Paraíso Festival 2019 | El súmmum de la electrónica
El pasado fin de semana volvía el festival Paraiso con su segunda edición a Madrid, consolidándose logrando meter a 25.000 asistentes durante sus dos jornadas y con ello conseguir consolidarse como el festival de música electrónica más importante de la capital, un festival que Madrid pedía a voces, el festival que Madrid necesitaba tener, una suerte de Sonar que sin dudas y tras el acuerdo de colaboración con el festival Barcelonés, seguirá creciendo en público, bandas y experiencia con el paso de los años.
Ubicado en el campus de la Universidad Complutense, mismo recinto en el que se lleva realizando años anteriores el Dcode, pero con un lavado de cara respecto a este, el recinto parece otro, sin agobios de ningún tipo, ni en la entrada, ni al pedir en barras, ni al ir cambiando de escenario en escenario. Con cuatro escenarios bastante diferenciados entre ellos, pero a su vez haciendo un todo el festival Paraiso consigue espacir a su público alrededor de todo el recinto dando la sensación de amplitud, de libertad y de poder moverte alrededor de este pudiendo relajarte en cómodos pufs, en la zona de Gaming o admirando alguna de las atractivas propuestas visuales adornaban la experiencia.
Sin ningún headliner que destacase sobre el resto, el cartel se caracterizaba por la calidad y variedad de propuestas formando con ello un line up de lo más compacto. Los artistas se distribuían en un escenario principal, más dedicado a música en directo, un escenario Club totalmente asombroso por la que pasan las mejores sesiones de Djs y próximo a la mayor discoteca al aire libre que puedas encontrar, el nuevo escenario nido dedicado a la nueva escena madrileña y un tercer escenario donde encontrar nuevos sonidos de todas las partes del mundo.
El viernes comenzamos con la fantástica sesión de Kampire desde Uganda, poniendo a bailar a todo el mundo que se pasara por allí a primera hora de la tarde combinando ritmos africanos con hits comerciales como el “Pump Up The Jam”. Seguimos con unos geniales Maribou State, en un escenario principal, que quizás en las primeras horas sonó excesivamente fuerte, haciendo que nos alejásemos un poco de el, para poder escuchar perfectamente el maravilloso directo del duo británico en formato banda, el cual nos mostró temas grandiosos como “Nervous Tics” de su último de su último álbum acompañados de la voz de Holly Walker.
Más tarde asistimos al concierto de Mula, un trio de féminas dominicanas encabezado por las gemelas Anabel y Cristabel a las voces, consiguiendo traer los ritmos latinos al festival, en un escenario Manifiesto en el que primó la variedad de estilos y localizaciones de los artistas. Bob Moses se encaramaba al escenario principal en un formato a medias entre el directo y el formato club, con un repertorio lleno de sensuales y sugerentes canciones.
Tras comprobar como Nicola Cruz llenaba su escenario hasta el punto de no dejar pasar a más gente que lo querían escuchar por problemas de aforo, volvimos para ver a uno de los principales cabezas del festival, el grupo escoces Chvrches con tres discos a sus espaldas y con un puñado de hits, consiguió que se viese al público tararear canciones de inicio a fin, sonaron hitazos como “The Mother We Share”, “Recover”, “Leave a Trace”, “Clearest Blue” o “Miracle”, “Graffiti” o el tema con el que abrieron “Get Out” de su último álbum. Tras pulular por el escenario Club al ritmo de Moscoman, apareció la leyenda de la música electrónica Cerrone en formato DJ, para más tarde cerrar el concierto retomando el directo con el mismo a la batería y una cantante con la que pudimos disfrutar de temazos como “Supernature” “Gime me Love” o “Je suis Music” poniendo el toque Disco para poner al público de manera descontrolada. Con todo ganado Polo y Pan aparecieron con una sesión mucho menos orgánica de lo que hacía entrever su genial disco “Caravelle” del que pincharon una “Canopee” que suena a gloria sin importar la hora a la que suene. Solomun con una sesión llena de oscuridad cerró la primera noche de un Paraiso que mejoraba todo lo visto el primer año y que apunta a ser una cita indispensable en Madrid.
Sin hacer ningún feo al viernes, lo que pudimos disfrutar el sábado fue colosal desde primera hora de la tarde con la banda rumana Balkan Taksim, tocando extraños instrumentos que a día de hoy no sé que podían ser, basado en la música Folk del este y pasada por el filtro de la electrónica, el grupo consiguió quedar su directo grabado en las mentes de todo el que asistió a las primeras horas. Más tarde con un colorido espectacular aparecieron Superorganism capitaneados por la pequeña Orono, en un concierto lleno de bailes, coreografías y actitud punk de la líder de la banda que dejó sus mayores hits para el final con “Everyone Wants to Be Famous” y “Something for your M.I.N.D.”. Tras ellos Channel Tres, puso a bailar a todo el festival, siendo imposible estarse quieto ante semejante concierto con dos bailarines danzando y el bajándose al público para contagiar sus ritmos, uno de los grandes valores a seguir en los próximos años.
Tras los dos primeros conciertos el festival tomo un carácter apoteósico, primero con el soberbio concierto de Rhye acaompañado de una multitud de músicos para el concierto menos electrónico de todo el festival, con un mimo absoluto en el sonido y la pasionantemente femenina y sensual voz de su líder el canadiense Mike Milosh entregó muy posiblemente el mejor concierto del festival con canciones enormes “Song For You”, “The Fall” o “Open” en los que pudimos ver incluso a Channel Tres disfrutando como un enano del concierto en primera fila.
A Rhye le siguió otro concierto de los que hacen grande un festival como el Paraiso, un concierto de los que dan caché, Charlotte Gainsbourg, la hija de la leyenda de la canción francesa, demostró ser y tener un directo rotundo y totalmente sólido, mostrando un magnetismo brutal con un simple gesto apoyada sobre uno de los marcos que adornaba el escenario con una mano metida en el bolsillo. Disfrutar de “Deadly Valentine” en directo, hace ya tremendamente rentable la compra del abono.
Con unos problemas indicados por las pantallas en la actuación de Mount Kimbie, finalmente logró comenzar despuntando con un sonido Kraut y Rock que en sus momentos más Pop podía recordar a Stereolab, ante una inmensa oscuridad en un escenario, en el que más tarde brillaría el legendario Laurent Garnier cerrando un festival memorable.
No cabe duda que nos encontramos ante el despegue definitivo del mayor festival de electrónica de la capital, el festival de referencia de la electrónica pasada, presente y futura, un Sonar particular con nuevas virtudes que mejora a pasos agigantados y que este año nos ha mostrado alguno de los conciertos del año.
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