SonicBlast 2019 | Back to the Future
Es fácil escribir sobre un festival cuando llegas a tu hogar con todo por agradecer y nada que reprochar. El tiempo es un factor imposible de controlar; se puede prever pero nunca alterar. Era la 9ª edición y me esperaba mucho sobre el festival al celebrarse en Portugal, país del que tenemos mucho que aprender en cuestión de querer ganarse el corazón de los fans y no vaciarle los bolsillos. Realmente nos ganan en todo: el calor de la gente, el saber hacer de los organizadores, la cercanía con las bandas, comer y beber es económico. Un largo etcétera sobre las virtudes de un festival pequeño que nada tiene que envidiar a los grandes. Lo mejor que puedo decir es que ha llegado a nuestras vidas para quedarse. El viaje de vuelta nunca ha sido tan agradable, te sientes un ganador mirando la cartera y sonríes sabiendo que te ha sobrado dinero y parar antes de cruzar la frontera a comer bacalao. La vuelta a la realidad será dura y sufres al pensar que en tu próximo concierto no vas a poder estar en bañador en una piscina disfrutando de la banda que tenga el placer de tocar.
Llegamos el jueves a primera hora de la mañana y nos perdimos la Warm-Up gratuíta al lado de la playa. Conocido el bar donde se realizó y el sitio dan idícilo, dan ganas de poder viajar en el tiempo y hostiar a tu yo pasado por no querer viajar el miércoles. El año que viene una de las cosas por hacer check-in es, a parte de lo citado, poder acampar en la zona ofrecida por el festival. Con las noticias sobre las lluvias y el viento decidimos alquilar una casa. Parece mentira que siendo del norte llueva un poco y nos asustemos. Mi yo pasado se merece otro buen capón. Nos olvidamos de la aventura de los festivales, nos hacemos mayores y nos obligamos a creernos que ya no tenemos el cuerpo para una tienda de campaña, que trabajamos para poder pagar por la comodidad. Exigimos a las bandas que tengan actitud encima de un escenario cuando nosotros, los que estamos abajo, la hemos perdido en el camino. El propósito del 2020 en los festivales es regresar a mis raíces y volver a disfrutar de todo lo que rodea un festival. En una habitación de hotel no llenas la mente de anécdotas y experiencias. Lo que en Portugal vivimos fue un regreso a lo que debemos de ser como fan del rock o el metal. El barro se limpia, las espaldas se curan, llueve y nos ocultamos cuando antes nos tirábamos cerveza por encima sin dejar de sonreír. Se nos ha olvidado ser felices y queremos tener todo organizado sin dejarnos llevar, agobiándonos mucho antes de llegar al recinto del festival. SonicBlast 2019: gracias por formar parte de nuestras vidas. Go!
Jueves 8
El día comenzaba con el anuncio de que por culpa de la meteorología el escenario de la piscina no podía recibir ni a bandas ni a público por seguridad. Nuestros ojos daban crédito al anuncio y nuestra mente aceptó de buena gana que ante todo la seguridad es lo primero. Tuvo que ser un dia muy duro para la organización debido a que hubo retrasos en las bandas por culpa de los vuelos y cambios de horarios. Llevado a la perfección con anuncios en redes sociales a cada instante el público fue comprensible. Si dices las cosas somos personas humanas que razonamos, comprendemos y aceptamos decisiones lógicas. Se pasaron todas las bandas al Main Stage y disfrutamos igualmente de los directos. Como siempre todos queremos entrar los primeros y la prensa no es una excepción. Entramos para asistir a MaidaVale, banda sueca formada por cuatro mujeres con una energía descomunal. Su tarea era complicada, con una hora de retraso había que ganarse el calor de la gente que estaba esperando pacientemente. Lo consiguieron desde el primer tema, con Matilda Roth a las voces es imposible que algo salga mal. Control absoluto en todas las partes vocales, acompañada a la perfección por sus camaradas a los instrumentos. Acaban de empezar en esto del rock psicodélico y tiene un gran futuro por delante si consiguen realizar música como la que nos ofrecen en sus dos discos editados, Tales Of The Wicked West y Madness Is Too Pure.
La banda que tenía que cerrar el Pool Stage fue la siguiente en salir a escena. Minami Deutsch venían desde el lejano Japón a demostrar como se las gastan en el lejano oriente. Otra banda con una carrera que está comenzando y seguramente les lleve a ser unos grandes. A la psicodelia añaden toques del krautrock creando un conjunto distinto a todo lo ofrecido. Eran dos bandas totalmente desconocidas y se llevan un fan a sus tierras. Siento mayor debilidad por la banda sueca gracias, aunque me repita, a la increíble voz de su cantante.
Comenzaba “lo grande” con una de las bandas que mas expectación había generado entre los asistentes, The Devil And The Almighty Blues. Otra banda de joven creación pero que da la impresión de que llevan años como formación ofreciendo su increíble show. En esta ocasión el blues es la parte diferencial del conjunto en comparación con el resto de bandas. Una muy buena voz por parte de su peculiar cantante, que cada vez que descansaba de las partes vocales, se dedicaba a irse a las sombras a beber cerveza o fumar mientras el resto de la banda seguía a lo suyo. Es curioso lo que consigue, que le dejes de prestar atención como frontman y decidas fijarte en el resto de la banda. Un gran concierto y un temazo con el que cerraron antes de despedirse del personal. Lo bueno de no tener solapes es que puedes ver todo y beber cerveza sin perderte nada mientras charlas con amigos.
Lucifer era la siguiente banda en subir al escenario y con su show comenzó la lluvia torrencial acompañada de fuertes vientos. Gracias al buen hacer de la empresa, sea cual sea que montó el escenario, se pudo seguir con el festival y pudieron tocar todas las bandas. Durante el show llovió de tantas maneras como en Forrest Gump y era imposible no mojarse. Una suerte que la zona de prensa estaba perfectamente aclimatada y preparada para lo que pudiera suceder, con sillones para descansar y zonas donde secarse. El concierto ofreció todo lo que era de esperar. Calidad, fuerza y una mujer al frente de la banda que sabe que tiene que hacer en cada momento y con una voz salida del peor de los infiernos de Dante. Johanna Sadonis tiene una presencia sobre el escenario complicada de igualar. Me repito hasta la saciedad pero otra vez una banda con apenas cinco años de existencia con una calidad fuera de lo normal. De todo lo visto hasta ahora ninguna banda tiene mas de tres discos editados y algunas, como Lucifer, son ya todo un estándar de calidad dentro del rock. Los conocía y pude disfrutar de temazos como Anubis, Purple Pyramid o Abracadabra. Empapada la ropa y con ganas de irse a dar una ducha caliente pero no podíamos, faltaba la traca final al primer día de festival.
Monolord saltaba al escenario para ser ellos la tormenta y espantar lluvia, viento y cualquier cosa que la naturaleza les pusiera por delante. Uno de los mejores conciertos de todo el fin de semana. El primer dia daba la impresión de estar dedicado a bandas de reciente creación que ya son todo un referente musical. Con tres discos a sus espaldas los suecos, otra vez Suecia, subieron al Main Stage a realizar la mezcla perfecta de doom, stoner, sludge y la siempre presente psicodelia. Ya tienen himnos entre los que destacan Empress Rising, tema con el que comenzaron; Lord of Suffering o Rust, tema con el que suelen cerrar sus conciertos y dejar a todo asistente con la boca abierta.
Earthless era la banda que tenía que mantener la línea establecida sin decaer y manteniendo el nivel visto hasta el momento. Era la primera banda en subir al escenario con una dilatada carrera musical desde que se formaron en el lejano 2001 en la soleada California. Con cinco discos de estudio y cuatro discos en directo dejan claro que lo suyo es hacer feliz a la gente con su aplastante directo y no estar encerrados en un estudio. Asistimos al concierto más instrumental/ambiental del festival. La hora era la idónea y el juego de luces que acompañó el directo iba de la mano de cada nota salida de los instrumentos. Tocando temas como Uluru Rock o Violence of the Red Sea, ¿qué puede salir mal?
Quedaban los dos últimos directos antes de ir a descansar, recuperar energías y el entumecido cuerpo que realizaba movimientos por inercia. Graveyard dio un concierto bastante aburrido comparado con lo visto; aburrido en general para gente que los conocía encima de los escenarios. Salían desganados, sin la energía que los caracteriza y se marcharon con mas pena que gloria tras salir a cumplir con sus maravillosos temas Hisingen Blues, Ain’t Fit to Live Here o The Siren. Son una maravilla en directo y les perdonamos tener un mal dia. Era tarde y la mente decidió enviarnos al piso antes de comenzar Solar Corona, por lo cual no puedo saber que tal el fin de fiesta del primer dia. Una vez terminados los directos, todos los dias se acudía a modo de post-party al bar cercano a la playa donde el miércoles se realizó la fiesta de presentación. Nunca acudimos. Tener actitud es muy bonito, al igual que irse a descansar tras doce horas sin parar.
Viernes 9
Como demostramos con las crónicas, somos animales de costumbres por lo cual volvemos a perdernos las dos primeras bandas del día y entramos a la zona del Main como el día anterior. El Pool Stage seguía sin estar presentable para realizar los primeros bolos de la segunda jornada del SonicBlast. Subían al escenario y, como nombre, uno de los personajes más odiados de Game of Thrones, Petyr. Funciona como un reclamo perfecto y en su directo juntaron un muy buen número de personas deseosas de ver al actor Aidan Gillen cantando relatos sobre lo mucho que siempre le excitó Sansa Stark. Realmente desconozco sobre que tratan sus letras pero era divertido desvariar y lo pasamos realmente bien con un directo correcto. Su estilo musical podíamos meterlo dentro del llamado space rock.
Los que debían cerrar el otro escenario subieron al que no les pertenecía para realizar una actuación estelar. Zig Zags regresó a Los Angeles siendo una banda que deja cientos de nuevos fans en territorio portugués y nacional. Era como regresar a la época de Metallica y su Kill ‘Em All. Que manera de regresar a la esencia del thrash visceral, sin otro propósito que destrozar la mente humana a ritmos escandalosamente rápidos con riffs que se meten en tu cerebro para no abandonarlo en la vida. Su último disco They’ll Never Take Us Alive es una jodida maravilla que os animo a escuchar. Su actitud fue de lo mejor del festival, bebiendo cervezas en segundos, quitándose la ropa a medida que el show avanzaba o jugando con el público en todo momento, partido de fútbol con latas de cerveza incluído ganado por la banda con un increíble zapatazo de su cantante/actor/productor Jed Maheu, que el guardameta del público nada pudo hacer por detenerlo y tras golpear en su cabeza llegó a la red. 1-0 tras un vibrante partido que esperemos tenga revancha.
Los gaditanos de Viaje a 800 nos ofrecieron el directo más íntimo posible. Una realización perfecta y una banda casi imposible de ver sobre un escenario. Todo lo que tienen editado es una joya que debería estar en un museo de la música rock española. La quietud acompañó todo su directo manteniéndonos hipnotizados con cada tema, podían hacer con nosotros lo que quisieran que nos iban a mantener pedagos a ellos y los acompañaríamos a cualquier paraje creado a partir de sus enormes himnos de rock progresivo al tocar Dios astrónomo, El amor es un perro del infierno o Eterna soledad.
Tras la calma sabemos lo que viene, más calma ja ja ja. Es extraño que una banda finlandesa no sea de death o black metal pero para eso tenemos a Kaleidobolt. Venían a presentarnos su último LP Bitter. El directo nada tuvo que ver con el nombre del disco. Mantuvieron el ambiente creado por los españoles y dejaron al personal contento, relajado y extasiado con otra vuelta a la época en la que drogarse se veía con buenos ojos pues era el único medio para poder viajar, los aviones en los 70/80 no eran para todos los bolsillos, pero las pastillas sí. A destacar City of the Sun y Rocket to the Moon.
Una vez que la droga recorre tu cuerpo quieres más, probar cosas nuevas y seguir flotando. Belzebong fueron los encargados de aportar esa nueva sensación de positividad por todo el recinto. Luces verdes durante todo su espectáculo y temas muy parecidos entre si pero que nos encantaron. Si llegan a usar una máquina de humo el efecto creado sería acojonantemente “destroyer”. La marihuana es la base de tus discos, el hilo conductor de tus temas. Un concierto enormemente divertido del que sales con un cebollón importante. Como resumen del primer tridente de bandas sobre el Main Stage diré: yo no me drogo, únicamente bebo alcohol. Salí en una nube sin probar nada que mi cuerpo rechaza. Vistas las caras de la gente que acude a la química o la naturaleza, un sobresaliente a organización, bandas y asistentes. Trabajaron las tres partes codo con codo. Si queréis descubrir a los polacos animaros a escuchar su tema Bong Thrower.
No abandonanos Europa del este y nos desplazamos unos cuantos kilómetros para traernos a Portugal a la increíble banda Stoned Jesus. Stoner y doom haciendo cosas para mayores para que los que estamos abajo nos volvamos locos de atar. Presenciamos una especie de show pornográfico musical penetrando un estilo dentro del otro para ser un todo agradable y orgásmico. La puesta en escena esta lejos de ser impresionante pero hemos asistido a escuchar música, no a ver a seis alemanes que sacan su curso de prevención de riesgos para poder manejar fuego en directo mientras… ¿tocan?
Pues eso, espectacular la perfecta realización en directo de sus ya míticos temas I’m the Mountain o Black Woods. Dejaron su tema mas conocido, Here Come the Robots, a modo de encore antes de dejar paso a Orange Goblin. Su cantante Ben Ward recuerda a un Uruk-hai y el resto de la banda a los personajes que les dan nombre. Gracioso la verdad. Musicalmente hablando creo que todos somos conocedores de lo que ofrecen, stoner y metal a partes iguales. Los británicos son una de las mejores formaciones y abanderados de un estilo que mezcla energía y pesadez. Ya son mas de 20 años realizando lo que les gusta. Lo hacen increíblemente bien siendo una banda muy divertida de ver, con Ben siendo el mejor frontman que pasó por SonicBlast y con el mejor bajista que han visto mis ojos en años. He de informarme sobre su carrera porque merece la pena ser conocedor de ella. Te ganas al público y tienes el derecho de tirarles cervezas vacías, o llenas, para que se las lleven de recuerdo a casa. Mejor que una púa es para gente que como yo no tiene puñetera idea de como usarla. Una cerveza me la se beber. Scorpionica, Quincy the Pigboy, Red Tide Rising… sonó todo lo que íbamos a escuchar con un set que recorrió todo su carrera musical.
Faltaba el cierre y Dopethrone eran los encargados. Los canadienses dan miedo en directo. Con un fantástico juego de luces y “las pintas” de sus miembros consiguen helar la sangre de cualquiera que centre sus ojos en lo que ofrecen. La voz de Julie es extrañamente cautivadora, lleva la palabra rasgar a los límites y es, quizás, la banda que mas división creó. Salió amada y odiada a partes iguales. Si uno consigue entender el porque de los diferentes registros vocales que usan acompañan a la perfección a lo que instrumentalmente ofrecen. Llevan diez años creando ambientes infernales gracias a sus éxitos Dark Foil o Scum Fuck Blues. Para servidor fue una despedida perfecta a la espera de lo que nos esperaba el último día dentro del paraíso que los canadienses hicieron todo lo posible por incendiar.
Sábado 10
¡Al fin la piscina! No importa lo que suene, mientras tenga que ver con el rock o el metal, mientras tu cuerpo permanece dentro del agua y regresas a la piscina municipal de tu pueblo/ciudad en una regresión a tus años en los que tu única preocupación era que te dieran de comer a la hora indicada y te ibas a cama reventado de bicicleta, del sol y de tirarle lo que fuera al vecino tocapelotas de turno para practicar cardiovascular acto seguido. Las dos primeras bandas lo de siempre. ¿Qué queréis que os diga? El desayuno con tranquilidad y la ducha de rigor mantienen ocupada a la gente.
Entramos con la banda sonora perfecta para ese punch que la mente necesitaba para espabilar del todo, Cardiel. Asistimos a un concierto de una de las bandas mas extremas del festival, que no potentes, gracias a la voz del cantante y la ametralladora que había en la batería. Samantha, la de la licencia de armas para disparar desde su bombo, estaba de cumpleaños y pudimos presenciar el buen rollo que tienen entre ella y el cantante, únicos miembros de esta banda de stoner sudamericana la cual desconozco donde tiene su centro de operaciones. Me parece raro traerlos desde tan lejos sin ser una banda de nombre y con únicamente un disco editado en el 2014. A lo que vinieron lo consiguieron.
La piscina este año no fue una de las grandes protagonistas del festival con únicamente cuatro conciertos y asistimos a dos, Giöbia era el segundo y último bolo antes de cerrar el festival en el Main Stage. Los italianos sorprendieron a todos con su exquisito acid rock, ideal para el soleado día con el que Moledo nos iba a despedir. Chapuzones, saltos de cabeza, bombas, intentar vaciar la piscina al ritmo de la música, jugar con hinchables y de fondo una formación con 15 años a sus espaldas deleitando a los niños en los que nos habíamos convertido con temas como Electric Light, Sun Spectre o la conocida Devil’s Howl, uno de los temas mas aplaudidos.
Asentados en la zona de operaciones en la cual íbamos a asistir a las últimas pinceladas de tan precioso lienzo creado por la organización decidimos dedicarnos al “birroteo” antes de que Toundra nos diera una hostia en toda la cara con su perfecta descarga de post-rock. Una banda que directo tras directo, disco tras disco, se va metiendo en el bolsillo fans y sin agujeros por los que perderlos van creciendo hasta que ellos decidan parar, si es que lo hacen. Su progresión es imparable y pronto serán uno de los pilares del estilo fuera de España. Cerramos los ojos y nos dejamos llevar por los ocho cortes que decidieron escoger para la ocasión. Desde el inicio con Cobra hasta el final con Cruce Oeste todo fue maravilloso. Cuesta regresar de tan estupendo viaje por el interior de uno mismo, abrir los ojos y encontrarte donde te dejaste antes de cerrar los ojos. Consiguen lo imposible y llegan al alma del ser humano. Unos lloran, otros ríen con el mismo tema. Toundra en estado puro.
La siguiente banda en subir al escenario era Sacri Monti. Venidos desde San Diego tuvimos la suerte de compartir cervezas con algún miembro de la banda sin saber quienes eran. Esta tontería nos animó a ir ver a “nuestros amigos” californianos. Ofrecieron un buen show de rock setentero y, como “amigo” de la banda no puedo decir malas palabras. Uno se encuentra entre los treinta y los cuarenta, aparecen unos niños que hacen música y sacan esa vena fan que hace que los defiendas hasta la muerte sin sentido alguno. Venían presentando disco nuevo, Waiting Room For The Magic Hour. Por el feedback recibido gustaron, me quedo con la opinión de los neutrales al no poder tener opinión propia ja ja ja.
Era el turno para Windhand. Cuando una banda llega a los dos dígitos y siguen juntos sabes que la cosa funciona, que se hace música que gusta y en directo, que es donde las bandas de nuestro querido estilo se ganan el pan, llevan sus temas a la gente de manera correcta. Es la palabra perfecta para describir el concierto al que asistimos, correcto. Dorthia es una mujer con una presencia muy estudiada encima de las tablas y con una voz que encaja a la perfección con lo que musicalmente aportan a un estilo, el doom con pequeñas incursiones en la psicodelia, que ha vivido mejores épocas. Sorprendieron tocando, casi en su totalidad, el último directo editado Live Elsewhere, añadiendo Winter Sun a la ecuación.
Al fin aparecía en escena la banda que más ganas tenía de ver en Portugal, Eyehategod. Sus letras sobre el odio a la humanidad, los problemas sin fin que creamos como sociedad o las drogas son himnos que hacemos como nuestros. Si una situación no puede compararse con un episodio de Los Simpsons no merece la pena contarla; un sentimiento si no aparece en un tema de los americanos no merece ser expresado. Necesitaba una buena dosis de sludge metal. Miento, necesitaba metal indiferentemente de la etiqueta que llevara como nombre. Un soplo de aire fresco entre tanto rock de diferente estilo, si, pero rock al fin y al cabo. Si no me equivoco es la formación con mas años a sus espaldas que pasó por Moledo, formados en 1988 es difícil superarlos. Únicamente editaron cinco larga duración por lo cual éramos conocedores de que todos los clásicos serían llevados a su directo. Sisterfucker, Jack Ass in the Will of God, New Orleans Is the New Vietnam, Lack of Almost Everything… ¿sigo? No se que medalla darles en el podio pero lo que es seguro es que una medalla se llevan de vuelta a New Orleans. A ver si la próxima vez nos traen el famoso pollo por el que conocemos la ciudad.
Era el turno para la banda que mas expectación creó cuando se cerró el cartel completo, Om. Se comenta que si dices Al Cisneros tres veces seguidas aparece a tu lado y forma una banda nueva. Bromas aparte la cantidad de camisetas que había de Om, Sleep y de su cara era enorme. Había que realizar un especial sobre su figura y lo que las dos bandas en las que está metido de lleno ofrecen a la música. En años venideros hablaremos de discos como Pilgrimage o Advaitic Songs como obras maestras a la altura de los dioses King Crimson. Para disfrutar de un directo de los, ¿otra vez california?, ofrecen, es necesario saber que el significado que da nombre a su estilo es un mantra que se define como el universo entero. Quitando las bandas de grindcore que sabes que su nombre define a la perfección lo que realizan, es el nombre perfecto para lo que ofrecen. Tras las dos partes de Cremation Ghat, Meditation is the Practice of Death, Gethsemane (no con Camilo Sesto D.E.P.) o el genial cierre con el tema dedicado a Bhima’s (mitología hindú), nos encontramos en el vasto cosmos flotando en la inmensidad de la galaxia por culpa de lo que presenciamos. La vuelta a la realidad recayó sobre los suecos Domkraft. Fue una experiencia tan dura para mucha gente la vuelta que tuvimos que abandonar el recinto para quedarnos con el gusto de saber que lo último a mantener en mente, cuerpo y alma eran los últimos acordes de Om. No puedo opinar sobre si fueron correctos con su stoner el joven trío que estaba sobre el Main Stage. Acababa de asistir a uno de los mejores conciertos de mi vida.
El SonicBlast ha conseguido cautivar nuestros corazones y con certeza podemos decir que entre el 13 y el 15 de Agosto del 2020 Madafackismo Underground asistirá al décimo aniversario de tan increíble adoración a la buena música, la naturaleza y la camaradería entre diferentes personas de tan distintas zonas. La música une y Moledo volverá a ser el epicentro de una reunión de bandas top y gente que llega al corazón. Volvemos con nuevos amigos, conociendo nuevas bandas y con la sensación de que todo salió a la perfección.
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