Demonios tus Ojos (Sonido Malasaña, Madrid)

Martes 16 de octubre

Auditorio Conde Duque, 20:00h

 

En el centro cultural Conde Duque, famoso, entre otras cosas, por los fantasmas errantes que vagan por sus depósitos, asistimos a un concierto especial dentro del ciclo Sonido Malasaña, comisariado por el gran compositor y músico Suso Saiz.

El concierto de la noche del 16 fue especial por varias razones, una de ellas es que era el trigésimo aniversario de Demonios Tus Ojos y la otra es que se reunía así a los “4 primos” más oscuros del rock and roll de los 80 en España. Demonios Tus Ojos, un grupo de culto, suicida, extraño y misterioso como pocos, se presentaron 30 años después para mostrarnos lo que fue su único disco, y que a día de hoy sigue y probablemente siga siendo, uno de los discos más auténticos, y extravagantes del rock de las tres últimas décadas. Una mezcla asombrosa entre el Bad Moon Rising de Sonic Youth de 1985 y The Doors en “Not To Touch The Earth” aumentada gradualmente a 100º en delirio febril, rabia, dolor, emoción y un largo etc;

Tras una introducción desconcertante con un Corcobado con una grabadora ante el micro reproduciendo sonidos caóticos y Javier Almendral al bajo punteando con algo que parecía un cepillo eléctrico sin cabeza o un taladro pequeño sin broca, fueron acompañados a su vez por los Hnos. Colis, el punteo disímil de uno y el acariciar y golpear la batería con las manos (sin baquetas) del otro auguraban una noche abismal hacia Dios sabe qué precipicios del alma.

El primer tema que interpretaron fue “Adiós al Pantano Rojo” lo cual fue muy emocionante porque parecía una canción de autobienvenida con ese estribillo que dice “Ya Era Hora de Volver a Casa” que coreaba toda la banda con ese tono de vaqueros espectrales sobrecogedor de la canción, una canción que con el tiempo parecía sonar más amable y que en directo había madurado más a ese freejazzpunkrock que tanto convulsionó la música en aquella época.

Corcobado dosificó sus aullidos y alaridos por una buena razón, gritos que sustituyó en algunas ocasiones por gruñidos; la siguiente canción en aparecer fue “Bar Turbulento” con Nacho Colis tocando la batería con manos desnudas dando una sensación inquietante al sonido de los platillos, un bajo grave y áspero iba haciendo aparición de la nada como un espectro en una canción sobre almas en pena alcohólicas dentro de algún tugurio infecto, canción que poco a poco va enloqueciendo con el saxofón que tres años antes a la aparición del disco de Demonios Tus Ojos, Corcobado aprendería a tocar intuitivamente mientras hacía el amargo servicio militar en la isla de Tenerife.

Otra canción que empieza como un golpe seco en la glándula pineal es “Los Huesos del Amor”, un tema que sale del vacío con un golpe de caja repentino, tan repentino que la batería cogió al resto de la banda desprevenida, a lo que el exvocalista de Vírgenes Adolescentes, J. Almendral, se disculpó diciendo que en los últimos 30 años se les había olvidado alguna cosa…Canción esta, al igual que el resto, estremecedora, de amor psiquiátrico, donde el amante se disculpa ante su amada de rodillas, en este caso Corcobado en el suelo del escenario, diciendo ..Pero recuerda yo nunca dije eso, nunca lo dije….hasta un nivel paroxístico, los amantes conocen bien esta frase en lo que se refiere a ambigüedades y malinterpretaciones en esa química entrópica que tanto se da entre dos seres humanos.

Seguimos con un bluesrock pasado por importantes dosis de ácido y whisky, rock psiquiátrico con toque americano, esta vez fue “Tu Voz En La Carretera”,  en la que dos aparatos de radio conversan entre ellos y hasta las voces de personas se materializan en neumáticos, una especie de road trip delirante de LSD 25 de camino por Death Valley observando los buitres.

El público que asistió al concierto era variopinto, casi como la escena del bar de La Guerra de Las Galaxias, habían jóvenes adolescentes que se miraban entre ellos como diciendo, estos señores están pirados, y gente de edad avanzada que cantaba con entusiasmo en el centro del auditorio con una copa en la mano, incluso un pequeño club de maduros fans de Demonios Tus Ojos con camiseta incluida que cada vez se iban enardeciendo más como el resto de asistentes, y ahora, habíamos llegado al himno de la banda con el esquizoblues que da nombre al grupo, donde el amor sórdido, el alcohol y Dios como una vagina se abrazan en una naturalidad que es más real que la realidad que vivimos, en este tema vimos a Javier Colis utilizar su guitarra como si fuera su propio brazo, una guitarra parlante que hablaba consigo mismo mientras el músico gesticulaba y le respondía. Corcobado sacó a escena su guitarra tormenta para acompañar este blues funerario y solemne junto al bajo perpetuo de Almendral con el que hubo un duelo de fruición entre ambos instrumentos que gritaban de dolor y placer arañándose, cualquier acople de la actuación sonaba a gloria bendita, intencionado o no.

Proseguimos con otra declaración de principios dedicada a todos esos “Bichos Salvajes” que todos hemos conocido en alguna ocasión y hemos incluso adorado, demenciales chicos acelerados que conllevan un extraño poder fascinante pero que suelen ir a una velocidad con la que descarrilan en curvas cerradas, eso sí, su recuerdo siempre es mitificado a la altura de un Dios. Este tema fue la explicación por la que Corcobado dosificase sus gritos en la primera parte de la actuación, ya que este tema empieza con un largo y desesperado grito chillón,marca de la casa de la garganta de Corcobado, Corcobado, no dándose satisfecho con el grito inicial, mandó parar la canción e hizo que la banda empezara de nuevo alargando y haciendo un grito aún más brutal con el que se le hincharon las venas de las sienes a punto de explotar, ahora sí puedieron empezar el tema “Bicho Salvaje”. Ni que decir tiene que con este tema guitarra y bajo terminó en ruido de sables entre ellos.

El siguiente tema fue el oscuro tango dark rock de “El Beso de La Muerte”, un tema a ratos bello y a ratos aterrador de esta banda de rock vanguardista, Nacho Colis se paseó al principio de la canción con un Casiotone con la melodía inicial que parecía sacada de la banda sonora de La Semilla del Diablo. Corcobado dijo al público en este tema ¿Por qué habéis venido?….a lo que alguien respondió ¿Por qué habéis venido vosotros? Y una chica espetó ¡Por tu culo!, el ambiente como vemos, ya estaba bastante caldeado con los cubitos de hielo nadando por el suelo del auditorio.

Pasamos ahora a la pesadillesca “Piano de Fiebres” con una letra de un vaticinador ebrio que nos amenaza con lluvias de alcohol proféticas y amenzantes, tema este, totalmente arrítmico y sincrónico al mismo tiempo, para pasar luego a otro de sus temas más desquiciados “Esperando al último metro”, en esta canción de aullidos, Corcobado aprovechó para bajar del escenario y darnos la paz y saludarnos con las palmas juntas “Yoooooooooooooooooooooo solía cantar algo….Hoy hay nubes negras riéndose de mí”, canciones para malditos del cielo cercanos al brote psicótico del iluminado, canciones, claramente de una realidad paralela, entre gritos ululantes, acoples y un micro abollado, Corcobado se acercó a la batería para cantar casi sobre ella donde repetía obsesivamente y psicóticamente “Esta triste canción, triste canción….”., todo esto rociado con epilépticas luces cambiantes para la interpretación. El micro siempre abollado que acompaña a Corcobado acabó en el suelo. Este tema fue el más delirante, quizás, en el que Corcobado acabó con el micro dentro de la boca mugiendo y donde utilizó su grabadora con sonidos cacofónicos.

El penúltimo tema que tocaron fue “Colt Antimonio”, un tema de los más veloces y en el que Almendral tuvo que avisar a la banda de que a él le pertenecía el cambio solo en el tema y que serviría de preámbulo para volver al desparrame y a la estridencia de una canción que cada vez va a más y más… Los instrumentos de cuerda terminaron abalanzándose unos sobre otros como tigres, y con Nacho Colis caminando, con su aspecto chamánico y baqueteando todo lo que veía.

El tema que cerró el concierto, y no podía ser de otra forma, es uno de sus temas más celebrados, y versioneados, por gente dispar como Accidents Polipoétics o José Luis Moreno – Ruiz y no es otro más que “Corazón Roto en 2.000 Pedazos”.

El concierto, contra todo pronóstico, al tratarse de un concierto entresemana, en un auditorio de butacas y a las 8 de la tarde, agotó todas las localidades, aunque se podía haber dejado entrar a más gente en butacas si se hubiera querido, los que asistimos a tan insólita actuación, un sueño para los que éramos niños en la época de los 80, como los que sí tuvieron esa suerte y como los que aún no habían nacido, nos quedamos con ganas de más pidiendo más temas.

Ahora que grupos de la misma onda que Demonios Tus Ojos, como SWANS llenan festivales y los jóvenes modernos los adoran, es hora de revisar este pequeño pedazo de España para darse cuenta (otra vez) que no hay que ir tan lejos para ver y escuchar a grandes y seminales bandas, aun así, hay buenas noticias, porque se rumorea que Demonios Tus Ojos no va a dejar su reaparición solo con esta actuación, es un consuelo saberlo, y aun sabiendo que llegaron a grabar más material que nunca se llegó a publicar.

Texto: Sebensuí A. Sánchez

Fotos: Ana E. Sánchez

Sebensuí A. Sánchez

Khaös de Mago, poeta palabrista, filósofo imberbe, melómano colector desde que tenía 10 años. Ya daba patadas antes de salir a la luz, le contaba su madre, cuando en casa se ponía el “The Dark Side of The Moon”.