Crónica Alex Aller (Réplika Teatro, Madrid)
Con todas las localidades agotadas, salió a escena, el músico asturiano afincado en Madrid, Alex Aller, contento como no podía ser menos, con la respuesta del público, empezó una noche especial y cálida, como se da en este tipo de ambiente particular cuando hay un sold out, donde se siente más cercana la emoción del público, Aller, venía acompañado de una violonchelista, Blanca Budiño, con unos visuales de Irene Sáez que acogían toda la amplitud del fondo de pared blanca de la sala de teatro, y el juego de luces que corría a cargo de su no muy antiguo compañero del proyecto electrónico, Jus Kno, Pablo Villanueva con el que sacaría un disco hace menos de un año, llamado “Looped Circles” [Faneca Music].
Fecha: 05/02/2022 – 20:00h.
Lugar: Réplika Teatro | Centro Internacional de Creación. Madrid.
Bien arropados, como estaban los músicos y de negro riguroso, como procede una velada de música neoclásica modernizada con electrónica, o no, Aller, que tocaba descalzo el piano, acariciaba las teclas de tal manera, que a título personal puedo decir, el haber sentido cosquillas interiores, la canción llamada “Disonante” que era un solo de piano, sonaba cristalizada y perpetrada por un tipo de Beethoven en clave futurista; un eléctrico piano Rhodes, un ordenador, y un sintetizador modular, fueron el equipo utilizado por el músico en esa noche, en el que los ritmos electrónicos, y en múltiples ocasiones, prácticamente bailables, se fusionaron con las melodías desde la primera canción en perfecta sintonía.
El concierto fue una presentación de su álbum recién editado las cercanas navidades pasadas, “Explorations”, pero fue más que eso, ya que tocó algunos temas inéditos para la ocasión, e hizo un repaso completo a su cancionero, canciones perfectas para perderse en un bosque brumoso como por ejemplo, “Forest Lullaby” donde se escuchaba una ambientación de pajarillos de fondo con hermosas imágenes de arboledas. En la misma línea, podríamos situar a la canción que da título al disco “Explorations”, una música orgánica que parece moverse en diferentes mundos, sensación que produce el sonido terrenal del piano y el violonchelo junto al sonido más espacial del sintetizador modular; con una fuerte conexión en la Tierra, la música íntima y en ocasiones nostálgica, nos hará recordar a la última ola de compositores islandeses, como al malogrado Jóhann Jóhannsson u Ólafur Arnalds, y si nos remontamos más atrás, a gente como el sacerdote pagano Hilmar Örn Hilmarsson, simplemente para hacernos una idea de la voz propia que nos presentaba Alex Aller, acompañado, decíamos, de una violonchelista que llegaba a arpegiar en determinados momentos, como si de una guitarrista eléctrica se tratase.
Hubieron unas imágenes de fondo, en las que se veía a una chica que dejaba una estela con un manto que arrastraba por la orilla de una playa en blanco y negro, estas imágenes eran presentadas con una de las sonoridades más electrónicas del evento, cercana, a la intelligent dance music. Tras unas visuales de un profundo mar, la música del violonchelo se volvió más grave, y por arte de magia el piano Rhodes, parecía sonar como un instrumento de cuerda, los instrumentos se entrelazaban en sus sonidos, y se entremezclaban como enamorados. También interpretaron el tema “As fast as you can” un tema del cual recomiendo el video en el que se puede ver a una bailarina, bailando a velocidad supersónica, de ahí el título.
En el penúltimo tema, “Lume”, pasamos a la denuncia social, denuncia sonora, en este caso, en el que podíamos ver y escuchar, casos de abuso y brutalidad policial contra manifestantes, y donde Aller, sampleaba manualmente audios televisivos, en los que también podíamos advertir testimonios de la venta de armas por parte de países ricos a países pobres, este fue uno de los momentos más intensos y altisonantes del concierto, para terminar adentrándonos más calmadamente en las entrañas mismas de la tierra con su canción final titulada “Cráter”. Todo esto en un concierto nocturno que fue todo un éxito, en la acogedora sala de Réplika Teatro, que se encontraba a rebosar entre vítores y aplausos, del que se echaría, solamente, de menos, algún bis.
Texto: Sebensuí A. Sánchez
Foto: Pedro López Hernández