Low Festival 2017 | Benidorm, música y calor
Benidorm, música y calor. Esas son siempre las expectativas que debes llevar si vas al Low.
Aunque quizás el cartel no fuera de los más potentes que podamos recordar en la trayectoria del festival, la jornada comenzaba el viernes con todos los abonos vendidos.
Pixies y Chk Chk Chk resaltaban con conciertos meramente correctos y complacientes para los fans más acérrimos frente a bandas como Biznaga que se convertían en grandes triunfadores de la noche para los valientes que se atrevían a despegarse del escenario principal.
Elyella pusieron el broche final con una sesión de “indie electrónico” que quizás se hizo demasiado pesada para oídos que hubieran quedado satisfechos simplemente con temas tarareables y más familiares.
El festival continuaba su curso el sábado con aún más expectativas de llenazo total. Desde bien temprano el escenario principal se completaba hasta la bandera con Sidonie. Continuaba así con The Hives y su enérgico aunque quizás ya algo repetitivo show que daba paso a la estrella del día, Franz Ferdinand.
Franz Ferdinand se metió al público en el bolsillo con sus temas archi conocidos que se mezclaban con un repertorio más novedoso quizás con la intención de no quedarse anclados en su primer disco.
One Path, encargado de darle un tono más urbano a la noche, tuvo que hacer lo imposible para intentar salir a flote debido al pésimo sonido del escenario mientras que Las Chillers conseguían como nadie llenar el escenario Wiko. De manera casi automática, pusieron a bailar a todo el mundo a ritmo de versiones de Camela o Chenoa creando una fusión entre verbena de pueblo y garaje.
La noche acababa con el siempre placentero directo de Delorean seguido de la sesión de Ley Dj que, con más problemas de sonido incluidos, daba por concluida la noche.
El festival llegaba a su fin el domingo con una propuesta prácticamente nacional. La jornada comenzaba con Agorazein, que parece siempre jugar en casa acompañados por un público que ya sabe a lo que va y que no perdona ni un solo tema.
Triángulo de amor bizarro se alzaron con el oro dando un concierto en mayúsculas con la potencia y la energía que les caracteriza.
La jornada continuaba con un Xoel López relajado y nostálgico frente a Mando Diao y Satellites Stories que se encargaron de dar la pincelada internacional en un Low que llegaba ya a su fin.
La noche acababa con Ochoymedio Djs en el escenario principal, ahora sí, pinchando temas complacientes para un público ya en las últimas.
Con el paso de los años y con el décimo aniversario a la vuelta de la esquina, podríamos etiquetar al festival como apuesta segura de diversión con un público cada vez más maduro y con un cartel que mucho tiene que ponerse las pilas para sorprendernos el año que viene.
Quizás la clave estaría en apostar y dejarse sorprender por artistas menos conocidos, más nombres internacionales y dejar de lado lo previsible.
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