Paredes de Coura 2019 | Un festival, un paraíso
Un año más, el festival con más encanto de Portugal y por ende, de toda la Península volvía con las pilas cargadas y haciendo sold out de abonos de manera más que merecida, conjugando perfectamente un lugar idílico, un cartel lleno de calidad y una experiencia única.
Emplazado al norte de Portugal, en un pueblecito encantador con algo menos de 10000 habitantes y más concretamente alrededor de una playa fluvial, donde el festival recoge a la mayoría de sus asistentes en un camping paradisíaco, donde montar en una barca hinchable y atravesar la playa fluvial remando, saltar desde un trampolín, hacer Yoga por las mañanas en plena naturaleza o hacer una barbacoa son sólo una parte del sueño que encarna el festival.
Al contrario que la mayor parte de los festivales, Vodafone Paredes de Coura no sólo ofrece un festival de música, ofrece unas vacaciones completas, ya que en los cuatro días anteriores que conforman el festival, la música sube al pueblo con numerosos grupos portugueses tocando allí. El martes pudimos saborear un pedazo de esos conciertos con Flying Cages, una suerte de Cage the Elephant portugueses cuyo líder tiene una voz en la línea de Alex Turner y uno de los bolos del festival, The Parkinsons, puro punk salvaje y con actitud que puede sumir cualquier recinto o plaza en una auténtica locura, donde hay más gente por los aires que tocando el suelo. Sum cerraría los conciertos en la villa con una cuidada electrónica.
El miércoles, después de bañarnos en la playa fluvial, nos dirigimos al primer día de festival en pleno recinto, comprobando el buen funcionamiento de todos los servicios, amplia variedad de puestos de comida, barras bien provistas de cerveza Super Bock y sidra Somersby y unos escenarios que se mezclan con la naturaleza dejando unas vistas espectaculares. Con todo vendido y un solo escenario activo, los portugueses Bed Legs abren el festival con un potente Rock-Blues, que agradaría a todo fan del género. Con la amplia variedad de estilos que caracteriza al festival, pasamos a otro palo con las suaves melodías de la australiana Julia Jacklin, quién con sólo dos discos ha conseguido hacerse un hueco entre las grandes artistas femeninas jóvenes que vienen pisando fuerte dando la vuelta al panorama musical, canciones como “Pool Party”, “Pressure To Party” o “Don’t Know How To Keep Loving You” muestran el enorme potencial que atesora.
Los brasileños Boogarins pondrían su particular visión de la psicodelia rock, sin olvidar sus raíces, en un concierto mayúsculo donde todo sonó a la perfección. Como también sonaron Parcels, llevando al escenarios sonidos propios de la década de los setenta, más en concreto, sonidos que nos hace pensar en Bee Gees, con pegadizos ritmos, estribillos y voces totalmente compastadas, los australianos convirtieron el recinto en una auténtica pista de baile a la que solo le falto una bola de espejo, es imposible resistirse al ritmo de “Tieduprightnow” o “Lightenup” que marca su guitarrista con una imagen que recuerda sumamente a George Harrison. Un día perfecto que redondeó el mayor cabeza de cartel del festival, The National, salían a por todas con un set soberbio que incluyo temas que suelen dejarse como “Vanderlyle Crybaby Geeks” o “Pink Rabbits”. Matt Berninger es todo un show en directo, poniendo toda la intensidad que una gran banda de Rock requiere, con su banda sonando épica en un repertorio tan extenso como la calidad de sus ocho álbumes.
Aún quedaba el mejor concierto de la noche de la mano de los congoleños KOKOKO!, con su mezcla de ritmos africanos y electrónica con instrumentos construidos por ellos mismos. Los de Kinshasa, ataviados con un mono amarillo podrían venir a ser los DEVO africanos, pero con la diferencia que KOKOKO! Podrían poner a bailar a un muerto, convirtiendo el After Hours en la plaza mayor del Congo en sus fiestas mayores, donde el baile se convierte en algo ritual. Su reciente disco “Fongola” claramente ya se encuentra entre lo mejor del año, y canciones como “”Azo Toke”, “Malembe”, “Tokoliana” o “Buka Dansa” parecen haber sido creadas con la intención de quitar cualquier prejuicio que alguien pueda tener sobre la música producida en África. Cerraría el festival con una gran sesión Nuno Lopes, uno de los grandes habituales del festival.
La jornada del jueves nos depararía varios conciertazos por delante, nos dirigimos desde el segundo escenario y del rock de Cave Story hacia el escenario principal para descubrir a uno de los grupos del momento Khruangbin, un trío que practican un rock psicodélico con tintes de Blues y Soul totalmente instrumental(o la mayor parte), con una imagen sobre el escenario brutal, recrean unos sonidos que podrían estar sacados de una película de Tarantino, sin duda uno de los conciertos del día. Volvemos al segundo escenario para ver a la emergente Stella Donnelly, que con sólo un disco y un EP ha conseguido cautivarnos a todos, más aún de ver su fabuloso concierto, en el que se tiro por los suelos, bailo como una centolla y entregó grandes temas de su álbum debut “Beware of the Dogs”.
Gran concierto de uno de los los grupos más esperados del día, Alvvays dieron una lección de como debe sonar el Pop, canciones llenas de matices y estribillos perfectos hacen de los canadienses una de las mejores bandas del panorama indie pop. Tras asistir al divertido concierto de Boy Pablo, en el que soltó todos sus hits, “Everytime”, “losing You” o “Sick Feeling” siempre a medio camino entre Mac DeMarco y los también noruegos Kakkmaddafakka, nos dirigimos al que sin duda fue el auténtico cabeza de cartel y al que auguramos un futuro aún mayor, Car Seat Headrest tiene al público del Paredes ganado desde el primer momento, con gente alzando el reposacabezas de sus coches. El concierto de Will Toledo fue una fiesta colectiva donde el público se sumaba al pogo y al crowdsurfing levantando la tierra del foso, volviendo el escenario un mar donde los crowdsurfers eran las olas que chocaban en las vallas donde educadamente la seguridad los devolvía al ruedo.
En el escenario más pequeño Avi Buffalo nos devolvió a la tranquilidad, hasta que salió a la palestra los legendarios New Order, que a quién le pese nos dejó un directo que no está a la altura de su leyenda. Apoyándose ampliamente en canciones de Joy Division hacia el inicio y al fin del concierto y por supuesto en sus numerosos hits, dando al público las canciones que han venido a escuchar. La voz de Bernard Sumner, no suena bien en directo y la banda suena muy mejorable, mostrando el desgaste de una larga gira y de su edad, volviéndose algo menos que un karaoke de la tercera edad. Algo que mejoraron los locales Capitão Fausto, con un Pop fácilmente digerible por todo tipo de público y con clara vocación buenrollista, que al mismo tiempo te hace querer cantar, bailar, dormir o follar al mismo tiempo. Acabamos el After Hours con la electrónica de Acid Arab y Krystal Klear quemando la pista con dos grandes sesiones.
Nada que decir de las ganas que teníamos de ver a primera hora del viernes a los Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, el emergente grupo que ha hecho resurgir el rock andaluz, estando a medio camino entre Triana y King Gizzard & The Lizard Wizard, pero comportándose en directo como podrían hacer unos Led Zeppelin. Los motoretas tocaron al completo su álbum debut homónimo, canciones enormes como “El Salto del Gitano”, “Aliento de Dragón” o “The New Gizz” pueden llegar a poner de acuerdo a una familia entera entorno a la banda, desde el nieto hasta al bisabuelo. Con un pogo montado antes de las seis de la tarde, su cantante Dandy Piraña bajo a abrazar y agradecer al público su asistencia, volviéndose unas auténticas estrellas de rock, a la vez que manteniendo una cercanía insólita en los días que corren. Después de recogernos hacía la paz que mostraba First Breath After Coma y el buen concierto de los belgas Bathazar presentando su reciente álbum Fever, volvíamos al escenario principal a saborear el buen hacer de un Jonathan Wilson, que en las distancias cortas parece un Father John Misty sonando a The War On Drugs. En su concierto hasta el más distraído acerca de la discografía del californiano te preguntaba ¿Esto suena muy bien, no?, sin duda, un síntoma de la gran profesionalidad y mimo que este pone en sus directos.
Bendito caos el de Black Midi, entre el rock y lo esperimental logran crear una atmósfera envolvente en torno a ellos, que te atrapa sin saber como ha podido pasar, su disco debut Schlagenheim, será sin duda uno de los mejores del año. Y desde allí volvimos para ver un trío de ases pasando por el mismo escenario, Deerhunter, Spiritualized y Father John Misty. Los de Bradford Cox cumplieron como es norma general en ellos, mientras Spiritualized hizo volar por el espacio a todo el público, ante una pantalla que mostraba el título de sus canciones en código Morse. Durante hora y media, el bueno de Jason Pierce, recluido en su eterna silla a un lado del escenario, siquiera tuvo que recurrir a su mayor hit “Ladies And Gentleman We Are Floating in the Space”, tirando en su mayor parte de temas extraidos de su último álbum “And Nothing Hurt”, mostrando así su estado de forma realizando nuevas canciones sin tener que vivir de las rentas.
Father John Misty ejerció de cabeza de cartel, y hizo su entrada contoneándose como una auténtica figura de la música Pop. El proyecto de Josh Tillman ha crecido hasta el punto que sus músicos en escena se han multiplicado haciendo que su directo suene mucho mejor, pero al mismo tiempo se vuelva más predecible. Con unas pantallas que mostraban videoclips como el de “The Night Josh Tillman Came To Our Apartment” y una gran solidez sobre el escenario Father John Misty se volvió algo apático en un concierto en el que rescató la mayor parte del álbum que le puso en la cima como uno de los artistas más interesantes de la reciente década “I Love You Honeybear” y como era obvio no faltaron los grandes temas del disco. En general un muy buen concierto en el sentido técnico, pero al que le faltó la actitud que atesora. Terminado su concierto y siendo poco más de las dos de la mañana, aun nos queda cuerda para volver al After Hours, lo que viene a ser el segundo escenario después de los conciertos grandes, para no perder nota de la electrónica Pop de Peaking Lights, seguido de otra magnifica sesión de Romare.
Comenzamos el último y cuarto día de festival sin estar aún cansados, cogemos el coche y nos vamos por la mañana a la playa de un pueblo cercano a hacer surf, haciendo aún mayor el sentido de Vacaciones musicales del Vodafone Paredes de Coura, y aun así, tenemos tiempo para llegar a Alice Phoebe Lou, una suerte de versión femenina de King Krule, sus canciones se pasean por un pop luminoso con tendencias Jazz que consiguen disfrutar de un concierto sin grandes estridencias. Todo lo contrario a Mitski, quien con su celebrado disco Be The Cowboy ha dejado de esconderse detrás de la guitarra, para hacerlo detrás de un escritorio. Y no es que Mitski se esconda, lo que hace es elevar su directo a otro nivel, con más músicos que le puedan hacer el trabajo para tocar y dar rienda suelta a su imaginación para montar un show lleno de coreografías, ejercicios de gimnasia y todos ellos utilizando un escritorio y una silla. Mitski es la voz de su generación, la estrella de rock más importante de los últimos años y así lo muestra con sus brutales canciones que muestran una honestidad y sensibilidad fuera de lo normal. Con un ritmo verdaderamente alto entre canción y canción canto canciones “Why Didn’t You Stop Me?”, “Nobody” o “Your Best American Girl” todas alrededor del escritorio, poniéndolo cada vez de una forma distinta, para en sus dos últimas canciones apartarlo, dar las gracias y mostrarse al natural cantando sobre el pie de micro “Two Slow Dancers” y “Carry Me Out” con los que dejo al público en un estado inusitado de melancolía, que rápidamente desaparecería en el concierto de Sensible Soccers, cuando los portugueses pusieron a los asistentes a bailar.
Todo el mundo corría hacia el escenario principal para ver a una de las principales artistas femeninas en el mundo del rock durante décadas, Patti Smith, una auténtica leyenda pisaba el escenario del Paredes de Coura a sus ya 72 años, dando un verdadero recital junto a su banda, en una comunión perfecta entre ella y todo el público del festival, que cantaba cada una de sus ya eternas canciones, al mismo tiempo que con su palabra, incitaba al público con mensajes de paz, amor y unidad, apartando cualquier nacionalismo. No se puede comenzar mejor un concierto “People Have The Power”, ni terminarlo de forma más apoteósica que Patti “Gloria”, entre el principio y el fin sonaron sus más famosas canciones y versiones de otros artistas, “After The Gold Rush” de Neil Young, “Are You Experienced?” de Jimy Hendrix o “Walk On The Wild Side” de Lou Reed, sin olvidar autenticos temazos propios “Because The Night” o “Ghost Dance”. Patti Smith sigue teniendo un directo espectacular y de buen seguro generará un recuerdo imborrable en la memoria de todos los que hayan tenido oportunidad de disfrutarla.
Tras salir de Patti Smith, llegábamos tarde al siguiente concierto debido a los solapes entre escenarios, no son solapes enteros, pero si se suelen pisar los primeros y últimos diez minutos de cada concierto, esto seguramente sea para regular de algún modo el tráfico de gente de un escenario al otro. Allí se presentaba Kamaal Williams, con un cuarteto formado por bajo, teclado, batería y saxo; una auténtica barbaridad como se maneja el británico en el mundo del Jazz y un placer disfrutar de este estilo en un festival del tamaño del Vodafone Paredes de Coura.
El Rap de un Freddie Gibbs descamisado y con una copa de vino durante todo el concierto con Madlib a los platos, embrutecía a todos los presentes al grito de: “Fuck The Police”, mientras el centro de la pista se convertía en un pogo masivo. Con un descanso entre los dos últimos conciertos del escenario principal sin que nadie toque en ningún escenario, recorremos el magnífico recinto en busca de la cena hasta que Suede saltase al escenario.
Un Brett Anderson desatado aparece en escena a la cabeza de una de las mejores bandas del Brit Pop de los noventa. El bueno de Brett no paró un momento, se tiro por el suelo, bajo hacia el público y se dio un baño de masas saltando la vaya que los separa. Suede siguen siendo por meritos propios una banda encomiable en directo, donde se gastan un repertorio todavía más espectacular en la hora y media que duró su concierto, “Metal Mickey”, “Trash”, “Life is Golden”, “She’s in Fashion” o “Beautiful Ones” son sólo muestra de la grandeza de los británicos, que en cada concierto se dejan la piel, mostrándose como un valor seguro para encabezar o dar nombre a los mejores festivales del planeta. Con el Rap de Flohio y la electrónica de Jayda G nos despedíamos hasta el próximo año, con un éxito rotundo tanto de público como en la calidad de todo lo visto.
Tras cuatro días de festival, nos tocaba recoger y hacer las maletas para volver a casa, dejando atrás muchísimos momentos que nos llevaremos por siempre. No podemos estar más satisfechos del trabajo realizado por el Vodafone Paredes De Coura, que con una organización y un cartel excelente lleno de calidad y variedad , consiguen crear una fecha que quedará marcada por siempre en nuestros calendarios laborales para reservar la semana de nuestras vacaciones y poder volver de nuevo al Couraiso.
Texto: Ramón Bravo
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