Low Festival 2016: “Mucho Caliente” del bueno y para todos los gustos (Crónica Sábado).
Benidorm, 30/07/2016
El sábado se presentaba igual o más interesante que el viernes. Por delante, horas y horas de propuestas interesantes pero decido acercarme al recinto un poco más tarde de lo pensado pues el calor abrasante de ese día tampoco ayudaba a madrugar, tal vez el día más caluroso del verano.
Así, decido comenzar la jornada con en el escenario Budweiser. Se acercaba la hora planetaria y la curiosidad más que la necesidad me llevó allí. Ay, qué difícil es hablar de Los Planetas sin que los incondicionales se te echen encima a decirte que no tienes ni idea. Y es que nunca he entendido esa pasión que despiertan entre las masas. Varias veces los había esquivado pero todo indicaba que esa noche no habría forma de escaparme así que allí me planté con buena predisposición. El buen sonido ayudó a que llegara a disfrutarlo por momentos, pero me sirvió para saber que, definitivamente, no son para mí, así que tan pronto pude salí de allí no sin antes comprobar cómo hacían las delicias de sus fans rescatando temas como La Caja del Diablo.
Después de las penas de Jota, a mí el cuerpo lo que me pedía ya era sudor y rock’n’roll, y los franceses Les Grys Grys y su salvaje R&B lo regalaban. Potentes y divertidos, me sacaron los primeros bailes de la noche en el escenario Wiko. La incompatibilidad de horarios hizo que apenas pudiese disfrutar de unos grandes The Suicide of the Western Culture en el escenario Jägermusic. Espero que me lo sepan perdonar, pero Brett (oh, Brett) me esperaba, como cuatro años atrás, a unos pocos metros.
Pocos frontmen me han parecido tan carismáticos como el señor Brett Anderson. Para algunos nunca se sacará el San Benito de eterno Bowie wannabe. Yo digo que ojalá la mitad de supervivientes del Glam Rock hubiesen sobrevivido tan bien como este señor. Aun así Suede dio el peor concierto suyo de los 3 que he visto (el sonido fue un desastre por momentos y la desgana de la banda era evidente), pero cuatro litros de sudor al grito de ‘mucho caliente’ a golpe de cadera merecerán la pena, siempre.
Después de un breve descanso para reponer energías le tocaba el turno a la irreverente Peaches y su espectáculo de dancing vaginas. Más de uno salió pitando de las primeras filas al percatarse de la movida, pero la mayoría decidió quedarse y disfrutar de la fiesta. Enorme es quedarse corto.
La noche para servidora llegaba a su fin y aquí venia mi único dilema de esta edición: ¿Dj Coco en el Jägermusic, o Buffetlibre en el Matusalem? Recordaba con cariño la sesión de los últimos en la edición del 2012, pero tenía curiosidad por ver si Coco mejoraba la del Primavera Sound (me pareció bastante floja en comparación a la de años anteriores). Al final alterné escenarios para comprobar cómo se repetían temas en uno y otro en algún momento, incluso alguno sonando de forma simultánea. No creo que le importase demasiado a nadie a esas horas, y a mí menos.
Rebe Pe
Debe estar conectado para enviar un comentario.