Eduardo Briganty – “Entelequia”
Después de tres años nos llega el segundo disco en solitario del músico y compositor, Eduardo Briganty, pilar fundamental de la música independiente canaria, al frente de la banda MINIATURa tras más de veinte años, banda por la que han desfilado lumbreras de la música canaria como Carlos Ramos (Los Dalton, Vicious Soul, Hermanitas Brutalizzed Kids, Soviet Love), Jaír Ramírez de Pumuky, o el hispano-germano Frank Rudow de los extintos Manta Ray, entre otros. Antes de comentar el nuevo disco de Briganty, me gustaría señalar especialmente el grado actual de maduración de MINIATURa, con un control del ruido, la melodía y la instrumentación, totalmente pasmoso. Banda que nos dará, obviamente, gratas sorpresas futuras.
Tras las metáforas sonoras de “Microgramas” (El Muelle rec. 2018). Briganty ahora nos ofrece “Entelequia” (El Muelle rec. 2021), entelequia, una hermosa palabra con dos acepciones diferentes, por un lado, tenemos su uso más común que es el del sentido más peyorativo, cuando nos dicen que estamos acusando una entelequia, es que estamos inmersos en un mundo quimérico y etérico, lo cual pertenecería al mundo perfecto y espiritual de las ideas platónicas, lo cual, tampoco es poca cosa, así que más que una advertencia debería ser un halago esta palabra, y por otro lado, tenemos el sentido aristotélico de la palabra en la que yo soy mi fin y mi principio, en un tipo de inmanencia absoluta; para hacernos una idea, imaginemos una planta que ya lleva su semilla incorporada dentro de sí misma.
En “Entelequia” tenemos la suerte de volver a introducirnos en las profundidades sonoras del autor, como ya hicimos en su obra anterior, desde el primer tema, “Tempestad”, la intensidad extática se hace presente desde el primer segundo, en este disco, que le podría encantar a un monje budista zen, como a un metalero seguidor de los drones oscuros de unos Sunn O))), drone, estilo musical que data de los años sesenta y que muchos de nosotros conocimos como una novedad hace veinte años gracias a los citados Sunn O))), músicos que crearon escuela incluso, y sorprendieron a muchos con sus conciertos vibratorios dentro de catedrales. Alejado, pero no tanto, del drone metal de estos últimos, Briganty, bebe de esta música pero abarcando todas las épocas, lo cual es de agradecer, más cercana quizás a lo que se conoce como dronescape, drone pedal o drone ambient, las influencias de su música están hermanadas con los discos conjuntos de Robert Fripp y Brian Eno, como con la banda, Earth, del amigo íntimo de Kurt Cobain, Dylan Carson, banda que no por casualidad sirvió de inspiración en la creación de Sunn O))).
Los paisajes gélidos, la kosmische musik de Schulze, Schnitzler, Czukay, Cluster… un melodrama entre cristales fríos y humeantes representado como una obra teatral de otro planeta, son algunos rasgos que nos inspira el mensaje interior de “Entelequia”, una paz fría y luminosa, subacuática, que parece extenderse más allá de nuestras pobres percepciones. En el disco podemos encontrar algunas colaboraciones, como es el caso de Pepo Galán, músico malagueño, proveniente del dúo Dear Sailor, prolífico músico dedicado al paisaje sonoro y que ha grabado tanto con artistas nacionales como David Cordero de Úrsula o internacionales como Sita Ostheimer, o el japonés Shinji Wakasa entre diversas colaboraciones, otra cooperación es la del músico, también malagueño Lee Yi, en la canción “ En un lugar de la esfera celeste”, Lee Yi, otro experto en profundidades abisales sonoras.
En el tema “Laberinto Fractura”, el minotauro sonoro que nos embiste parece murmurar espectralmente con una sonoridad de fondo cercana al murmullo, las guitarras planean por el cielo como un Ícaro en llamas, estamos dentro de la cabina de un vehículo aéreo no tripulado, un dron, pero sin E. La poesía triste y tierna de “Elegía” se nos presenta sin palabras, así que no queda más remedio que concentrarse en que la sinestesia nos enseñe las palabras de los sonidos, y hasta sus colores, si somos afortunados, canción, que al igual que el resto del disco, hubiera deleitado al recientemente desaparecido maestro del minimalismo, Jon Hassell. En “Ingrávido”, séptimo tema de este disco, las melodías aceradas pero frágiles, tintineantes cual claro de Luna, se hacen más pronunciadas, en lo que sería la canción más tarareable de este disco. Damos paso a “Remanso”, otra vez con el músico Pepo Galán, un sonido hipnotizador de drama cósmico, que invita a levitar sobre la ciudad de la absurdidad.
Por último, nos encontramos el tema “Stroszek” de cariz cinematográfico, el séptimo arte es un elemento importante que siempre está latente en la música de Eduardo Briganty, que bien podría funcionar de banda sonora en películas vetustas de ciencia ficción rusa, de hecho, la portada del disco es una fotografía cedida por el creador de arte fotográfico ruso, Georg Korunov; “Strozsek”, hace referencia a la última película, realizada por Werner Herzog, que visionó Ian Curtis antes de su fatal desenlace, y que trata sobre un músico callejero; sonidos de movimientos que son fotogramas de secuencias inquietantes y pausadas, cierran magistralmente el nuevo trabajo del músico canario, Eduardo Briganty, que lleva el brillante título de “Entelequia”.
Sebensuí A. Sánchez
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9/10
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