Crónica: Orchestra Of Spheres (Madrid)

Miércoles 1 de Junio, 22:30h

Lugar: Teatro del Arte

Patrocinio: SON Estrella Galicia

Organización: Giradiscos/Universalodds

El pasado miércoles se celebró el cuarto concierto de los seis que están programados del nuevo ciclo de conciertos en Madrid dedicado a la psicodelia contemporánea 100% PSYCH. En esta ocasión lo tocó el turno a los neozelandeses Orchestra Of Spheres, música original e inclasificable y al mismo tiempo empapada de la psicodelia sesentera/setentera.

Con un telón de fondo donde veíamos el cosmos y bajo unas luces tenues apareció el cuarteto caminando como una estantigua ataviados de disfraces iluminados y silbando un sonido en el móvil que sonaba a sitares de la India, con este paso fantasmal rodearon la sala mientras les sonreíamos.

Era el momento de empezar el concierto y el cosmos congelado de la pantalla se puso en acción.

Baba Rossa, fundador del grupo tocaba una caja de bombones psicodélicos construidas por el mismo, y comenzó a puntear en su caja de galletas mágica, atónito te quedabas preguntándote cómo era posible de que salieran tantos sonidos de una caja de latón. La teclista que tenía el teclado repleto de puntos de colores adhesivos, manejaba unos tubos de madera como si fuera una txalaparta que agitaba. Musicalmente OOS recordaban a unos primeros B-52’s, aspecto grotesco futurista y divertido, música movida y marcianismo. La teclista con un traje de lunares enormes flamenco, un hueso enorme en la cintura y una luz en la frente como los peces abisales, hacía símbolos mágicos con las manos, con el meñique, saludo Vulcano del Dr. Spock con dedos separados, pirámides, cantos en idioma Klingon y vuelta a aporrear los “instrumentos” fabricados con piedra lunar. Momento éste del concierto paroxístico.

Baba Rossa, con túnica y un sombrero verde estilo turco, llevaba una máquina al cuello llamada sexomouse marimba atada con una cuerda de cortinas. Afrobeat galáctico como me dijo un amigo, o también Worldbeat, estilo que lideró la banda alemana Dissidenten a principios de los 80’s, aunando pop,rock, música tradicional y músicas del mundo. Las dos teclistas a toda pastilla en honor a la gran Yemayá “Reina del Mar”. El batería Jemi Hemi Mandala, que portaba un collar de flores de papel hawaianas tocaba como un músico de jazz por momentos en este carnaval de luz musical.

El sonido de OOS recordaba por su sonido primigenio de música africana mezclada con rock setentero a los caribeño-africanos Osibisa, pero más sintetizados y con una espiritualidad en vez de totemista africana, más cercana al descacharrante discordianismo.

Como un zahorí, Baba Rossa, utilizaba su guitarra de lata de galletas para sondear el suelo, era muy divertido ver como la distorsionaba por todas partes como si fuera Thurston Moore, al utilizar unas campanillas también hacía resonancia en la caja de galletas, todo emitía extraños sonidos en esta Caja de Pandora. En la pantalla trasera, imágenes de lunas líquidas que se disolvían en el violeta menstruo de los filósofos. Una de las teclistas con gafas negras y rectangulares como Diane de la serie V, hacía sonidos de bajo eléctrico con el teclado, se trataba de E=MC303. En pantalla ahora: átomos, moléculas, protozoos y espermatozoides bailan en coro.

Mucho calor, mucha energía, y muchos colores ácidos en el Teatro del Arte, Rossa y sus acólitos tocan un tema instrumental de más de 5 minutos en su línea Worldbeatrock, música tradicional marroquí, asiática y psicodelia americana, todo en miscelánea sin desentonar, con naturalidad. Rossa le cede la voz a Moss Iocos en este endiablado Mbalax africano. De forma circular se siguen las voces de tres de los cuatro músicos, E=MC303, toca el teclado con la punta de los dedos como si sus manos fueran el pico de un pájaro. Un ojo rojo se mueve tras ellos observando a toda la sala.

Caja de bombones fabricada por Pandora que hacía todo lo imaginable, desde sonar a Hendrix a parecer un banjo producía que el público13351176_10156939629495133_314038596_o estuviera en un estado de simpatía sempiterna durante la actuación, y ahora venía lo bueno….Tras la invitación de Baba Rossa a que el público se animase a bailar ¡Get Up!, se armó la marimorena, lo que antes fueron tímidos bailes por parte del público, se convirtió en un aluvión de bailarines anárquicos de diferentes nacionalidades, E=MC303 maraca de calabaza seca en mano con piedras o semillas en su exterior que a veces la tocaba frotándola circularmente con el movimiento de las palmas mientras deslizaba el mango.

Slides infinitos por parte de la biscuit tin guitar, con el personal bailando, OOS presentaba su último disco “Brothers and Sisters Of The Black Lagoon”, título homenaje a la película “La Mujer y El Monstruo”. El trío de voces en unión elipsoidal, donde empezaba una voz terminaba la otra y el trasfondo de la situación en este momento era un cosmos donde las estrellas subían como burbujas en un champagne noir. Como decíamos presentaban nuevo disco, salido el 13 de Mayo, así que sonaron canciones como “Divine Horses”, con lo que explicó que eran unos caballos que se iban trotando al cielo u otros temas nuevos como “Rocket#9”….campanillas tibetanas, manos hieráticas egipcias….. Además tocaron temazos antiguos como el primer tema de su primer l.p. “Nonagonic Now”, la canción “Hypercube” toda una invocación alienígena-tribal.

Y llegaron los dos últimos bises, el primero fue un extenso tema instrumental al estilo ethnorockbeat que les caracteriza influenciados también por el kuduro, un estilo y un baile angoleño que significa “culo duro” en el que Baba Rossa tocaba frenéticamente la marimba electrónica que llevaba al cuello. El segundo tema, menos denso y más amable cerró el concierto con las voces esta vez de E=MC303 y Mos Iocoss, con voces al unísono que repetían las misma frase y la terminaban con una onomatopeya en idioma klingon como decíamos al principio. Este ha sido el primer hemisferio de lo que va del nuevo ciclo dedicado a la neopsicodelia en Madrid, a nivel nacional y sobretodo internacional 100% PSYCH; y por ahora está siendo una gran muestra de que la música jamás morirá sino que se transforma, E=MC303.

Sebensuí A. Sánchez

Khaös de Mago, poeta palabrista, filósofo imberbe, melómano colector desde que tenía 10 años. Ya daba patadas antes de salir a la luz, le contaba su madre, cuando en casa se ponía el “The Dark Side of The Moon”.