Bonobo – “Migration”

  • 8/10
    Nota - 8/10
8/10

Resumen

Se avecina un buen año para la música. Sin apenas tiempo para acabar de digerir el lanzamiento de los discos de Sohn, The XX o The Flaming Lips, Bonobo presenta Migration y se suma a la lista de discazos atemporales para escuchar en bucle.

Simon Green, el aclamado productor británico, se pasa el juego de la primera escucha enamorando desde el primer sonido. Con su sexto álbum sigue manteniendo el listón alto y superando las expectativas invitando a introducirnos en una atmósfera ecléctica donde todos los sonidos están perfectamente armonizados, algo así como el cielo de la electrónica ambiental.

El disco abre con “Migration”, canción que da nombre al disco y en la que se van fusionando diferentes sonidos con un piano de fondo hasta explosionar en el minuto 2:05 en una oleada intensa pero introspectiva de beats. Continua con “Break Apart”, pero no está solo. Si este disco destaca por algo, además de por la evidente magia atmosférica que emana desde el primer tema, es por un puñado de colaboraciones bien elegidas. En esta canción se une a Rhye, dúo californiano que armoniza su característica voz sobre un arpa de fondo para hablar de una relación que pasa por una fase complicada.

Seguimos con “Outlier”, uno de los temas más potentes del disco que recuerda ligeramente a Moderat. Deep-house y subidas y bajadas se encuentran en un cocktail bien mezclado que invita a reventar los bajos. Continúa con “Grains”, canción que parece llevar tatuada la palabra chill y que te hunde en una atmósfera espacial de la que cuesta salir.

En “Second Sun” mantiene la línea ambiental destacando por unos violines perfectamente sincronizados con su estilo. Para “Surface” contó con la voz de Nicole Miglis de Hundred Waters creando un tema el el que superpone una voz perfectamente fusionada con los beats, al igual que en “Break Apart”.

Continuamos subiendo el ritmo con “Bambro Koyo Ganda”, donde colabora con Innov Gnawa mezclando sonidos de diferentes culturas y da un giro al chilleo que remarcaba la primera parte del disco. En “Kerala” mantiene el ritmo bailable hasta llegar al turno de “Ontario”, donde vuelve a evocar a la introspección encajando sonidos apacibles.

Llegamos a la última colaboración del disco con “No Reason”, esta vez de la mano de Nick Murphy (Chet Faker), que se presenta como otro de los temas más potentes y sonados del disco en el que vemos a un Chet más melódico de lo que nos tiene acostumbrados pero que fluye a la perfección con los beats de Simon Green.

El disco cierra con “7th Sevens” y “Figures” terminando de encajar un cuerpo etérico y dando las últimas pinceladas para enamorarnos con un disco atemporal que, sin duda, dará mucho que hablar este año.