Beach House – “7”

Victoria Legrand y Alex Scally han declarado de cara a este esperado ‘7’ que por fin han decidido desligarse de todas sus ataduras para hacer el lanzamiento que llevaban tiempo en la cabeza… ¿pero por qué nos han hecho esperar tanto?

Tras el “doble” álbum ‘Depression Cherry’ y ‘Thank Your Lucky Star’ y sus evidentes signos de agotamiento, se han armado de recursos para abandonar el carácter minimalista de todos sus lanzamientos hasta la fecha para lanzarse al vacío en una aventura repleta de sintetizadores, capas y reconstrucciones. Beach House nos regala un collage de elementos oscuros fraguados con la ayuda de Peter Kember (Sonic Boom, ex Spacemen 3), quien ha sabido dotar de una distorsión controlada a los relatos susurrados por la hiriente voz de la natural de Baltimore. Su dream pop se expande, acariciando terrenos de Chromatics o incluso recordando a Julee Cruise, pero esa es solo la superficie.

Nos recibe “Dark Spring”, cuyo acordeón puede recordar pasajeramente a los Arcade Fire de ‘Neon Bible’; sonido roto que precede a diferentes efectos de guitarra que nos mecen en brillo al tiempo que los “mundos colisionan”.

“Lemon Glow” nos permite ver de lejos la estación “Souvlaki”. La línea vocal hipnótica evoluciona de forma imparable, al igual que podemos apreciar en lo instrumental en el final de “Drunk in L.A’. Es posible decir que la amarga “L’Inconnue” se podría colar en terrenos del black metal si se lo propusiera, “Dive” en el post punk y la fantástica “Black Car” en los terrenos del minimal, pero todas estas definiciones se quedarían cortas.

Buceamos en un controlado shoegaze en “Lose Your Smile” y, si bien “Pay No Mind”, “Girl of the Year” y “Last Ride” evocan a ‘Bloom’, sirven como piedras maestras para terminar de dar forma al que posiblemente sea el álbum más redondo de su trayectoria.

La clave no está en encontrar la luz en la oscuridad, sino en aprender a distinguir la belleza de lo siniestro. Y Beach House nos lo enseñan mejor que nunca.

Sergio Julián (@sergio42)