Cinco canciones que el cine rescató y volvieron a ser un éxito

Son muchas las canciones que se han utilizado a lo largo de la historia del cine en muchas películas que hoy todos conocemos. Canciones que como tal, no fueron compuestas para formar parte de su banda sonora, y que al escucharlas hoy en día, se han quedado tan impregnadas, que incluso en algunos casos les cambiamos el nombre. ¿De qué estoy hablando? Pues un claro ejemplo sería “You never can tell” de Chuck  Berry, que desde su aparición en la icónica escena de “Pulp Fiction” en la que Uma Thurman y John Travolta danzan al son de esta canción, es reconocida por muchos por la canción del baile de “Pulp Fiction” más que por su propio título. Por cierto, ¿Sabías que Uma Thurman tenía pánico a hacer esa escena? Pues si, según comentó en una entrevista de Variety dijo que se sentía cohibida e insegura. Menos mal que su director Quentin Tarantino la convenció y hoy en día es una de las escenas más míticas del cine.

 

Otra canción para incluir en esta lista sería “I say a little prayer”, una composición de Burt Bacharach y Hal David para Dionne Warwick, aunque seguramente, os resulte más conocida la versión que Aretha Franklin grabó un año después. La canción que fue todo un éxito en su momento y volvió a resurgir gracias a una escena de la película “La boda de mi mejor amigo”. Seguro que la recuerdas, pero por si acaso te refrescamos la memoria.

 

¿Quién no ha visto “Pretty Woman”? Todo un clásico de la pequeña y gran pantalla —más de 150 veces se ha emitido en las televisiones españolas y todas ellas con un gran éxito de audiencia— película que consiguió un Globo de Oro a la mejor actriz de comedia y que le valió una nominación al Oscar a mejor actriz a Julia Roberts. Como curiosidad, ya que estamos hablando de música, Richard Gere no necesitó ningún doble en la escena en la que toca el piano en el hotel, es él quien lo hace y también el que compuso esa música. Pero a lo que íbamos, “Oh, Pretty Woman” es una canción de Roy Orbison que fue todo un éxito comercial en 1964, y que volvió a serlo, cuando decidieron incluirla en la película. Además, gracias a esa incorporación cambiaron su título original —en un principio se iba a llamar 3000— por el de la canción. Fue la película más taquillera de 1990 y su banda sonora está catalogada como una de las más exitosas en ventas de la historia del cine.

 

Vamos con todo un clásico: ”Casablanca”. Una película dirigida por Michael Curtiz de 1942 que ocupa el tercer puesto de la lista de “Las cien películas que todo el mundo debería ver” según el Instituto de Cine Estadounidense. Por supuesto, nosotros no vamos a ser menos y si no la has visto, te la recomendamos encarecidamente. Muchos seréis los que recordaréis la mítica frase: “Tócala, Sam”. La canción que acompañaba esta escena, “As Time Goes By” fue compuesta por Herman Hupfeld para una comedia musical “Everybody’s Welcome” de Brodway en el año 1931. Como curiosidad comentaros que a Max Steiner, el músico de ”Casablanca”, no le gustaba ”As Time Goes By”. Su intención era volver a rodar la escena en la que Sam la toca para introducir una composición suya, pero Ingrid Bergman ya se había cortado el pelo para rodar ”Por quién doblan las campanas” así que no pudo volver a grabarse. ¡Otra vez! ¡Cosas del destino!

“Casablanca” es una deliciosa película de la edad dorada de Hollywood, con una historia de amor que evita la cursilería —teniendo en cuenta la época— y una excelente narración que enriquecen la trama y a sus personajes. Y sin más, os dejamos esta maravillosa escena de una joven y brillante Ingrid Berman (Ilsa) junto al músico Dooley Wilson (Sam).

 

Un bosque tropical, el ruido de las hélices de un helicóptero, las hipnóticas notas de una guitarra imitando a un sitar y una explosión aterradora y silenciosa con la voz de Jim Morrison sentenciando: This is the end… Con esta magnitud comienza Apocalypse Now”. “The End”, es el título de la canción de The Doors que Francis Ford Coppola utilizó magistralmente como apertura para su obra maestra y su particular recreación del clásico “En el corazón de las tinieblas” del escritor Joseph Conrad. El comienzo de la película nos sumerge en la torturada mente del Capitán William (Martin Sheen), y desde luego, no sería lo mismo sin el sonido psicodélico, oscuro y místico de “The End”, que actúa como preludio perfecto de lo que se avecina. Las palabras se quedan cortas para describir ese apoteósico comienzo de la película que podríamos decir que, por casualidad, encontró la canción perfecta. ¿El destino? 

“The End”, pertenece al álbum homónimo de The Doors de 1967, escrita por Jim Morrison que comenzó siendo una canción de despedida, pero que, según comentó, comenzó a improvisar durante uno de los directos del Whisky A- Go Go con unas líneas basadas en la tragedia griega de Edipo Rey de Friedrich Nietzsche.  Siguiendo este camino, Morrison se aleja del original de Sófocles y nos lleva a la destrucción de lo que somos, a la muerte de nuestros dioses, y con esto a la reconstrucción libre de uno mismo, y es aquí donde entra el Edipo de Nietzsche y su vitalismo, muy acorde con el espíritu revolucionario de su década. 

Volviendo a la película, parece ser que la idea de usar la canción “The End” surgió de un frívolo comentario cuando Coppola dijo bromeando: “¿No sería divertido si tomamos la canción “The End” y la ponemos al principio de la película?”.  ¡Quién sabe! Si ese día Coppola no hubiera estado allí, quizás hoy no tendríamos ese apoteósico comienzo que se ha convertido en una de las escenas más emblemáticas del cine.