The KVB & Mueran Humanos (Sala El Sol, Madrid)
The KVB & Mueran Humanos en Madrid
Lugar: Sala El Sol, Madrid
Miércoles 6 de septiembre, 21:30h
Organiza: Primavera Sound Festival
En la maléfica noche del seis de septiembre actuó en la capital el dúo argentino Mueran Humanos, armados con un Moog Prodigy (ella) y otro aparato (él) que directamente se llamaba Mueran Humanos, entre otro diverso cacharraje vintage y moderno y un bajo desgastado que también hacía de guitarra gracias a la mágica tecnología de hoy día, el primer tema fue “Epilog”, samples con una voz distorsionada de fondo ininteligible que hablaba de fondo, canción que trataba de sueños voladores y que nos invitaba a adentrarnos en el misterio con ese ¡Allá Voy!, que parecía terminar y que siguió Carmen Burguess a gritos, retorciendo su Moog y con esos bajos/guitarras mezcladas.
Siguieron con otro tema más “deathrocker” con la que nos hacían ver sombras y sangre, tema este cantado casi a dúo e interpretado con un sampler Roland sp 404-sx. El siguiente tema más percusivo con Tomás Nochteff de aquí para allá con su bajo dio paso a otro tema más funerario donde los muertos flotaban y nos cantaban a su filia por la gente gris, las voces de Burguess siempre remarcadas e histriónicas con intención de aterrorizar como quien cuenta un relato de miedo. En el penúltimo tema “Problemas del Futuro”, en cuanto a mezclas de alaridos espontáneos y voces, y un dúo formato pareja nos podía recordar a Liaisons Dangereuses, tema en el que Nochteff soltó el bajo y cogió el micro también. Al darse cuente que ya sólo les faltaba un tema por tocar decidieron cambiar de título, Burguess pegó un buen trago de vodka (imagino) o ginebra, a morro, para cantar un tema recordando sus días de amor, una falsa canción romántica en la que se puso una voz terrorífica gutural para hablar de un amor podrido en el bosque.
Para cuando comenzó el concierto de The KVB la sala ya estaba a medio llenar, empezaron con “White Walls” un tema rítmico y pegadizo al más puro estilo del mejor shoegaze con Nicholas Wood cantando con voz susurrante, propio de este género, Kat Day con sintes y un Moog minitaur, se la veía disfrutar del concierto. Empataron el segundo tema con “Night Games” , más rock & roll Suicide, y no me refiero al tío Lou, Wood estuvo todo el show sin parar de rasguear la guitarra con distorsión. Un tema de lento descenso fue el que sonó con el doompop de “Lower Depths”, para seguir con el himno de darkpop de “Always Then”, el formato de este concierto fue Live A/V, con visuales de columnas dóricas o la portada de su último disco “Of Desire”, las visuales no se veían demasiado bien hasta que Nicholas pidió algo más de oscuridad sobre el escenario de una Sala Sol recién pintada y con un fuerte olor aún a pintura fresca, las imágenes que adornaban “Fixation” eran glaciares como fractales flotando sobre el agua, las guitarras lo cubrían todo, el público estaba ganado para siempre con el tema anterior, a partir de aquí sus cuerpos se dejaban llevar, y las ovaciones lo demostraban, entre un público variopinto, jóvenes asiáticas, y tenues adolescentes aprendices de bruj@ con triángulos tatuados.
Con “In Deep” estábamos ya en la mitad del concierto, guitarras metamorfoseadas en bajo y viceversa, y teclados fríos y brillantes eran la tónica a seguir. En “Again & Again”, el teclado sonaba como el de Bernard Summer en la edad de hielo del afterpunk londinense del cual The KVB son descendientes legítimos por ciudadanía. El control de Wood sobre la guitarra quedaba claro cuando con un sólo dedo sobre el mástil creaba el efecto necesario en la canción sin necesidad de mirar su instrumento.
La canción previa a los bises fue “Dayzed”, una beatbox contagiosa para este darkrock amable y sutil marcaba el ritmo. El primer bis fue nada menos que la canción maldita de los Rolling Stones “Sympathy For The Devil” , canción que escribió Jagger al inspirarse en un regalo de su novia por aquel entonces, Marianne Faithfull, que le regaló el libro “El Maestro y Margarita” de Mikhail Bulgákov, aunque Jagger a día de hoy no tiene claro si fue esa la influencia de tan famosa canción o por sus lecturas de Baudelaire en su juventud, fue también la canción con las que le cayó el estigma de adoradores de Satán, y con la que se produjeron los altercados del festival Altamont Speedway en 1969, que terminarían con el asesinato de un joven a manos del equipo de seguridad del festival, que fueron nada menos que los Ángeles del Infierno, en este tema Wood se dedicó a puntear por el borde del escenario para deleite de los asistentes que bailaban en primera fila.
El concierto terminó con el tema “Between Suns” con las voces espectrales y delicadas de Nicholas Wood en cuanto lánguidas y los sonidos del sintetizador analógico polifónico de Kat Day, OB-6 que tan bien acompañó con minúsculos coros.
Sebensuí A. Sánchez
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