Resurrection Fest 2019 | “The Show Must Go On”
Como todos los años toca reunión de amigos en Viveiro. La Navidad es para ver a la familia y las primeras semanas de Julio para juntarse con gente que ves todos los fines de semana, o no, en un sitio al que podemos llamar paraíso. Realmente no importa demasiado las bandas que lleven año tras año, como demuestra la primera venta de abonos que se agotan en horas. Tienen los mejores bares posibles, la gente del pueblo se vuelca con el turista y encima con cada consumición las tapas son gratis. Un festival no es únicamente la música; es el entorno, la camaradería, la amabilidad, la facilidad para pasarlo bien y, en definitiva, para llenar la mente de buenos recuerdos que en los momentos malos siempre saben sacar una sonrisa. El Resurrection Fest ofrece todo eso en grandes dosis y siempre terminas el domingo al levantarte pensando en los días que faltan para volver a poner una chincheta en Viveiro para el siguiente año.
Quizás sea el festival que mas controversia genera en la península como demuestra la ausencia de objetividad en los fans, que defienden el festival a muerte y nunca son capaces de ver problemas o deficiencias. En el otro bando nos encontramos con los “haters”, personas que odian el festival y sus motivos son bastante absurdos. Damas y caballeros, envidia, pues es difícil odiar algo a lo que no asistes o que no conoces. El festival demuestra ser la parte neutral en el asunto, intentando que los primeros digan qué se puede mejorar para seguir creciendo y, por otro lado, animando a los segundos a asistir para que puedan realizar una crítica real. Nos ponemos manos a la obra y desgranamos lo que la edición de este 2019 nos deparó. Go Madafackas!
Miércoles 3 Warm-Up
Me cuesta bastante aceptar que un abono para un festival no incluya la fiesta para calentar motores del propio festival. No puedes basarte en el que precio es “de risa” porque si sumas la cantidad de gente que paga la broma no es poco el dinero que se gana por ofrecer algo que, repito, no debería generar beneficios. Trae bandas locales y no grandes bandas. La idea es calentar motores no destrozar a los asistentes el primer día. Llevaba en Viveiro desde el Lunes en un magnífico piso desde el que tenía que pagar 1€ cada viaje en el bus al festival o decidir caminar unos 30 minutos bajo el sol abrasador. Me decidí por el sol pues me parece abusivo lo de los buses, sobre todo a la gente que pagó por que le dejaran poner su tienda en el beach camp o, peor aún, la gente que acudió al glamping. Pienso yo que estas dos maneras de asistir al festival deberían incluír al menos un viaje ida/vuelta para cada día de manera gratuíta. La única manera era para ahorrarse los viajes era pagar por el resucamp, al lado del festival pero que dudo que sea una zona para descansar al empezar los grupos a probar por las mañanas y estar pegado a los escenarios. Sigo criticando pero me parece que las cosas se pueden mejorar si se deja de pensar en el dinero. Estaba bastante molesto con el feedback de la gente que, por alguna extraña razón, hacía propio. Entré para ver a Kvelertak y me marché cuando llevaban tres canciones porque el sonido me estaba destrozando la cabeza.
El miércoles fue una jornada memorable que pasará a los anales de la historia (sarcasmo). Por suerte entré de manera gratuíta porque mi abono no incluía la warm-up. Era el concierto que cerraba el evento y tengo una facilidad de palabra muy buena o el de seguridad se cansó y me dejó pasar para que no siguiera dándole la brasa.
Jueves 4
Con el cuerpo descansado y dándome cuenta de mi error del miércoles, decidí aprovechar el primer día de festival al máximo. A veces la cabeza no esta para tonterías y te conviertes en un gruñón. Desayuné como un campeón y entré para Electric Monolith completamente comido y con el modo super saiyan activado. Los catalanes te transportan a los 70 con su rock psicodélico. Disfruté mucho con el concierto que duró cerca de media hora y era la primera de las muchas visitas al desert stage.
Lo siguiente era ir a por una cerveza cuanto más grande mejor para no tener que volver durante el concierto de los japoneses Crystal Lake. No soy muy fan del metalcore pero he de admitir que me impresionaron y la persona que me recomendó no perdérmelos se ganó unos chupitos. Se perfectamente que en disco no voy a ser capaz de escucharlos porque el metalcore me recuerda a los jóvenes a los que sus madres no les dan la paga, se enfadan, gritan, saltan sin sentido y quieren destrozarlo todo. Kylo Ren en estado puro. Me gustó mucho el tema con el que cerraron, Prometheus.
El escenario ritual me esperaba para ver los cuerpos de Altarage, no las caras porque no tuvieron tiempo de maquillarse. Bromas aparte los bilbaínos son una pasada en directo y su black/death metal dejó impresionados a propios y extraños. Tienen tres discos que son auténticas joyas del estilo, sobre todo The Approaching Roar editado este mismo año. Tienen mas éxito fuera de nuestras fronteras pero eso no es algo nuevo, no sabemos valorar lo que tenemos.
Sin tiempo para descansar tocaba volver a ver a Gojira. Tercera vez que tenía la oportunidad de verlos tras los conciertos de 2014/2016. Nunca me han decepcionado y el único problema fue que en los laterales del main por culpa del viento el sonido era escaso. Contra la madre naturaleza no puedes luchar, como podréis apreciar mas adelante. Hablar de Gojira es hacerlo de la mejor banda francesa de metal y una de las grandes bandas de groove del planeta. Su último lanzamiento data del 2016 por lo que tocó un concierto donde sonaron los clásicos: Backbone, Flying Whales y Oroborus. No tocaron Vacuity lo cual sorprendió a todos los conocedores de su obra.
Tras un pequeño descanso para reponer energías en la zona de comidas, de lo mejor del festival con gran cantidad de opciones para todos los paladares y unos precios económicos, a parte de la rapidez; tocaba ver a Cró! que es producto gallego de máxima calidad, como si del sello de la ternera gallega, que sabes que estará rica, sabes que ellos van a sonar cojonudos. Los audiovisuales cobran una importancia magna en su directo que van desde el jazz al rock pasando por la música clásica. Parecía una jam session que disfrutamos todos los asistentes enormemente. Algo fresco y distinto a todo, una jodida maravilla.
Despedida de Slayer de España, último concierto de Araya, Kerry King, Paul Bostaph y Gary Holt haciendo su homenaje a Hanneman. Tras caer el cielo sobre nuestras cabezas y con la cantidad de información confusa no sabías si se iba a cancelar lo que faltaba de jornada o se iba esperar a que la tormenta eléctrica parara y poder volver a empezar con los directos. En mi vida vi tanta agua y tantos rayos en tan poco tiempo. Era espectacular, precioso y el mejor espectáculo posible para la ocasión. Cuando empezó el concierto con los últimos rayos iluminando cada pocos segundos el oscuro cielo la estampa era abrumadora. La naturaleza se puso a las órdenes de Slayer y cuando Delusions of Saviour comenzó a sonar y los pentagramas, dos a cada lado, comenzaron a arder, los mejores rayos acudieron a la orden de Araya para abrir con Repentless, un tema que en directo nunca funcionó hasta la fecha. Gracias madre naturaleza, el único tema que deberían quitar del setlist estuvo de puta madre gracias a tu intervención.
Lo que a continuación pudimos presenciar fue uno de los conciertos que el Resurrection recordará para siempre. No se dejaron nada y el público estaba empapado pero contento. Una ducha de agua caliente resuelve el frío y los americanos calientan los corazones. Es una pena su despedida y no poder volver a escuchar Raining Blood, Angel of Death, South of Heaven o War Ensemble. Siempre nos quedarán sus discos que aleccionarán a futuras generaciones en el thrash metal.
Tocaba ir a descansar y secarse un poco a la zona del merch, muy escasa a mi parecer, antes de asistir a uno de los conciertos que la gente llevaba años pidiendo, Parkway Drive… la idea era esa pero estaba tan calado por el agua que decidí sentarme y esperar una hora treinta minutos para ver a Brant Bjork, uno de los bolos a los que mas ganas tenía de asistir. Quizás me arrepienta de no ir a verlos pero el cuerpo no me dejaba y el bar del desert estaba como el escenario, desierto. Bar cerca y sitio seco cerca. Estaba en el cielo después de que Slayer me llevara al infierno. No dejabas de escuchar Kyuss y Fu Manchu por todos lados, la expectación generada por verlo se masticaba. Queríamos stoner rock de calidad y salió a ofrecernos lo que solicitábamos. Entre el alcohol y la mojadura, unida a sus pintas me transporté a Woodstock, menos mal que no me drogo o a saber donde termino esa noche. Acabé en el piso tras encontrar billetes gratis de bus, no pagué por uno en todo el festival. La gente los compraba y los tiraba al suelo, junto con tokens, el método oficial de pago del festival, anticuado y que deberían de cambiar de manera urgente por otro como la pulsera con la que puedes realizar todo dentro del recinto, como HellFest y la mayoría de festivales. Los tokens son de plástico y lo queremos quitar del planeta…
Viernes 5
Al poder disfrutar de un piso, con todas las comodidades que ofrece, lo de la noche anterior dejó de ser importante en cuanto se pasa por una ducha de agua caliente y se descansa en un colchón firme. La segunda jornada de festival se afrontaba con una sonrisa mientras compartías desayuno, o últimas cervezas ojo a algunos, antes de subrayar con el rotulador con el color más llamativo posible las bandas que tocaba ver ese día, siempre sujeto a variantes. Como tenía billetes de bus que la gente me cedió de manera altruista tirándolos al suelo, esta vez la caminata no era necesaria. Mejor, no era para lluvia pero tampoco para un bonito paseo por el centro de Viveiro, cosa que os recomiendo porque es una experiencia necesaria si se acude al Resurrection Fest. Pasar al menos una mañana de vermú y tapeo por el centro del pueblo. La ruta de la tortilla debería de ser un añadido oficial organizadores.
La primera parada obligada del día recaía otra vez en el desert stage para ver a los coruñeses de MØURA, que no hacen para nada honor a lo que su nombre significa (Google, no me seáis vagos), pero que hacen honor a lo que tocar música en directo significa. Partimos de algo muy poco usual para la mayoría del público, escuchar cantar en gallego. Unimos a esto el rock en forma de psicodelia y un frontman, que unido a un teclista que da un show tremendo junto a su hammond y el cóctel que nos encontramos es ganador. Folclore gallego de calidad. Un show que todos disfrutamos. No controlo su discografía pero me han chivado que presentaban tema nuevo.
No nos movemos del escenario y esperamos al siguiente directo, Neila. Una banda que cumplía dos décadas sobre los escenarios, su primer disco se editó en el 2002, ha pasado toda una vida. Su mezcla de sludge metal/post-hardcore, es efectiva sin ser algo fuera de lo común. Me dediqué a hablar con viejos conocidos mientras de fondo daban un concierto correcto. Volvemos a dejarnos querer por el escenario que primero encontramos al entrar al recinto y esperamos para ver a Santo Rostro. Los andaluces son la primera banda que te espabila e iba siendo hora porque ya eran mas de las 18:00 de la tarde. Stoner con mucha potencia, justo lo que se necesitaba para darte cuenta que estas en un festival de música extrema. Cerca de cuarenta minutos de buena música en directo. Se llevaron una gran ovación por parte del personal y supongo que marcharían contentos a beber alcohol con el resto del público. A destacar que la mayoría de bandas de pequeña/mediada fama una vez terminado su bolo los encontrabas disfrutando del festival.
Ya era hora de ir al main stage a menear la cabeza con una de las mejores bandas de metal para niños que sus madres no les dan dinero para kalimotxo del planeta, a.k.a. metalcore. Es una de las pocas bandas que en estudio me gustan, quizás sea por tener en Matt Heafy la que a mi parecer es la mejor voz del estilo, acompañado por Corey Beaulieu en los guturales más infernales y Paolo Gregoletto haciendo las voces limpias y mojando los calzoncillo/bragas de todos los asistentes. Que hombre tan guapo aish! Se nota que crecieron y no dependen de berrinches que plasman saltando sobre el escenario haciendo que te preguntes si es madera, lava o las zamburguesas de humor amarillo. Tocaron lo que íbamos a escuchar: Pull Harder on the Strings of Your Martyr, Down From the Sky y In Waves que son sus tres mayores éxitos. Su funcionan te dejas de hostias y al público le das lo que ha ido a buscar. A una prostituta/gigoló no le pides un abrazo y a un McDonal’s no vas a comer una ensalada, que las tienen.
El desert volvía a llamarme como si de Jumanji se tratara y cual estampida de rinocerontes acudí a la llamada de Wet Cactus. Esta vez tocaba ver a unos cántabros, que no únicamente viven de las anchoas. Vuelta a la psicodelia, que no es mi estilo de música favorito pero había ido al festival a jugar y dejarme llevar. Como todos los grupos, densos como 500 gr. de cereales de chocolate en 100 ml. de leche. Pienso, como comenté, que puedes dar bocados al aire y masticar las notas que salen de sus guitarras.
Otra vez de vuelta en el main para ir a ver dos shows distintos. El que íbamos a ver la mayoría de la gente, Arch Enemy; y el que iba a ver mucha gente, Alissa White-Gluz. Que ganas de disfrutar de un concierto de una mítica banda de death metal melódico o gothenburh metal, malditas etiquetas. Siguen siendo de lo mejor que ofrece el estilo tan prolífico a finales de los 90 y principios de nuevo siglo. Muchas bandas han caído y únicamente quedan sobre los escenarios las que merecían la pena. Un sonido muy mejorable pero que nos dejó disfrutar de sus grandes hits como Nemesis con el que se despidieron, pero no sin tocar antes My Apocalypse o Dead Eyes See No Future. Nos dejaron sin Ravenous y We Will Rise cosa que sigo sin entender.
Por fin tocaba visitar el ritual para ir a ver Avatar, posiblemente la banda que mas aplausos recibió de todo el festival y que se volvió a Suecia con gran cantidad de nuevas almas para su circo. Desde el principio hasta el final el show circense que ofrecen encandila a todo ser que se deja meter mentalmente en la carpa que montan y consigue rodear cualquier open air. Es increíble la capacidad que tienen de abstraerte de todo lo que te rodea para acudir a un auténtico circo de los horrores. Puedo seguir escribiendo maravillas sobre ellos asi que os recomiendo ir a verlos siempre que podáis y disfrutar de Smells Like a Freakshow, Let It Burn, Hail the Apocalypse… de TODAS las canciones que toquen en directo, ninguna pasa desapercibida y su frontman Johannes Eckerström consigue que vuelvas a tu época de poner a tu ídolo en forma de póster en tu habitación de adolescente.
Slikpnot y su decadencia sobre los escenarios. Os juro que no odio a la banda aunque pueda parecerlo. El problema que tengo es que llevan ofreciendo lo mismo durante años cambiando miembros de la banda y máscaras, pero no el show, al que gira tras gira restan cosas en vez de sumarlas. Corey Taylor ya no es tan jodidamente faltón con los miembros de su banda y el público, los percusionistas no interactúan con nadie, la batería ya no hace su show de girar 360º mientras sigue tocando su solo. En definitiva, no tienen ni la energía ni las ganas que años atrás los encumbró como la mejor banda de nu-metal del jodido planeta tierra. Esta vez me quedé a ver todo su show, que mejoró lo ofrecido semanas antes en Francia en su propio festival pero me dejó indiferente. Encima venía de ver a una banda que disfruta de lo que hace y lo plasma sobre las tablas. No destrozaron sus éxitos pero no ponen el corazón en lo que realizan. Los fans disfrutan porque al fin consiguen verlos en directo pero si consigues ser un poco objetivo te das cuenta de que menos mal que es un festival y hay mas bandas. Si llegas a pagar 70€ por ver un show con ellos y unos telorenos es para denunciar a consumo. Tocaron lo que años antes les metió millones de dólares en los bolsillos. Conocéis los nombres de las canciones asi que mi breve crónica del headliner del viernes queda cerrada.
Tocaba descansar y dejar de ver a Cradle of Filth que tuve la oportunidad de disfrutarlos en HellFest y Converge que no tenía el cuerpo para meterme en una carpa a destrozarlo todavía más. Creo que en todos los años que llevo visitando Viveiro en Julio nunca he ido a ver un concierto entero en el escenario de la carpa. Estaba tan a gustito tras el descanso que decidí dejar cerrado el segundo día del festival. The Ocean los había disfrutado hace pocos dias, Crisix es una banda realmente fácil de ver cuando me apetezca y Birds in Row no tengo idea de que hacen pero tocan donde nunca voy. En casa me esperaba una pizza dejada con cabeza a la hora de la comida en un sofá.
Sábado 6
Como todos los días comienzas lavándote para ensuciarte, desayunando para quemarlo y vistiéndote para, si hay suerte, que te desvistan. Pero estamos aquí para hablar de música así que hablemos del primer concierto del último día de festival, Cathexia en el desert stage que somos animales de costumbres. Creo que Asturias era una comunidad que todavía no tocamos este año así que desde Navia venían a hacer check-in en la curiosa lista de comunidades autónomas presentes en el Resurrection Fest. Aunque parezca mentira realizan death metal de la vieja escuela. Iba sin conocerlos y me sorprendieron porque en este escenario no suena este tipo de música y este tipo de música es la que adoro escuchar sobre los escenarios. Mas contento que un niño con un chupa chups me quedé. Destaco el concierto en general pero no puedo citar temas que no los controlo. Es una banda que tengo pendiente de indagar sobre ellos.
Acabo de comentar que somos animales de costumbres y para no faltar a la verdad volvímos a quedarnos en el escenario a la espera de la siguiente banda, Syberia, una de mis bandas de post-rock nacionales favoritas, al nivel de Toundra (banda a la que recientemente dedicamos un especial). Me transportaron justamente donde quería en el momento oportuno durante los minutos que les dejaron para impresionarnos. Uno de los mejores bolos del festival.
Repetimos lo del viernes y, por tercera vez, quedamos en el sitio a la espera de Atavismo. Rock progresivo, hard rock y psicodelia cocinada a fuego lento para convertirse en una de las bandas mas respetadas del underground nacional. Gente que viene de bandas como Viaje a 800 es algo que sabes que aportará calidad al conjunto.
Volvía a necesitar caña de la buena y volvía aparecer el main stage en mis planes. Testament me esperaban para saludar a Chuck Billy, que lleva destrozando cuellos desde 1986 de manera indefinida. El muy cabrón sigue siendo un puto crack y los años hace que les salgan lorzas pero nunca sin perder su identidad. Es el Travolta del thrash metal. De nuevo los problemas de sonido del escenario lastraron el que estaba siendo un gran concierto. Al ser conocedor de su carrera musical disfruté los temas pero es una pena que siempre hubiera el mismo problema de sonido, en los laterales el sonido se lo llevaba el poco viento existente y en el medio o estabas adelante de todo, que no tengo edad para ello, o atrás el problema era idéntico a los laterales. Me lo pasé igualmente bien escuchando Into the Pit y Over the Wall y no paré de saltar cuernos al aire cuando cerraron con The Formation of Damnation, una gran canción de un disco algo mediocre.
La ruta era idéntica al día anterior y tocaba volver a la entrada para asistir al concierto de Cobra. Vuelta al stoner pero sin doom, psicodelia o hard rock; stoner y metal con algo de rock & roll. Un concierto para volver a hablar con amigos mientras bebes y comes para recuperar fuerzas e hidratar el cuerpo. Supongo que cumplió el objetivo, dejarme disfrutar de la música, la comida, la bebida y la gente sin molestarme. Siempre es de agradecer.
Menos mal que hicimos esto porque Lamb of God había venido a Galicia a hundir Viveiro en las tinieblas. Es extraño que el suelo no se dividiera en dos ante los bulldozer que había sobre el escenario. Que el sonido es malo, pues gritamos más y llevamos las cuerdas de los instrumentos al límite pero por sus cojones que los ibas a escuchar. Que manera de llevar al directo Laid to Rest, Ruin o Now You’ve Got Something to Die For. Dejaron para el final Redneck y no se como salimos vivos de semejante barbaridad. No soy persona de meterme en medio de moshpits pero el cuerpo y la mente lo pedían. Salí con toda la ropa puesta, el calzado correctamente colocado y con una cantidad de hostias en el cuerpo increíble pero cuidado, con una sonrisa de lado a lado en la cara.
Faltaba la traca final y decidí darle calma al cuerpo, descansar y dejarme caer por la hierba a la espera de ver algo distinto, un concierto de Within Temptation, grupo de los 40 principales. Soy así de masoquista, me encanta hacerme daño. No se que hacía allí parado mirando algo que no me gustaba así que no tardé mucho en irme. Había que hacerlo antes de que sonara Stand My Ground y lo hice casi al límite pues empezó a sonar mientras abandonaba el recinto.
Tenía por delante unas horas para estar fuera del festival tranquilo antes de cerrar con el último headliner del festival, King Diamond. Entré calmado, relajado y preparado para asistir al show que me esperaba. Era conocedor de lo que iba encontrar y lo disfruté. Parecía un poco idiota decirle a la gente: “mira, mira ahora hará esto y va a sonar esto otro”. Los que se encontraban por primera vez con un directo suyo se dividían en dos grupos bien diferenciados, los que escucharon el primer tema y huyeron al no poder soportar la voz y los que se acercaron a las primeras filas para disfrutar de algo único. Así que tenemos el grupo de las barras, un vacío descomunal y la gente que disfrutó de un concierto realmente divertido. Una obra de teatro llevada a los escenarios de los mejores festivales de metal del planeta. Algo único de ver que ya por eso solo merece la pena.
Es cierto que la voz no es la de hace años, es muy difícil alcanzar los registros a la perfección pero aun con los fallos vocales la verdad que cumplió y se llevó una gran ovación. Se les ve unidos y que disfrutan de la música, eso lo vemos abajo, mientras alzamos nuestros ojos de un lado a otro para no perdernos nada de lo que acontece. Siempre vamos a destacar las mismas canciones porque son sus mayores éxitos; Sleepless Nights, Welcome Home y Black Horsemen, tema con el que cerraron, en su particular podio. No sonó ningún tema de Mercyful Fate y se dejaron The Family Ghost sin tocar.
A falta de las últimas despedidas y acabar de destrozar el cuerpo a base de chupitos, que a falta de una manera mejor de despedirse de amigos hasta dentro de un año, es lo que toca, lo que quedaba era recordar el festival todo el domingo tirado en cama con resaca y la sensación de haber disfrutado del Resurrection Fest 2019. En 2020 esperamos volver para informaros sobre nuestras aventuras y desventuras en los festivales. Mientras el cuerpo aguante, los festivales tendrán que soportarnos. Espero que mejoren las deficiencias existentes y sigan creciendo para llegar al nivel de los mastodónticos festivales europeos y no se queden entre medias. El Download va ganando fuerza, el Rock Fest queda lejos y el Rock de Coast a saber como evolucionará. Ante la duda lo mejor es ponerse las pilas y ofrecer en su 15º aniversario su mejor cara.
Bang your head Madafackas!
Fotos: Jaime García
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