Visor Fest convence a su público con conciertazos de The Flaming Lips y The Jesus and Mary Chain
Durante el puente de todos los santos, en particular los días 2 y 3 noviembre comenzaba la primera edición del Visor Fest, un nuevo festival en Benidorm llamado a convertirse en uno de los festivales de referencia fuera de la época estival. El gran aliciente más allá de la idea de que sean artistas y bandas que nacieron en los 80’s y 90’s, es el de recuperar ese aroma de los festivales de los de antaño, con grandes grupos y sin solapamientos. En esta primera edición han logrado formar un magnífico cartel donde más allá de la edad que puedan tener las bandas primaba la calidad y lo actual de estas, donde puedes encontrarte a grupos que en los últimos años han encabezado festivales como Primavera Sound, BBK Live, Tomavistas o Vida Festival.
En la jornada del viernes se dio el pistoletazo de salida alternando conciertos con sesiones de Djs, el festival comenzó con The Chameleons Vox, banda que viene a continuar el camino que Mark Burgess emprendió con The Chameleons, creando un rock de atmosferas oscuras que reinó ya caída la noche a las siete de la tarde. En un set largo donde no faltaron canciones como Swamp Thing, Don’t Fall o ecos al Transmission de Joy Division. A partir de ese momento comenzó el Shoegaze, con un magnífico concierto de Ride, quienes aún tienen mucho que decir después de su disolución y con nuevo disco “Wheather Diaries”, veintiún años después de su último disco “Tarantula”. Canciones como “Lannoy Point” confirman que su vuelta es un soplo de aire fresco capaz de influenciar a nuevas generaciones, más aun cuando su último disco fue el principal protagonista de su set, sin dejar de obviar clásicos como “Vapour Trail” o “Leave Them All Behind”.
Palabras mayores son los hermanos Reid, The Jesus and Mary Chain, una banda esencial para la historia del Rock and Roll, lo suyo no fue un concierto al uso, sino una maestría, un golpe en la mesa de como una banda de rock debe sonar en directo, duro, contundente, melódico, ruidoso, sucio y sexy. Un puñado de canciones a cada cual mejor hacen que pocas bandas puedan igualar semejante torbellino de ruido y distorsión, “Head On”, “I hate Rock and Roll”, “Just Like Honey”, “Some Candy Talking” o la nueva “Amputation” consiguieron dar forma a un concierto legendario donde todo asistente pueda estar orgulloso de decir “estuve en aquel Visor Fest donde vi a los Jesus”. El soberbio concierto de los Jesus & Mary Chain dio paso a la electrónica de Megabeat – Interfront, precursores de la ruta del bakalao, sonando a banda sonora de película de ciencia ficción donde las imágenes de Blade Runner del principio ayudó a meternos en un concierto de electrónica de calidad impagable, dando paso más tarde a la divertida sesión de Addictive TV.
Si la primera jornada venía cargada de Shoegaze, Rock y Electrónica, la jornada del sábado no iba a ser menos añadiendo aún más variedad al festival. Una pinchada inicial a cargo de Miqui Puig mientras anochecía daba paso al concierto de Ash donde la banda norirlandesa volvío a demostrar que su rock sigue sonando adolescente. Con una primera media hora espectacular, gracias a canciones como “Oh Yeah” o “Kung Fu”, el concierto pronto decayó y es que la hora y media de concierto de Ash se volvió algo larga, no obstante consiguió repuntar en las últimas canciones encadenando un hitazo como “Girl From Mars” y “Burn Baby Burn”. Acto seguido apareció sobre el escenario Chan Marshall aka Cat Power consiguiendo camelar a todo el público con el solo sonido de su voz, mostrándose cómoda sobre el escenario en todo momento desgranó algunas de las canciones de su último disco, dando también dio tiempo para versionar a Nick Cave, lejos parecían quedar sus conciertos en los que se la veía cabreada con sus músicos, los altavoces o el sonido en general. Un concierto con un halo mágico que por si sólo ya dejaba un buen sabor de boca en la jornada sábado del festival.
No quedó ahí la cosa pues Saint Ettienne consiguió mantener en pie al público con un más que correcto concierto durante un set que duró algo más de hora y media donde dieron un repaso a sus más de veinte años de carrera haciendo grandes canciones POP con una Sarah Cracknell pletórica mostrando como su voz sigue sonando igual de sugerente y sensual como el primer día y como el tiempo nunca pasará por canciones como He’s On The Phone o Only Love Can Break Your Heart.
Empezó a moverse la producción del festival para preparar el concierto de The Flaming Lips, pantallas, setas gigantes a los lados del escenario y un show para cada canción. Los de Wayne Coyne comenzaron con un cartel en el que se podía leer: “Fuck Yeah Benidorm” con su hit “Race For The Price” tirando globos y confeti por doquier como si se estuviese llegando al final apoteósico de un concierto supermasivo en un estadio de futbol. Comenzando así de fuertes y sorprendiendo al público que se metió desde el segundo uno en el concierto, la cosa sólo pudo ir en aumento, soltando mil y una artimaña, un robot rosa gigante con el que aproximarse a “Yoshimi Battles” mientras Wayne con un parche en el ojo animaba aun más al público a realizar los coros de la canción. Sí, sacó la famosa bola a pasear mientras entonaba una versión del “Space Oddity” de David Bowie, un arcoíris o incluso se paseo entre el público montado en un unicornio, siendo toda la parafernalia que llevan con ellos simple y llanamente el complemento perfecto a unas canciones inmensas, llenas de matices y sensaciones. Uno de los grandes conciertos del año.
Para despedir el evento, quizás no exista mejor banda que !!! (Chk, Chk, Chk), su funky rock ha cerrado festivales como el mismísimo Low en Benidorm o el Primavera Sound en Barcelona, entreteniendo y haciendo bailar a todo el aún presente sobre las instalaciones del Auditorio.
En definitiva durante el Visor Fest se pudo asistir a una gran cantidad de conciertos descomunales, de una calidad y de un sonido inmensos y con un ambiente de autentica sala de conciertos donde quizás lo único que faltó es más público (poco público extranjero), difícil saber por qué cuando en el mismo Benidorm y en las mismas fechas otro festival consigue vender todos sus abonos en cinco minutos, quizás por lo arriesgado del formato al ser al aire libre en otoño, la imagen de festival remember que no atrajo al público joven (difícil ver a un menor de treinta años), o que a pesar de la calidad del cartel quizás ninguno de ellos tenga un verdadero tirón comercial. Durante el festival todo funcionó a la perfección, y lo único que pesó en el fueron los horarios quizás por empezar y acabar a la misma hora que los demás festivales cuando por la estación y el cambio horario a las seis de la tarde ya es de noche y hace frio, no aprovechando el buen tiempo que hizo en Benidorm. Sea como sea esperamos y deseamos más Visor Fest, con carteles tan arriesgados y potentes como el mostrado en esta primera edición y donde disfrutar de artistas consolidados con un set al completo sin tener que conformarte con menos por el hecho de estar en un festival. Larga vida al Visor Fest.
Fotos: Xavier Mercadé / VISOR Fest
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