Melt – Banana (Presentación Villamanuela 2017)

Melt – Banana (& Ossia & Cera Khin)

Fiesta de Presentación del Festival Villamanuela 2017

Sábado 30 de Septiembre, 00:30h Sala Siroco, Madrid

 

Pareciera increíble o no, era la primera vez que actuaban Melt – Banana en Madrid, y a pesar de que fuera un concierto en formato reducido, únicamente formado por dos de sus miembros cofundadores, la descarga de bizarrismo embrutecido y adrenalina a velocidades demoníacas no fue a menos.

Tras una introducción atronadora de hardcore extremo old school, y con más de una decena de pedaleras y multiefectos (el efecto con el que empezó se llamaba ‘pitch Energy Recovery Ventilation depth’) Ichirou Agata con su sempiterna mascarilla de hospital, que en un principio se ponía por una enfermedad que hace que le sangre la nariz con facilidad, y que se convertiría en sello distintivo de la banda, tocaba la guitarra con dedos locos/mágicos, mientras cambiaba sonidos con los pedales a la velocidad de la luz, como una especie de DJ pedestre, por otro lado Yasuko Onuki con su tradicional camisa de tela de manicomio japonés, y un instrumento de mano mitad ipad, mitad juego electrónico de los 80 con luces, tipo el “Simón Dice”, ayudaba con efectos y percusiones a su compañero, instrumento que esgrimía como una espada de un caballero del zodiaco, haciendo un barrido místico de ademanes orientales con el aparato, en una sala Siroco oscurecida con colores y humos inframundanos.

Melt – Banana | Foto: Ana E. Sánchez / Madafackismo Underground

El público asistente estaba desaforado en un pogo infinito, la voz de Onuki bajo el estruendo de la música, apenas podía distinguirse, ahora se puede entender que hayan sacado un single con Napalm Death el año pasado, grupo que en los 80 se consideraba la banda más salvaje del planeta. El noisecore de Melt-Banana  es de un género sin malos rollos de muerte y tripas, más bien de dibujos animados desquiciados con humo saliendo por las orejas y ojos salidos de las órbitas, hubo alguna racha de temas de décimas de segundo, entre las que se podía oír al público y su grito ahogado en la marea humana que nos hacía agarrarnos a la pared para no caernos al suelo.

Melt – Banana | Foto: Ana E. Sánchez / Madafackismo Underground

Ritmos de guitarra repetitiva anunciaban otro tema en el que no era posible respirar, falsas capas melódicas hacían que volvieran de nuevo al noise con la voz aguda de Onuki y con las venas del cuello completamente hinchadas, ritmos onomatopéyicos con los que parecía estar poseída, que recuerdan, claro, a Mike Patton en Mr. Bungle  o Fantòmas con los que ya han estado de gira alguna vez… ritmos punkore, turbo guitarras con slides vertiginosos….La gente se desmoronaba sobre el escenario y hacía headbanging, alguno que hizo mosh desde el escenario fue yendo por entre las cabezas del público como una pelota de playa…..Agata, el guitarra, llevaba una tirita en el dedo, comprensible.

Hubo alguna parte drone con unas luces epilépticas que hacían daño a la vista con las que parecía que estábamos en una iglesia satánica entre una humareda espiritual, Melt -Banana que son famosos además por sus versiones, fueron terminando con un cover del  “What A Wonderful World” de Louis Armstrong, esperemos que podamos seguir vendo con asiduidad este conjunto único del noiserock o freecore…o cómo se le pueda llamar, que si nos dejó con sordera durante dos días con la mitad de la banda, Dios sabe cómo pueden sonar al completo.

Cera Khin | Foto: Ana E. Sánchez / Madafackismo Underground

Como siempre, el heterogéneo festival de Villamanuela, trae bandas y estilos sin límite ni de épocas ni de corrientes artísticas, que son para quedarse atónitos, en lo que ha sido una suculenta carta de presentación. Los siguientes en actuar fueron la Dj alemana Cera Khin y el inglés Ossia, con un dubstep oscuro que hizo bailar al personal en el sótano de la Siroco. Dientes afilados y orejas picudas para lo que nos depara el Villamanuela este 6 y 7 de Octubre.

Sebensuí A. Sánchez

 

Sebensuí A. Sánchez

Khaös de Mago, poeta palabrista, filósofo imberbe, melómano colector desde que tenía 10 años. Ya daba patadas antes de salir a la luz, le contaba su madre, cuando en casa se ponía el “The Dark Side of The Moon”.