Crónica | Atlantic Fest 2022
Siete mil personas por día permitieron anunciar el aforo completo a la organización en esta edición del festival que se caracterizó por el buen tiempo, y una temperatura muy agradable con mínimas ligeramente por debajo de las del resto de España el fin de semana en el que se terminaba la ola de calor, con la sensación de que este había sido, por fin, un gran verano para los festivales en Galicia y en particular para el Atlantic Fest.
Al Atlantic Fest volvíamos este año con perspectiva, con el recuerdo de la tremenda edición de 2019 en la Illa de Arousa, desde la que han cambiado muchas cosas. No se celebró el festival en 2020, y la edición de 2021 estuvo marcada por las restricciones. La situación en este 2022 fue muy distinta a la del año anterior, volviendo a rememorar grandes momentos que recuerdan a épocas pasadas, la perspectiva del espacio con respecto al ojo del observador, tres años desde aquella edición de 2019, tres eternos años para volver de nuevo a la vida, como si nada de lo vivido en todo este tiempo importe ahora. Estrenando también ubicación, que parece un acierto, la de la playa de la Concha, con el festival humanizando aún más el entorno entre visitantes y foráneos.
El viernes, en la primera jornada, con algo menos de público que al día siguiente, Rojuu dejaba por la tarde un buen sabor de boca en la carpa, con su sonido noventero moderno que recordó al trance de entonces, que seguramente pilló a más de uno fuera de sitio.
Fangoria fueron los protagonistas de la noche, el dúo de tecno pop, quizás el mejor teclado nacional en 40 años de democracia, y la diva adoptada del pop de los 80s hasta nuestros días. Desgranaron uno a uno sus hits, hasta llegar a “Mi burbuja vital”, el hit de su EP titulado Edificaciones Paganas (un título muy gallego, por cierto), como Nacho y Alaska dicen, canción que defiende el derecho de todo individuo a encerrarse en su propio universo personal, entre canciones de cabaret y el amor a Benidorm, y con perspectiva que da el haber estado ensayando canciones durante el último golpe de Estado en España, y también durante la actual guerra de Ucrania. Podíamos salir del concierto de Fangoria una vez terminado, e irnos a casa, y no habría pasado nada porque la edición 2022 estaría amortizada, pero había que seguir escribiendo para Madafackismo.
Ya el sábado con un sol que se iba abriendo entre la bruma con la que amaneció el día, los Quique González, y Lorena Alvarez hacían las delicias del público que se acercó a la sesión vermú.
Por la tarde los mejores momentos de esta edición fueron a cargo de Gerard de El Último Vecino que se pasó medio concierto intentando afinar el equipo de la carpa pequeña del Alma Atlántica para conseguirlo en las cuatro últimas canciones interpretadas del tirón entre sudor en el “invernadero” en el que se convirtió a esas horas de la tarde el escenario.
Con la caída del sol, llegaron los clásicos que una mayoría de público había venido a ver, Andrés Calamaro y su banda. El otro día leía en un libro de pop que si las cosas las haces con honestidad, suelen salir bien. Calamaro lleva desde 1999, el año en el que lanzó su álbum Honestidad Brutal, siendo honesto, y así lo demostró en el escenario Xacobeo, con un sonido muy decente entre banderas de Argentina que traía un público subido arriba por momentos en los que sonaba el álbum, Dios los cría (2021), con Martin Bruhn en la batería. Germán Wiedemer, en los teclados. Y Julián Kanevsky a la guitarra que ofrecieron un sonido muy cuidado, sobre todo cuando sonaron los clásicos del Salmón, terminando con otros clásicos de Los Rodríguez.
A continuación en la carpa mediana, era el turno para Los Planetas. Allá por el año 2012 desde un polígono industrial de las afueras de Granada, J. Planetas en compañía de Nacho Vegas, protagonizaban una entrevista en la que el titular era algo así como, “queremos hacer la Revolución”. El décimo álbum de los granadinos, ‘Las canciones del agua’, diez años después de aquella entrevista, deja matices revolucionarios en la parte del álbum que bautizaron como “bloque global”. Quizás la revolución a la que se referían entonces era esto, con canciones que hacen alusiones al Rey de España, y a Miguel Bosé, en “El Rey de España” y “El Negacionista” y que no hacen más que contar la distópica realidad que nos rodea día tras día. Con un set calcado al que venían tocando durante todo el mes de Julio, los granadinos siguieron entre clásicos flamencos, no sin una bola de sonido típica de las carpas como la del Atlantic, terminando el concierto con “Pesadilla en el Parque de Atracciones” haciendo las delicias de los allí presentes.
Texto: Jota Martinez
Foto de portada: Cristina Durán
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