STAR | Una revista con actitud
La revista Star fue creada en 1974 por Juan José Fernández y Francisco Javier Ballester, Montesol, y sus directores fueron el propio Fernández y la mismísima Karmele Marchante, sí, la de Sálvame.
A finales de los setenta cayó en mis manos un ejemplar de una revista que hablaba de Lou Reed, Ramones, con cómics de Ceesepe, Shilton, Crumb, Max, y que era políticamente incorrecta en todos sus contenidos, con unos enfoques totalmente alucinantes para la época de la que estoy hablando. Lógicamente, con estos fundamentos, sufrió multitud de problemas con la autoridad, secuestros, suspensiones, multas… Aun así, en sus tiempos de gloria llegó a vender en quioscos 20.000 ejemplares por tirada.
Funcionó desde 1974 hasta 1980 y ejerció como orgullosa portavoz y escaparate de la marginalidad en todas sus expresiones artísticas. Eran los tiempos del Underground. Los brillantes comienzos de Max, Gallardo, Montxo Algora, García-Alix, Ceesepe, el Hortelano, Mariscal, Montesol, en combinación con cómics de Gilbert Shelton o Robert Crumb, reseñas de Bukowski, Burroughs, Jim Thompson o textos de Ramón de España, Eduardo Haro Ibars, Jim Carroll, Oriol Llopis, Ignacio Juliá y Jaime Gonzalo, en fín, anticipando el futuro. En música, Bowie, Ramones, Radio Futura, Television o La Banda Trapera del Rio y Burning transitaban sus páginas junto a Blondie, Richard Hell o los Stooges. El Gato Fritz, los Freak Brothers, todas las Drogas y Rimbaud o Aldous Huxley eran también protagonistas habituales. Y Lou Reed. Siempre Lou Reed.
Novedades discográficas, libros de cuya existencia nada sabíamos aquí, reseñas de libros clandestinos o simplemente prohibidos hasta esos días, cómics incendiarios y diatribas contra todo y contra todos eran los atractivos de una revista transgresora que nos abría las puertas de todo un nuevo panorama cultural. Popgrama, La Edad de Oro, Musical Express, Vibraciones, Ruta 66 o La Bola de Cristal acompañaban en esta labor en un país con mucha hambre cultural después de una travesía por el desierto de 40 años nada menos. Un oasis en una sociedad timorata y acomplejada en general que comenzaba a desperezarse.
En la Universidad, a principios de los ochenta, las mantas en las que estudiantes ofrecían las novedades literarias a módico precio en la puerta de la cafetería de la facultad o los puestos del Rastro estaban repletos de cotizadas recopilaciones de cuatro o cinco números de la revista, ya fuera de la circulación, que se vendían como churros, agotándose enseguida. Ya era un clásico. Sus portadas eran un escándalo, a veces salía algún monográfico y además, con el nombre de Star Books, se publicaron una serie de libros que mezclaban clásicos a reivindicar como Jim Thompson, Chester Himes o Burroughs junto a seres maravillosos e inclasificables como Hunter S. Thompson o Jim Carroll.
Considero que es la revista que ha pasado por mis manos que más me ha impactado por sus contenidos. Muy radical, fue un revulsivo necesario en tiempos en que una parte de la sociedad estábamos agazapados, ensimismados, esperando algo diferente. Cómics, música, libros, fotografía… Su desaparición de los quioscos nos dejó huérfanos a muchos que esperábamos su nueva salida con otro formato más visual, para una nueva década, como se esperaba. Después, sus propios creadores indicaron que no se volvió a editar porque Madrid ya había sustituido a Barcelona como foco cultural, y ese papel ya se realizaba por otros medios. Lástima. Hasta ese momento, Barcelona era la puerta de Europa y Madrid, una fría, seca y aburrida ciudad mesetaria. Aunque también Madrid tuvo su momento…
Es importante destacar la importancia de Star como proveedora de contenidos culturales que venían de fuera como por ejemplo el punk o el underground neoyorkino en música y como portavoz y trampolín de los diferentes artistas emergentes de nuestro país en numerosas facetas artísticas y gérmen de lo que vino después. Facilitó el desarrollo de una incipiente cultura underground, que carecía de toda base. Se echa profundamente de menos su papel como altavoz de muchas voces discordantes, que antes, como ahora, necesitaban visibilizarse en una sociedad que se empezaba a quitar las legañas. Y ahora, también como antes, necesitamos otra Star. Urgentemente.
Texto: Carlos Gerona
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