FIB 2018 | Un acertado tributo al FIBER más pureta (Crónica Sábado)
Posiblemente la jornada del sábado era la que contaba con un mayor número de artistas y grupos del agrado del FIBER más veterano. Pet Shop Boys, como cabezas de cartel, no ofrecieron el mejor concierto de su vida, pecando por momentos de cierta irregularidad en cuanto a setlist, pero todas estas apreciaciones saltaron por los aires en cuanto sonaron las primeras notas de Go West, West End Girls, New York City Boy o It´s A Sin. El final de concierto, bajo la lluvia, le puso una pizca de épica a la actuación de esta mítica banda que regresaba a Benicàssim después de 14 años de ausencia.
Belle and Sebastian eran otros que regresaban al FIB tras un largo periodo de ausencia. Bajo la lluvia, los escoceses, que actuaron a la 1 de la madrugada, apartaron su repertorio más turra y nos ofrecieron un show cargado de melodías pegadizas, pop bailongo y altas dosis de emotividad. Incluso su vocalista, Stuart Murdoch, tuvo tiempo de explicar cómo conoció a su actual esposa durante una de las primeras ediciones del FIB, en el after de los karts y lo especial que le resulta desde aquella ocasión actuar en Benicàssim. Tampoco faltó la programada invasión del público al escenario durante The Boy With Arab Strap, una tradición que casi se lleva por delante a un joven barbudo con ganas de fiesta que intentó saltar la valla espontáneamente y se encontró de bruces con un miembro del staff de seguridad.
Las primeras actuaciones de la jornada a las que asistimos corrieron a cargo de los catalanes Holy Bouncer y el belga Oscar & The Wolf. El sonido de los primeros bebe clarísimamente de fuentes psicodélicas de los sesentas y setentas. Es innegable la influencia de grupos como Pink Floyd, The Beatles o Jefferson Airplane en estos muchachos. Una muy buena forma de arrancar el sábado en el escenario principal. Más tarde llegaría el turno del belga Max Colombie, el hombre que se esconde bajo el pseudónimo de Oscar & The Wolf, en el Escenario VISA. Su propuesta hubiese brillado más en horario nocturno, pero ya sabemos cómo se las gasta el FIB. Pese a ello, buenos bailes nos hemos pegado durante su concierto al ritmo de Breathing o Fever. En Bélgica su popularidad es tan brutal que ya ha encabezado en dos ocasiones uno de los festivales más importantes de su país, el Pukkelpop.
Acto seguido se subirían al mismo escenario otro de los nombres nacionales más interesantes del cartel de este año. Toundra, la banda instrumental de post-rock, cuyos miembros no necesitan ningún micrófono y que crean atmósferas inigualables, apenas tuvieron 50 minutos de slot, tiempo durante el cual pudieron interpretar seis temas: Cobra, canción con la que empezaron de manera magistral, Tuareg, Cartavio, Kitsune, Oro Rojo y para finalizar, Mojave. ¿El mejor concierto del sábado? Podría ser. Chapeau por los madrileños.
También nos acercamos hasta el concierto de Zazo & Gxurmet en el South Beach. Encima del escenario nos encontramos a una especie de tándem masculino que parecían salidos de una fábrica de clones de C Tangana, acompañados por una joven cantante llamada Vega Almohalla que nos cautivó gracias a su arte flamenco tan poco ortodoxo. Algunos podrían identificar ciertas similitudes entre esta muchacha y Rosalía. Y encima ya tienen un hit: A Fuego. Habrá que seguirles la pista.
Otro de los nombres destacados del sábado fueron The Horrors. Hacía ya demasiado tiempo que Faris no pisaba tierra santa, su última visita allá por 2012 como uno de los platos fuertes del cartel y actuando en prime time en el escenario principal, parece quedar ya muy lejos de su status actual. Pero en esta ocasión, desde una posición más modesta en el cartel, el grupo británico ha demostrado su solvencia en el directo.
Si bien se empezaba a vislumbrar la aparición de lluvia tropical aquella noche, la tormenta sonora que nos dejaron estos chicos en el Escenario VISA a base de descargas post-punk y ecos psicodélicos, podría haber sido perfectamente el desencadenante. Los temas de su último trabajo, V – uno de los mejores discos del 2017 para nuestra redacción –, sorprendieron gratamente, con piezas como Machine, Something to Remember Me By o Ghost robándole buena parte del protagonismo a clásicos de la banda como Who Can Say, Still Life o Sea Within A Sea. Gran concierto, pero algo corto (apenas 50 minutos).
Cabe resaltar el soporífero concierto de The Kooks en el Escenario Las Palmas, donde la inmensa mayoría de su discografía no está a la altura como para ostentar el status que el circuito de festivales le otorga últimamente. Ooh La, She Moves In Her Own Way, Seaside o Naïve no pudieron compensar el resto de un setlist tan insípido.
Por último, destacar el conciertazo de Metronomy a altas horas de la madrugada, en pleno solape con los incombustibles Chase & Status en formato Live. Algo más de una hora de concierto durante la cual pudimos disfrutar de temas como The Bay, Love Letters o The Look, que hicieron bailar hasta al más tímido del lugar, pese a lo sosos que son siempre Joseph Mount y compañía en cada una de sus actuaciones. Un buen ejemplo de como el FIB puede y debe programar conciertos más allá de las dos y media de la madrugada.
Texto: @Bricepinkfloyd
Foto de portada: FIB
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