Mecánica Popular (Sala 0, Madrid)
100% Psych: Mecanica Popular presentan ‘Estridentismo’ en Madrid
Sábado 18 de mayo, 20:30 horas
Sala 0, Palacio de la Prensa.
Organiza: Giradiscos – SON Estrella Galicia
Dentro de uno de los ciclos más interesantes de música variopinta en Madrid, como es el 100% Psych, el tándem de Madafackismo Underground hemos asistido a lo que se presentaba como la noche más importante de esta serie de eventos, y realmente lo era, la banda Mecánica Popular se puede dar por satisfecha sabiendo que no sólo es la primera banda de música industrial española, prácticamente, sino que también iban casi a la par del país donde nació el género, y donde nació justamente la Revolución Industrial, en el Reino de Gran Bretaña.
El dúo formado por Eugenio Muñoz y Luis Delgado en 1978 hacía sus primeros experimentos bajo el nombre de Máquinas y Procedimientos, a la par que en Inglaterra Throbbing Gristle grababan el l.p. “DOA: The Third and Final Report” y a tan sólo un año de haber formado el sello Industrial Rec., bajo el slogan inspirado por el italiano de Monte Cazazza “Industrial Music For Industrial People”, y ya en 1979 cuando los reyes de la música industrial inglesa TG grabasen su mejor disco “20 Jazz Funk Greats”, Mecánica Popular ya tenían grabado su primer l.p. que no recibiría ningún apoyo hasta 1984, año en que el líder de Aviador Dro quedaría boquiabierto con la propuesta del grupo y sacaría su l.p. en su propio sello, en el aún alternativo Discos Radioactivos Organizados, tres años más pasarían para su siguiente pieza de relojería marciana, Baku: 1922, editado por otro sello mítico español de los 80 como es Grabaciones Accidentales, para caer luego en un silencio absoluto, nada más y nada menos que 23 años pasarían para sacar su siguiente disco “Neguentropía” (2010) editado este último por la multinacional, Warner Music.
Y es que los discos de Mecánica Popular suenan muy muy bien y los músicos implicados tienen buenos contactos y gran bagaje musical, lo cual es lo más normal si comprobamos que tras Mecánica Popular se esconden dos hábiles ingenieros de sonido que trabajaban para la RCA en 1979, y que Eugenio Muñoz ha sido un investigador sonoro con insólitos proyectos auditivos en los 80 como Randomize y Dr. Flanger, y que Luis Delgado, es un experto multi-instrumentista conocedor de músicas del mundo, especialmente árabe, e hijo de una voraz lectora de poesía que avivó fuertemente el mundo onírico y espiritual de su hijo; nueve años después en el tiempo nos llegaría otra joya de la técnica manufacturada por Mecánica Popular, en este caso lleva el nombre de un colectivo futurista mexicano como fueron los propulsores del “Estridentismo”.
“Estridentismo” (Equilibrio, 2019), fue el nuevo disco que se llevó en primicia a uno de los pocos conciertos que han tenido lugar en España de Mecánica Popular, si no nos salen mal los cálculos este sería el cuarto concierto de Mecánica Popular en sus 40 años de carrera. Mecánica Popular, nombre tomado de una revista fundada en 1902 que tendría su apogeo en la década de los 50 en Estados Unidos cuando comenzó a desenvolverse El Sueño Americano y el American Way of Life y en los que se entremezclaban caducos valores familiares en los que la tecnología era la herramienta esencial para alcanzar la felicidad.
Tras esta pequeña introducción vamos a hablar de lo que fue el concierto de Mecánica Popular, que empezó con un problemilla con las máquinas de Eugenio Muñoz a las que no les llegaba el sonido, oíamos una máquina que pensábamos que se trataba del instrumental del concierto pero Eugenio aclaró que lo que sonaba era la máquina de humo aunque sonabraa parecido, lo cual fue muy gracioso. Subsanado el inconveniente sonoro empezamos fuerte con un tema de su primer LP, llamado “Daguerrotipo”, ambientado en los albores de la Fotomecánica, y en donde se puede oír a las máquinas trabajando con el eco misterioso de los materiales en fricción apegados a unos coros fantasmagóricos femeninos de fondo. Todo esto, decorado con unas didácticas y asombrosas diapositivas en donde nos imbuimos de la historia de las vanguardias en el arte y la cultura, la utópica ville radieuse de Le Corbusier o imágenes colosales del Empire State donde escuchábamos una máquina haciendo fotos, eran sólo algunas de las muchas imágenes que servían de decorado visual de fondo, ciudades del futuro que preconizaban una esperanza radiante pero que jamás llegarían a materializarse como en el caso de Le Corbusier.
Eugenio Muñoz, andaba con cintas magnetofónicas girando como si estuviéramos en un concierto de 1976 de Cabaret Voltaire y un sintetizador ARP Odissey, Luis Delgado aportaba, entre otro instrumental, una guitarra paisajística a lo Brian Eno o Robert Fripp, o una SlapStick guitar, una guitarra tan fina como un palo que es capaz de hacer tanto líneas de bajo como ritmos más melódicos….estos eran algunos de los instrumentos a utilizar, entre otras rarezas, como unas varillas de metal electrificadas que se emplearon en el tema “Baku: 1922” de su segundo disco.
El siguiente tema que interpretaron fue “Rueda Viviente Que Pasea Con Espectador Automático” en el que Delgado le dio a su guitarra un sonido de turbina. Otro momento especial fue en el que se recreó un poema dadaísta de Raoul Hausmann de 1918 con onomatopeyas y una tablet que emitía sonidos como golpes.
De los motores metropolitanos de “Neguentropía”, y bajo el espíritu omnipresente de Luigi Russolo e incluso el del prerromanticismo idealista alemán con citas de Schiller, viajábamos a través de las imágenes y el sonido por un apasionante “esplendor geométrico y mecánico” del que ya hablaba Marinetti en 1914, y pasamos por la ciencia de “Los Quimógrafos” en un tema cuasideconstruido que podía haber firmado la pareja de Autechre; una caja de herramientas de 1920 se volvía una obra de arte al igual que una monstruosa calculadora gigante, en el tema “De Toowey a Gutemberg”.
Del mundo de las máquinas hubo un ligero descanso para pasar a una conocida versión de Talking Heads, “Once In A Lifetime”, famoso videoclip de los 80 donde se podía ver a un sudoroso David Byrne haciendo extraños movimientos, canción, por cierto, correalizada con Brian Eno.
La sala de control de un submarino de 1918, el Domus Aurea de Nerón (un comedor donde el megalómano emperador solía cenar en movimiento imitando el movimiento de la Tierra) o la instantánea de un zepelín sobre Madrid en 1932 fueron otras de las pasmosas imágenes que nos presentó la banda, amén de textos del pionero del teatro del absurdo, el minimalismo y el impresionismo, que moriría a los 59 años de edad con el organismo destrozado por el alcohol, Erik Satie.
Con más sobrecogedoras imágenes pudimos deleitar nuestros hambrientos ojos, como por ejemplo, con las imágenes de los bocetos de Hugh Ferriss de su libro The Metropolis of Tomorrow de 1929 donde vendrían algunos sketches de lo que serían luego los más colosales edificios de Estados Unidos como el Daily News Building o el Edificio Woolworth, la imaginación arquitectónica y vertiginosa de Ferriss influiría en el Gotham City de Bob Kane u otros comics más retrofuturistas como fueron Terminal City ya en la década de los 90.
Tras la extrañeza de “Disposición Emotiva” donde una guitarra apareció como un torno ruso cayendo al suelo, y con algún texto del bailarín y coreógrafo ya desaparecido Antonio Gades sobre la predominancia de los artistas como primera ciencia, pasamos a una oración zapoteca dedicada a la Virgen de Guadalupe en clave electro-industrial.
Para la presentación de uno de sus nuevos temas de su último disco se subió un joven y fornido batería a tocar con el dúo el tema “Esquizofonía”(concepto de R. Murray Schafer, compositor, educador y ambientalista que también acuñó el término “paisaje sonoro” en 1969 y que nos cuenta, entre otras cosas, que La vida moderna ha sido ventriloquizada); al grito de Luis Delgado comenzó una de las partes más emocionantes del concierto en el que la energía de la batería sonaba como una máquina arrolladora debido al contexto musical, por si fuera poco, se sumó también el sonido del theremin dando lugar a uno de los momentos más vibrantes de la actuación.
Pasaríamos ahora a otro tema acompañado también por el batería Gaspar Fdez. Lázaro, otra novedad oriental llamada “Mikado”, la música estaba adornada esta vez con cuadros del futurista Fortunato Depero o del muralista mexicano Fernando Leal, el batería que les acompañó, en un arrebato terminaría lanzando por los aires sus auriculares… El nuevo disco de Mecánica Popular está altamente influido por la profunda cultura mexicana, desde la portada del disco que es una pintura del pintor Diego Rivera quien fuera marido de la pintora y revolucionaria Frida Kahlo, pasando por el movimiento ruidista – futurista, y con mucho sentido del humor, como fueron los estridentistas, donde pudimos oír voces de los mismos, pasadas por filtro electrónico que declamaban el Manifiesto Estridentista, también me gustaría citar la obra que apareció de Hannah Höch, la primera mujer dadaísta y pionera del collage, en la que pudimos ver su fotomontaje “Cut with the Kitchen Knife Dada Through the Last Weimar Beer-Belly Cultural Epoch in Germany” de 1919.
Fueron terminando Mecánica Popular la actuación con otro de sus temas del pasado y una de sus canciones más movidas “La Edad del Bronce” toda una marcha mecanicista que más de uno y una aprovecharía para actualizar sus circuitos. Hasta aquí, la crónica de lo que fue uno de los pocos conciertos en la historia de Mecánica Popular, una aventura músico – visual surgida en la edad de oro de la vanguardia moderna musical que tras 40 años de periplo musical nos siguen ofreciendo un radiante porvenir.
Texto: Sebensuí A. Sánchez
Foto: Ana E. Sánchez
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