La Maldición del Club de los 27
Empezaremos el 2019 cambiando de registro, queridos madafackas. Este mes no se recordará la trayectoria de ningún grupo legendario, pero el tema que trataremos parte de la propia esencia del Rock´N Roll “Way of life”: autodestrucción, drogas,vidas sesgadas de forma prematura de artistas excelsos en su pleno apogeo y un denominador común para todas ellas, los 27 años de edad. Aunque el tétrico club de los 27 empezó a “formarse” en los sesenta, décadas antes un reputado bluesmen lo inauguraba en extrañas condiciones… Pasen y lean, camaradas.
Efectivamente, el guitarrista negro Robert Johnson (1911) tuvo el dudoso honor de ser el primer gran músico en fallecer a tan temprana edad, dejando un legado magistral del que beberían iconos como Muddy Waters, Eric Clapton o Keith Richards, entre otros, además de poseer una extraña leyenda negra a sus espaldas, según la cual era un guitarrista mediocre que vendió su alma al Diablo a cambio de ser un virtuoso del instrumento que años después le convirtió en inmortal. Su maestría y virtuosismo era tal que incluso parecían sonar dos guitarras a la vez en los bares y clubs donde cantaba sus éxitos, alguno de ellos haciendo referencia en sus letras al supuesto pacto demoníaco como Crossroad Blues o Me and The Devil Blues.
Galán y mujeriego emperdenido, Johnson encontró la muerte en 1938 después de tocar en un tugurio de Mississsipi, ya que después de intentar ligar con la mujer del dueño bebió de una botella de whisky abierta, saliendo del local poco después de empezar su actuación con paradero desconocido y aparentemente enfermo y siendo encontrado tres días después muerto, presumiblemente envenenado con estricnina.
Ya en la maravillosa y creativa época de los sesenta uno de los fundadores de los míticos Rolling Stones comenzó la lúgrube senda de iconos con vidas al límite que destruían su talento al ritmo del alcohol y las incipientes drogas de moda: Brian Jones (1942), multiinstrumentista y creador del nombre del grupo, era considerado como el más creativo y experimental de la banda, ya que además de tocar la guitarra rítmica dominaba rarezas tan alejadas del rock como la mandorlina, el arpa, el cello, el violín, la flauta y un sinfín de modalidades que hicieron de los Stones un referente en cuanto a diversidad y registros de estilos.
Sus problemas con las sustancias prohibidas y un carácter complicado provocaron serias fricciones con Richards y Jagger principalmente,y en plena grabación de Let It Bleed fue “invitado” a abandonar el grupo, situación que Jones asumió ya que estaba en una profunda depresión que le llevó al ingreso en una clínica. Brian Jones quería aprovechar la coyuntura para tocar con jefazos del calibre de Lennon o Hendrix, además de seguir disfrutando de un alocado ritmo de vida que se cortó de raíz a principios de julio de 1969 cuando fue hallado muerto flotando en su piscina.
Según la autopsia fue debido a una ataque de asma (padecía de ello desde niño) al meterse en el agua bajo la influencia del alcohol y drogas, aunque otras versiones no oficiales apuntan a que murió ahogado involuntariamente al ser sumergido entre juegos por amigos que se encontraban ese día con él. En su lápida hay un mensaje demoledor: No me juzguéis con demasiada severidad. Brian Jones, que con 15 años ya tenía tres hijos ilegítimos, ascendía al Olimpo de los malditos dejando a la banda que él fundó en lo más alto e iniciando una tortuosa senda.
Si alguien es reconocido como un genio innovador y precursor de multitud de artistas es el imperial Jimi Hendrix (1942), referente absoluto tanto del rock and roll como del blues más eléctrico por su maestría tocando las seis cuerdas y considerado por muchos como el mejor guitarrista de la historia, entre ellos la revista Rolling Stone o la especializada Total Guitar. Los cuatro trabajos junto a su banda The Jimi Hendrix Experience muestran el virtuosismo de un genio que hacía “hablar” a su guitarra además de llegar a sonidos nunca escuchados, llegando a tocarla como es archiconocido con los dientes y por las espalda entre otras gloriosas exhibiciones.
Los conciertos en festivales como Woodstock o la Isla de Wight le catapultaron al estrellato, asombrando a unos medios que le consideraban un músico ecléctico e innovador como pocas veces se había visto, con la dosis perfecta de locura y excentricismo como cuando quemó su mítico instrumento en señal de reverencia y ritual en el celebérrimo festival de Monterrey.
Lamentablemente su afición al alcohol y las drogas duras nos privaron de poder tener mucho más material de Jimi,y el 18 de septiembre de 1970 murió ahogado en su propio vómito después de mezclar pastillas y bebida, privándonos de su maestría y ampliando la leyenda del Club.
Si alguien representaba como nadie los movimientos contraculturales y femeninos en los sesenta ésa era sin duda Janis Joplin (1943), santo y seña de toda una generación americana y seguramente el primer gran icono femenino del blues-rock gracias a su extraordinaria voz y sus poderosas interpretaciones.
Janis siembre tuvo un carácter indómito y autodestructivo, con letras desgarradoras de desamor y sufrimiento que hicieron las delicias de multitud de fans durante su breve carrera, cercenada semanas después de la muerte de Hendrix por una sobredosis de heroína. En su curioso testamento dejó 2500 dolares para realizar una fiesta en su honor con pasteles de hachís y chocolate para las más de 200 personas que acudieron al curioso acto.
Me pongo en pie para hablar de uno de mis referentes musicales durante la ya lejana juventud, don James Douglas Morrison (1943): el magistral Rey Lagarto y sus The Doors dieron un giro de tuerca sorprendente al rock americano con su mezcla de poesía, música y teatro, todo ello bajo el influjo de un Jim obsesionado con los escritores malditos franceses (Rimbaud, Baudelaire) y la búsqueda constante del placer a todos los niveles. El legado majestuoso de Jimbo y su banda nos lleva a clásicos como Break On Trough, Light my Fire, la hipnótica The End o L.A.Woman, entre muchísimas otras, además de renombrados escándalos como el acontecido en Miami cuando fue apresado por simular una masturbación durante un show.
A los 27 años Morrison tenía la voz y el aspecto de alguien mucho más mayor, agotado por la presión del juicio de su comentado incidente y el hedonista ritmo de vida que llevaba, siendo las drogas y el alcohol su peligroso y demoledor día a día.Por esos motivos intentó cambiar de rumbo marchando junto a su novia Pam Courson a Francia en marzo de 1971, pero pocos meses después murió en la bañera de su piso al parecer por un fallo cardíaco, debido sin duda a las peligrosas e incontables mezclas de sustancias que Jim realizaba. Fue enterrado en el popular cementerio parisino de Pere Lachaise, donde descansan destacadas personalidades como Oscar Wilde, Chopin o Edith Piaf,siendo el cuarto sitio de interés turístico más visitado en la actualidad.
Las cuatro jotas (Jim, Janis, Jones y Jimi) fueron durante décadas los integrantes del siniestro grupo de los 27, hasta que en 1994 la Leyenda volvió a escena con la desaparición del atormentado Kurt Cobain (1967), Alfa y Omega de Nirvana y una de las claves de la explosión que sacudió a Seattle y el mundillo rock a principios de los noventa.
Harto de sí mismo e incapaz de asumir su imagen como emblema de una generación hastiada y desmotivada, el 8 de abril de 1994 Cobain se disparó en la cabeza tras una etapa llena de incidentes con la heroína e intentos de suicidio, aumentando la funesta lista del Club del cual él siempre hablaba.
Y tristemente cierra el círculo el 23 de julio del 2011 la talentosa Amy Winehouse, controvertida artista inglesa con una tormentosa existencia como su maravilloso single Rehab indicaba, otra incipiente estrella que moría de forma abrupta a los 27 años tras sufrir un colapso etílico.
Triste pero cierto, madafackas, Rock and Roll Way of Life!!
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