, otro grupo no se lo hubieran permitido, pues todos los horarios eran de una marcada puntualidad. Lo bueno se hace esperar, y así fue con Depeche, un concierto para todos los gustos, en el que nadie salió decepcionado, amén del showman, Dave Gahan, un monstruo exultante sobre el escenario, que correteaba y saltaba como si aún tuviera 20 años, girando como un derviche en “Walking In My Shoes”, y mirándose las botas.
Con un público de todas las edades y nacionalidades, como siempre ha sido el de Depeche, grupo que atrayó siempre a todo tipo de gente, desde el burgués más repelente hasta al gótico más radical, y a cualquier ser romántico en general, desde el público, se podía ver a una fan con un cartel en pantalla gigante, donde decía “Te Amo” dedicado supuestamente a Gahan, con un aspecto oscuro festivo, Gahan, portaba en su dedo, un anillo calavera y Martin L. Gore llevaba una chaqueta con calavera trasera, por motivo reciente de la muerte de Andrew Fletcher, teclista, bajista y corista de la banda desde sus inicios en 1980, motivo por el cual han llamado a su nuevo disco “Memento Mori”, adagio latino que significa “Recuerda Que Morirás”.
La fábrica de superhits generacionales que es Depeche se fue sucediendo matemáticamente con temas retemplados siempre como “It’s No Good”, “In Your Room”,”Everything Counts”, esta última en versión extendida para que el público cantara, Gore dirigía con sus dedos como si fueran una batuta al público enfebrecido, al que luego cedería la batuta digital a su amigo Gahan que siguió dirigiendo la coral improvisada de un público que estaba extasiado haciendo hasta coros improvisados de la nada, pero completamente armonizados. Milagros de la música.
Presentaron uno de los grandes temas de su disco nuevo “Ghosts Again”, y pusieron de fondo el videoclip que realizaron, en pantalla grande, donde se podía ver a los miembros principales jugando al ajedrez en la azotea de un rascacielos en blanco y negro, ataviados con capuchas en el video, como si estuvieran en una toma de El Séptimo Sello de Bergman. “I Feel You” fue el siguiente tema, y ya lo creo que nos sentían…
Para sorpresas de todos, se le escuchaba a Gahan exclamar a veces ¡¡¡Muchachoooo!!!, lo cual me sorprendió especialmente, porque es una palabra muy común en la región donde nací, en Canarias, en el concierto anterior de Barcelona, me queda constancia que también lo decían.
De fondo hubieron emotivas imágenes del fenecido Fletcher, unas sorprendentes imágenes en las que su rostro parecía que estuviera vivo, e iba cambiando poco a poco. Gahan hacía un símbolo con las manos que semejaban un ojo corazón cual gesto apotropaico.
Después de “John The Revelator”, en los bonus finales, como era de esperar, sonaron las imperecederas “Enjoy The Silence” y “Personal Jesus”, esta última, uno de los mejores himnos litúrgicos de la cultura popular, y demostrando finalmente a día de hoy, con su abracadabrante directo, porqué son aún una leyenda.
Había mucho interés del público más joven, por ver una nueva banda de dos jóvenes galos, uno de Bruselas y el otro parisino, llamados Ascendant Vierge (“Virgen Ascendente”), principalmente por la poderosa voz, casi de contralto de la joven cantante, música la de estos chicos, que alguien se ha atrevido a denominar goth-pop lírico, con unos beats discotequeros atronadores de gabbahardcore, y una extraña música millennial, con preocupaciones en sus temas, como el mundo influencer pero alejados de lo comercial, afortunadamente, y resaltando lo más grotesco, o hasta fantástico del asunto, uñas de 30 centímetros cual bruja de fantasía anime, así se presentó su vocalista Mathilde Fernandez, música de un mundo irreal, que ya anuncia la pesadilla artificial del metaverso, imagino que de aquí proviene lo de lyrical goth también, Una banda de lo más vibrante, extravagante, poderosa, atractiva y valiente, de la cual no pudimos ver todo el concierto situado en el escenario Plenitude, ya que coincidía con otro gran concierto, el del 50% de la banda cirujana de sonidos de Matmos, nada menos que The Soft Pink Truth.
El concierto de The Soft Pink Truth, se salió del guión establecido en sus discos, ya que eran altas horas de la noche, y decidieron darle un tono más bailarín a la velada, a pesar de ser un formato más orientado al dance, se sucedieron los sonidos extraños y voces, iba acompañado el músico Drew Daniel de un teclista negro que llevaba una camisa de PJ Harvey del 50ft. Queenie, desde el público, alguien amenizaba con una maraca que se había traído de casa, tras los músicos, había gente controlando la electrónica con ordenadores. Daniel nos contó una historia de una mujer que una vez le abordó en la cabina del DJ y le preguntó ¿Va a ser más profundo que esto?, es curioso, porque esa pregunta se la haría más de un asistente, que siguiera sus inclasificables discos. Muy buena música, pero decidimos seguir investigando en los multánimes escenarios de la noche.
Llegamos a un nuevo ambiente, donde estaba actuando una chica, de nombre Georgia, que luego nos enteraríamos que es hija de Neil Barnes de Leftfield, uno de los más grandes grupos de música electrónica londinense, con tan solo dos discos en su carrera. La verdad es que llamaba mucho la atención su actuación, una chica orquesta que pasaba sin pudor, del destroy de la percusión electrónica desatada, cantando a ritmo de grime, a tocar baladas con piano eléctrico en una completa bipolaridad musical.
Ahora es el turno de hablar del concierto del rompepistas profesional Fred Again…familia lejana del creador de James Bond, Ian Fleming, y el artista más joven premiado como productor del año, en YouTube se puede ver su mítica sesión en Boiler Room, donde el público, está en tal estado estado de excitación, que casi no le dejan tocar. Y así hizo también en el PS, su magia, de igual forma, en uno de los escenarios más grandes y abarrotados del Primavera con ritmos de ragga-jungle-techno-dance hall con dub incluido, si se terciaba, que era capaz de levantar a un muerto, acompañado de varios vocalistas virtuales, cantando también él, lanzando samplers que se materializaban en imagen en pantalla, con su vocalista correspondiente al tema , dándole a teclados, y sin parar de presionar un controlador midi Launchpad de 64 teclas como si fuera un tambor, aparato este, el launchpad que no solo controla sonidos en un escenario sino hasta las luces.
Velozmente pasamos por delante de la mesa Blacktable del dj catalán John Talabot con su future techno, para llegar a otro gran escenario, de uno de los músicos favoritos, elegido por la gente joven y no tan joven de hoy día, como es Skrillex, un directo agresivo y fogoso, de hecho habían disparadores de fuego que cogía varios metros de altura, que hacían sentir el calor hasta las primeras filas, de este séxtuple ganador de premios Grammy y constructor de energías musicales para los que gusten de ritmos bombásticos.
Asistimos con cierta premura al bizarro j-pop de Kyary Pamyu Pamyu, bizarro más que nada por ver un grupo de música, que parece una casa de muñecas andante, con un exceso de color que dañaba la vista, y unas coreografías enérgicas y divertidas cual dibujos animados vivientes.
Ahora sí, pasamos a notas mayores, con los veteranos Unwound, pioneros de eso que ahora se denomina post hardcore, y reunidos de nuevo desde el año pasado, después de 20 años sin tocar, un concierto excepcional y sónico, de unos grandes de la electricidad, de ese país que ha dado tantos genios del rock independiente como ha sido Estados Unidos, como afterpunk nos dio Reino Unido. Al terminar el concierto, Unwound, y para aliviar nuestras heridas, los cuatro miembros del grupo sacaron ramos de flores de las cuales lanzaban a los asistentes a su evento, que se fueron de allí con una flor en la mano.
Eran ya las 4 y pico de la madrugada, pero disciplinados como cadáveres ‘Perinde Ac Cadaver’, esperamos estoicamente, a que aparecieran los británico-suizos de Lebanon Hanover, que nos dieron los buenos días cuando nos vieron. Allí estaban hace rato esperando sentados en las vallas metálicas, su legión de las sombras aguardándoles, y valió finalmente la pena, la dura espera de su público gótico que se vio recompensado, a pesar del dolor corporal y el cansancio, el concierto fue impecable con temas como “Die World II” o la magistral reinterpretación de “Gallow Dance” donde Larissa Iceglass se echó soga al cuello, y se rodeó de cuerda, para cantarla con más brío, el bajo de Maybelline se convertía en bajo alto funerario con la fuerza casi de dos guitarras o viceversa, voces trágicas o espantadas, mortuoria música con sonido claramente ochentero, bailes espasmódicos a lo Ian Curtis, cantos que pasaban de los susurros a los gritos, los del guitarra y vocalista William Morris, este es su nombre verdadero, se llama igual que el revolucionario prerrafaelita artesano y socialista amigo de Dante Rossetti, que es famoso por su proclama “Odio a la civilización moderna” consigna de la que se apropiaría el movimiento gótico, curiosamente.
Hubieron duetos, entre esta pareja sentimental enamorada del post punk de los 80, hecho este que les uniría sentimentalmente, y por el cual se conocieron, durante el intercambio de grupos musicales de esta década. Morris/Maybelline y Iceglass tocaban solos, sin batería, utilizando una caja de ritmos llamada Alesis, Larissa con sonrisa torcida, y su aspecto fantasmal, de santa del abismo, nívea y hierática como la Luna.
En cambio, Maybelline, representaba el lado masculino, y agresivo de la banda, con temas como “Totally Tot” de tono rockista con EBM, es feo hablar de dinero, pero el single de presentación de la banda “Gallowdance” de Lebanon Hanover, se cotiza a no menos de 700 Eurípides en el mercado musical.
La mirada torva de Maybelline, nos miraba amenazant,e desde el escenario, mientras se le caía el flequillo delante de los ojos, algunas gotas cayeron de lluvia, poco antes de empezar el que sería el concierto más oscuro de los seis días del festival, otro de sus temas más celebrados que tocaron, fue “Babes Of The 80s”, en el que abordaron la batería electrónica, en vez de dejarla en las manos invisibles de la programación, el concierto terminaría con una maligna invocación a la diosa de la muerte y la renovación, Kali “Come Kali Come”, en el que Maybelline cantaba como una serpiente siseante o ponía voz grave gótica/germánica, luego, para más contrastes, se despedirían, deseándonos un buen desayuno, bajo una tímida llovizna que no fue a más.
Continuará…
Debe estar conectado para enviar un comentario.