Crónica Atlantic Fest 2024 | Treinta años después Los Planetas siguen vivos
Tú, tu vaso reutilizable, y la agenda 2030 que ya llega, nos va a pillar a todos!
El sector pesquero y marisquero de la ría, y en general la gente de Vilagarcía y comarcas aledañas, se manifestaba el pasado 13 de Junio por los ecosistemas marinos y contra la amenaza contaminante del proyecto de la empresa papelera portuguesa Altri, que pretende instalar en la localidad lucense de Palas de Rei, junto al río Ulla que desemboca precisamente en la Ría de Arousa, una macroplanta industrial.
A la manifestación de Vilagarcía le daba el relevo, el pasado día 30, otra concentración que terminó rodeando el edificio de la sede de la Xunta de Galicia en Santiago. La empresa Altri, por su parte, sigue tramitando unos fondos Next Generation provenientes de la UE, cuya concesión está supeditada a la viabilidad de la planta, algo que hasta el alcalde de la localidad Pablo Taboada, reconoce. A día de hoy se nos escapa cómo desde Bruselas justificarán todo esto, más allá del calificativo que Altri en sus informes ha puesto a este atropello “fondos de incentivos públicos”.
De vuelta a lo que nos ocupa, el festival, y parafraseando una canción de los Carolina Durante, “Yo lo que quiero es nadar, contra el tiempo“. Por eso mismo, no quería en esta edición dejar pasar la oportunidad para añadir un granito de arena en forma de responsabilidad ambiental, porque quizás el ecosistema de la playa de la Concha (en duda en las últimas ediciones del festival) no sea tan importante, pero la Ría (despreciada ambientalmente en infinidad de ocasiones) es probable que de una vez por todas, sí lo sea. Altri será unos treinta Ences de extensión (en una parcela equivalente a 672 campos de fútbol), al límite de un espacio natural protegido, en terrenos expropiados junto al Camino de Santiago; construirá doce kilómetros de tuberías para extraer del Ulla una cantidad de agua equivalente al uso humano de toda la provincia de Lugo, parte de la cual devolverá, tratada pero aún contaminada. La temperatura del agua subirá vía tratamiento de esa contaminación. La Unión Europea que financia el macroproyecto, con el contubernio de los ministerios de Industria y Transición Ecológica, y de la Xunta de Galicia deberían tomarse en serio un asunto que de hacerse realidad causará un impacto irreversible en una extensión tanto poblacional, como territorial que debería ser apreciable para todas las instituciones de la comarca del Ulloa hasta la Ría de Arousa.
El viernes, con tiempo muy agradable, era una obligación ver a la banda del barrio madrileño de Ciudad Lineal, Alcalá Norte. El relato más fresco de una banda nacional que se recuerda en los últimos años, les ha servido para darse a conocer (por deflagración) en tiempo récord. Aunque puedes tomártelos en broma, basta con indagar un poco en sus letras, la de la “Vida Cañón”, está basada en un texto de un magazine del año 1935 “Mundo Gráfico”, y con asistir a uno de sus directos y salir perplejo con los teclados de canciones como “Westminster” que te hacen retroceder a la música interpretada allá por otras latitudes hace más de cuarenta años.
El sábado, aunque ya se sabía, había gran expectativa por conocer cómo iban a salir Los Planetas en esta gira. Fue allá por el mes de Abril, en Murcia en su primer concierto de la gira aniversario en el que se supo que Eric Jiménez no acompañaría a la banda en esta gira. Hubo revuelo y hasta quien se cuestionó si esos eran los auténticos Planetas. Pues resulta que sí. Los Planetas son J. y Florent, también Banin, y Eric, el mismo que se negaba a tocar bajo palio la gira cuando a J. le dio por tocar flamenco. Son los mismos que casi nunca se dejan ver juntos en las entrevistas a menos que el medio tenga el día de suerte o el beneplácito de los miembros de la banda. Con un sonido contundente, justo al contrario de lo que había hecho Carlos Sadness (muy pasado de volumen) media hora antes en el mismo Escenario Galicia, Los Planetas hicieron las delicias del público que pudo ver en directo hasta “Mi Hermana Pequeña”. Si algo se echó en falta pueden ser los sintetizadores de Banin que suplieron los sampleos de guitarras.
Depedro, abonado al festival, introducía la sorpresa de la noche en forma de colaboración por parte de Iván Ferreiro, interpretando a dúo “Déjalo ir”, preámbulo del cierre de la noche que por parte de Crystal Fighters del que se pudo disfrutar con una buena temperatura en la noche de luna llena en Vilagarcía.
Lo de Mika, quizás sea un artista que llega tarde al Atlantic Fest, siendo a partir de 2006 cuando se convirtió en un fenómeno con Grace Kelly, la canción estrella de su primer álbum, Life In Cartoon Motion (2007), y enamoró por un sonido vitalista y alegre en el que muchos vieron el lado más pop y edulcorado de Queen. A día de hoy la canción sigue haciendo las delicias de todos en su directo. No obstante, el público lo disfrutó como si el artista estuviese presentando su primer álbum.
Como es sabido por todos, no corren buenos tiempos para los festivales de música, al menos en cuanto al disfrute de la música se refiere. Las dinámicas de consumo aceleradas del primer mundo han calado ya hace algún tiempo hasta el punto de que son prácticamente inexistentes los remansos de lo que hace algún tiempo significaban estos eventos. El Esmorga Fest que normalmente se celebraba en Sárria en Primavera ha anunciado que se hará este año en Octubre, principalmente por los desacuerdos entre organización y patrocinadores (incluidos institucionales). El Wos por su parte, normalmente en septiembre en Santiago, no se va a celebrar en 2024. El contexto en el que se desarrollan los festivales ha cambiado en los últimos tiempos, “los costes han aumentado considerablemente y los plazos de planificación se han reducido”. Sin embargo, es de reseñar otra edición del Atlantic, que hemos conseguido exprimir, esperando por muchos años más seguir acudiendo a un festival transitable sin riesgo de toparte con marcas y eventos intra festival por todas partes que desvirtúan lo que debería ser la verdadera finalidad de un festival de música.
Crónica: Jota Martínez
Fotos: María Pol / Atlantic Fest
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