Crónica HellFest 2023 | Un festival como modo de vida (Parte 2)

Llegamos al ecuador del HellFest 2023. Primera vez, en todos mis años peregrinando al evento, que llego con más del 75% de mis baterías cargadas. Un festival es agotador, física y mentalmente. Son muchas horas sin parar, de escenario en escenario, llenando tu cerebro de arte y buenos recuerdos. En la edición del pasado año, que fueron dos fines de semana, personalmente salí diciendo que jamás iba regresar al HellFest, de lo cansado que estaba. Me costó varios días recuperarme al 100%. Cierto que la ola de calor, pasando por temperaturas de más de 45 grados, ayudó a llegar a ese extremo, efímero por otra parte, pues duró lo que el viaje en el avión. Una vez que termina ya echas de menos el HellFest, es una sensación realmente agradable. Para estas dos jornadas de la mejor música en directo, nos decidimos por ver a esas bandas pequeñas o de estilos que no solemos escuchar en nuestro día a día. ¿De qué sirve ver Iron Maiden siete veces? En nuestro caso quisimos conocer, y así hicimos.

 

 

 

 

SÁBADO 17

Tocaba madrugón para entrar a primera hora. ¿El motivo? Una de las bandas que más ganas había de conocer: Nature Morte. Los de París mezclan a la perfección diferentes elementos como el black, el post y el doom. El resultado es una agresividad llena de melodía. En estudio, porque en directo rebajan tanto la parte agresiva que se hacen aburridos, la gran decepción de este año. Sigo recomendando encarecidamente escuchar su discografía si lo que buscáis es contundencia y delicadeza. Tras salir del sopor, tocaba hardcore, pero del bueno. Hardmind fueron los encargados de despertar todas las neuronas que teníamos disponibles. Lo mejor, a parte del directo tan potente que tienen, es el frontman. Un cuerpo esculpido en los mejores gimnasios de Rennes, con poco o ningún espacio para más tinta, con cara de pocos amigos y con una actitud que el plan a seguir era dejarse llevar y disfrutar. ¡Vaya si lo hicimos! Gran descubrimiento de un estilo al que tengo que darle más oportunidades. Las dos veces que el cantante bajó la guardia y se salió del papel esbozando una sincera sonrisa, fue muy entrañable. Desde la India llegaba la siguiente banda, Bloodywood. Nacida como una banda para echarse unas risas sin ninguna pretensión, pues en sus inicios realizaban versiones de diversos temas, terminaron por escribir su propio material y encontrar su estilo. Añade pasajes hindúes y sus instrumentos típicos al nu-metal, remueve un poco, deja reposar y ahí los tenemos listos para comerse Europa. Disfrutones es la mejor manera de definirlos. De camino a la zona de prensa hicimos una parada al notar una presencia oscura que te agarraba llevándote irremediablemente a sus dominios, era Hierophant. Una puesta en escena muy curiosa, llenos de mugre aporreando con mucha calidad sus instrumentos, impecables en este caso, a ritmo de black/death.

Una vez dejamos atrás el vórtice oscuro, tocaba descanso, helado, cerveza y sentar las posaderas ahora que podías elegir donde descansar. Por norma general, a primera hora no suele estar más del 25% del aforo del festival. Nos acercamos nuevamente a la Warzone para ver la prueba de sonido de Spiritworld. Estos vaqueros son increíbles. Es como si Pantera y Slayer decidieran realizar un proyecto conjunto añadiendo una pizca de hardcore. Está pegando duro, así que escuchadlos siempre que podáis. La zona se vino arriba y se empezó a llegar de gente. Eran conocidos por la inmensa mayoría, y los que no, terminaron el bolo siendo fans. ULCER, Relic of Damnation y Pagan Rhythms fueron de lo mejor del sábado, temazos. Si nos dieran un euro por cada persona que pasó por encima de nuestras cabezas nos hubieran pagado mucha cantidad de cerveza. En los instantes finales eran 2/3 personas a la vez, nunca vi trabajar tanto a los de seguridad. El cuerpo nos pedía Valley y calidad. Pero antes teníamos curiosidad por Svalbard. Los británicos mezclan el punk, el hardcore, el post y cualquier estilo, pues se sienten cómodos como músicos. Asistimos a su salida y sus dos primeros temas antes de ir a lo serio, a la música para mayores. Crowbar nos encantó. El sludge es un tipo de música que me cuesta pero en directo es increíble, te transporta. Encima teníamos enfrente a unos de los creadores del estilo. Los de Nueva Orleans, como el pollo, llevan desde 1990 evolucionando un estilo que cada vez tiene más fanáticos. Decir que el ambiente olía genial, aunque sea más de repostería. No conozco mucho su discografía pero tocaron el tema que quería ver en directo, Planets Collide. Era inmensamente feliz pero quisieron ir más allá y cerraron con Like Broken Glass, tema que no conocía y ahora ya es mi favorito.

 

 

 

Estaba siendo un día muy divertido y productivo, tras lo del viernes se agradecía. Tras un pequeño descanso para hacerle caso al gaznate que pedía líquido, decidimos realizar un viaje fantástico por los mejores bosques gracias a Saor. Todas sus canciones pasan de los 10 minutos y te evades totalmente. Es una experiencia para repetir acudir a uno de sus conciertos, en sala tiene que ser una pasada. De lo mejor que he escuchado en cuanto a mezclar música atmosférica y folk. El tiempo concedido por la organización les dio para cuatro temas, siendo Carved in Stone el mas coreado por el público. En un abrir y cerrar de ojos nos encontrábamos en otro escenario viendo Gorod. Es realmente muy curiosa su propuesta. Música progresiva muy técnica con voces guturales. No cualquier tipo de guturales, los que salen de las cavernas más escondidas del planeta, donde la luz no penetra. Venían presentando su último disco The Orb y su elección de temas básicamente era presentarlo en directo.

Llegamos justo al final de Puscifer porque sabíamos que cerraban con The Remedy y era el tema que queríamos escuchar. El cuerpo pedía un poco de pausa y nos la concedió The Obsessed. Era un grupo ya visto en directo y lo ideal para tirarse en la hierba y tener muy buena música en vivo de fondo. Es importante, a parte de disfrutar de todo lo que ofrece, dedicar unos momentos a esas charlas sobre lo que hemos visto que tanto agradan. Tocaba ronda de escenarios, sin quedar a ver los shows enteros y pudiendo ver un poco de cada banda. Finntroll y su black metal con mucho elemento folclórico, divertidísimo su gran himno Trollhammaren. Lorna Shore, banda que crece como la espuma y no entiendo la razón. Grito, tras grito, tras otro grito, cada uno de ellos con un estilo distinto. Un gruñido, otro más. Había momentos que si dabas la espalda y te dicen que hay un cerdo emitiendo sonidos al micrófono te lo crees. No es mi tipo de música y dudo que lo llegue a ser en algún momento.

El día estaba llegando a su fin, al menos para nosotros. Como cierre al sábado tocaba asistir a Monster Magnet. Para nada soy fan suyo pero lo que consiguen en directo es de otro planeta. Son muchos años ofreciendo un show increíble y es de las mejores bandas de rock que uno puede ver en directo. Dave Wyndorf sabe lo que hace y sus acompañantes nunca se quedan atrás. A destacar Dopes to Infinity, Powertrip y, sobre todo: Negasonic Teenage Warhead y Space Lord. Cerrar con estos dos temas es alcanzar el olimpo y codearse con los mismísimos dioses.

 

 

 

La verdad es que la idea era marchar a descansar pero la energía con la que salimos del concierto nos llevó hasta Voivod. Cuando llevas más de 40 años en activo por algo será. Lo que ofrecieron fue una clase magistral de música progresiva cuando tocaban los temas nuevos y thrash cuando decidían sorprender con sus míticos temas. Lo que sobre el papel podría parecer que era una mala idea, demostró ser un acierto. Son estilos tan opuestos que la verdad nadie pensaría que funcionaría tan bien saltar de uno al otro. ¡Viva Canadá! Necesitábamos urgentemente un descanso para afrontar el domingo con garantías, pero no podíamos perder la oportunidad de asistir a algo único con The Hu. Esta banda mongola lleva su cultura a golpe de rock y en algunas ocasiones tiran por lo más extremo del metal. Instrumentos totalmente tradicionales y una mezcla de voces que pone la piel de gallina. Los armónicos que consiguen los diferentes cantantes en mi vida lo había presenciado. Salí maravillado de lo que acababa de ver.  Tengo que hacer trabajo de inspección pues en estudio no terminan de convencerme, quizás por la mala elección de temas. Era casi la 1 de la mañana y tocaba regresar a nuestro pequeño centro de operaciones en Nantes.

 

 

 

DOMINGO 18

Según el plan, teníamos que estar a las 11 de la mañana preparados para darlo todo viendo a Beyond the Styx, pero habíamos llegado tarde la noche anterior y nuestros cuerpos decidieron dormir un poquito más. Se anunciaba lluvia y tormenta para este día, así que una vez despiertos, nos armamos con chubasquero y paraguas y pusimos rumbo a Clisson para vivir a tope la última jornada de esta edición.

El sol todavía brillaba a las 11.30, hora a la tocaban nuestros primeros “sí o sí” del día, los británicos de Strigoi. Banda en la que tocan el actual batería de Paradise Lost, Guido Zima, y también su guitarrista Gregor Mackintosh, que es quien pone la voz en este proyecto paralelo que poco o nada tiene que ver con el otro grupo. El directo fue increíble, sonaron mucho más potentes que en sus álbumes de estudio. Tan sólo fue media hora, es lo malo de los grupos que tocan por la mañana, pero nos vibró el cuerpo entero al ritmo de Phantoms y por supuesto de la maravillosa Hollow. Cuando quisimos salir del Temple, la tormenta había empezado y un montón de personas se intentaban cubrir de la lluvia en las carpas. El barro iba a ser uno de los protagonistas del día. Tal era la cantidad de agua que estaba cayendo que la única opción era escapar a una zona cubierta, o quedarse a oler el sudor de la gente que se estaba juntando en los escenarios cubiertos. Optamos por la primera ya que teníamos la suerte de tener la zona de prensa bastante vacía. Decidimos que mojarse era arriesgarse a perdernos las últimas bandas a las que les teníamos muchas ganas, así que realizamos el que posiblemente fuera el descanso más largo dentro del recinto. Desde las 12:30 hasta las 16:30, que salimos para ver Holy Moses. Con máquinas recreativas y una zona con una pantalla gigante para ver en directo los grupos, la verdad es que lo pasamos en grande. La banda alemana ofrece velocidad al cuadrado con la mejor base de thrash. Acudimos al concierto porque era en carpa y por la curiosidad que sentíamos por ver a la mujer al frente del proyecto, Sabina Classen. Lleva el metal en la sangre y a sus 59 años da gusto verla encima de un escenario. Sin conocer ningún tema, salimos muy contentos del espectáculo. Los siguientes eran los fineses Grave Pleasures. Si bien por sus pintas parece que practican hard rock, lo que hacen es mezclar punk, post y ruido muy bien hecho. Entiéndase ruido de manera positiva. Entre estas dos bandas consiguieron que nos olvidáramos de que casi tenemos que salir en canoa y nos volvimos a meter de pleno en la música.

 

 

Nos dirigimos entonces a disfrutar de un poco de death metal de la mano de Benediction, una apuesta segura. He de decir que tanto el temple como el altar sonaron mucho mejor que el año pasado. Los ingleses, que llevan tocando desde 1989, abrieron con Iterations of I y Scriptures in Scarlet, una de mis favoritas que es I Bow to None y cerraron el bolazo con la obligadísima Stormcrow.

Ahora tocaba ir a algo un poco diferente. Llegamos al Valley copa en mano y con ganas de bailar con los Perturbator de este año, los californianos Dance with the Dead. El ambiente era perfecto, mucha gente, todos bailando y saltando como locos con esta mezcla de synthwave y metal. Nos lo pasamos bien el poco rato que estuvimos, aunque no voy a comentar ninguna canción porque no soy muy fan de este estilo y todos los temas me resultaban muy parecidos. A mitad de slot nos fuimos al Main Stage para poder ver a los míticos Tenacious D, no podíamos marcharnos sin pasar por allí. Siempre es un placer ver tocar a Kyle Gass y echarnos unas risas con Jack Black. Llegamos justitos para escuchar The Metal y luego llegaron Beelzeboss y Fuck Her Gently, con la que cerraron el bolo. Asistir a un show de este par de macarras, es hacerlo a un episodio de la mejor sitcom americana a ritmo de rock and roll. Como la mayoría de las bandas que tocaban ya las había visto, decidí dejarme llevar por los ojos de la fotógrafa, que era la primera vez que iba a ver a una de sus bandas favoritas de todos los tiempos. ¿Conseguiría esta banda de Iowa quitarme el mal sabor de boca del 2019? Suyas son las palabras que podéis leer a continuación como cierre de mi séptimo HellFest y el segundo en su cuenta.

CRÓNICA KNOTFEST MEETS HELLFEST 2019

 

Para el siguiente tramo también nos dividimos. Primero nos pasamos por Rise of the Northstar. La banda formada en París hace un hardcore que a veces recuerda a los grupos más old school, aunque su estética se aleja de esto, ya que parecen personajes sacados de un anime. Esta admiración que tienen por la cultura japonesa también se ve reflejada en sus letras. Son bastante potentes, aunque en la Warzone siempre esperas un derroche de actitud muy extremo y en este sentido no estuvieron a la altura de otras bandas. El siguiente trocito se lo dedicamos a Dark Angel. Fuimos al Altar a disfrutar de un poco de thrash del bueno. De primeras nos sorprendió la poca gente que había para un grupo de esta talla, pero es que Pantera estaba en el Main Stage y ya sabemos el daño que hacen los solapes. La verdad es que ellos lo dieron todo. Nos quedamos para Perish in Flames y Darkness Descends, y luego nos fuimos con el resto del rebaño a escuchar a Phil Anselmo, pero sobre todo a ver al señor Zakk Wylde. Pantera pasaron por todos sus temas más emblemáticos, incluso un clip homenaje con el inicio de Cemetery Gates. Cuando tocaron Walk algo se nos removió en el cuerpo. Me vibraban hasta las pestañas y eso que estábamos viéndolos desde el otro Main Stage, ya que nos fue imposible ponernos más cerca por la cantidad exagerada de gente que había. Cowboys From Hell se hizo esperar y fue la elegida para el cierre.

Lo siguiente en la lista era parar de nuevo a repostar. Demasiados estímulos y mucha sed en un día de locos en el que no paramos de correr de un sitio a otro mientras intentábamos no resbalar en el barro. Melvins fueron los siguientes. Celebrando nada menos que su 40 aniversario, la banda de sludge metal nos hizo mover las cabezas y disfrutar como enanos, pero había que tener claras las prioridades y la nuestra en esta hora del día era ir buscando un buen sitio para ver la última banda de nuestro HellFest. Slipknot. Aunque con la sustitución de Craig Jones y la repentina ausencia de Shawn el payaso, teníamos muchas ganas de verlos salir. Como intro empezó a sonar Prelude 3.0, y al rato fueron apareciendo ellos llenando el escenario. El setlist que escogieron no me gustó demasiado, eché de menos muchas y me sobraron unas pocas, pero la energía que tiene esta banda en directo fue suficiente para que al recordarlo se me pongan los pelos de punta. Cuando sonó Psychosocial mi yo de 16 años tomó el control de mi cuerpo y me puse a saltar como nunca en mi vida. Tocaron temazos clásicos como Wait and Bleed y Purity. Por desgracia no nos pudimos quedar hasta el final, sé que me perdí Duality, pero nos quedaba un camino hasta Nantes y si salíamos con el resto de la gente corríamos el riesgo de quedarnos sin transporte para volver.

 

 

 

La suerte nos acompañó y tras ver bastantes minutos de los fuegos artificales conseguimos transporte hasta la estación de tren. Estaba a rebosar de gente con caras llenas de felicidad. Mientras esperábamos ya se presentó el diseño de la edición del 2024, como os contábamos en la primera parte, un logo que da a entender que unos australianos van a ser los cabezas de cartel ya que nunca han tocado en Clisson. Podría dedicar unos minutos a intentar escribir unas palabras para describir lo vivido, pero el trabajo ya lo ha hecho la organización con el Aftermovie oficial de esta recién terminada edición. El mejor HellFest de la historia, seguramente superado en 2024 y así sucesivamente.

 

Crónica: Alexis Montans / Amina Abdien
Fotógrafa: Amina Abdien / Jaime García