Flash Zero (Sala Republik, Madrid)
Tour De La Tierra
Viernes, 11 de noviembre, 21:30
Sala Republik, Madrid
El pasado viernes tocó una de las bandas legendarias de la electrónica en nuestro país Flash Zero, banda madrileña especialmente relegada injustamente al olvido y que manufacturaron dos de los mejores discos de música electrónica de los años 80 y que como pasa con mucha música de esa década sigue sonando igual o más moderna a día de hoy, hasta el punto que muchos compositores electrónicos modernos no les queda más remedio que volver a copiar la música de esta década al no poder superarla y/o también por la nostalgia romántica de la sonoridad de su frescura. El concierto de Flash Zero, que fue dedicado al recientemente fallecido poeta, novelista y músico Leonard Cohen tuvo un sonido exquisito con la banda original al completo: “Fan Dl Kaox” (voz), Fran Null (sintetizador), Logytself (sintetizador), uno de estos dos músicos al cual no identifico con pseudónimo, y que se encargó de los aparatos, fue sustituido por el músico y compositor francoespañol Big Toxic, y Paco Kameros (batería eléctrica). Kaox que portaba una chaqueta del colectivo barcelonés Frente Sónico Futurista, gafas oscuras y gorra de aviador, fue un cantante punk de los primeros grupos de los 80 de Madrid en bandas como Panaderia y Bollería Nuestra Señora del Karmen o estuvo en cintas recopilatorias de música industrial junto a Esplendor Geométrico en un proyecto en solitario con el nombre de Mapache Machine Maxakre o en otras bandas ruidistas como El Inmortal, La Chica Loba o La Kara del Peligro de las cuales por desgracia no podemos oír nada a no ser que alguien se anime a hacer arqueología sonora.
La primera canción que abrió el concierto fue la que da título a su segundo disco de 1989 “Conspiracy”, la banda armada hasta los dientes, como buenos futuristas guerrilleros, tenían unos teclados enormes que tocaba uno de sus antiguos componentes con aspecto nuevo romántico, mientras el otro se encargaba de los aparatos y tenía un aspecto after techno punk a lo Robert Smith con una falda escocesa de cuero, todo muy auténtico, seguimos con la primera parte del concierto que fue toda en inglés con su segundo l.p. con temas como “Transmission”, voces maquiavélicas tipo Front 242, decir que sarcásticamente Kaox reivindicó que fue uno de los pioneros también de una música que luego pasó sin pena ni gloria como fue el vakalao, recordando sus viajes a Valencia a finales de los años 80 y confundiéndoles siempre con valencianos. Cuando se preguntó Kaox ¿Qué es el bakalao? Se autorrespondió diciendo “¡El bakalao es me cago en Dios!”.
Hubieron partes trepidantes y maquinales con ritmos imparables y esos sonidos de space hard techno marca de la casa que son una delicia como en “Suggestion”, seguimos en el mismo disco con la canción “Central Life” , barridos de teclas del piano electrónico, ritmos duros y concisos como si fuera EBM gótica, uno de los momentos cumbre del concierto. A partir de este tema ya empezaron canciones en español de su primer l.p. del 88 como “Reflejo Azul” todo bien ambientado con las luces de la Sala Republik, Kameros imperturbable a la batería electrónica cual androide y como un Richard 23, con gafas oscuras y brazos desnudos tatuados ritmo metálico y continuo, continuaron así con una de sus canciones más importantes “Doble Personalidad” con la que Kaox dijo yo tengo doble personalidad, no sé si vosotros para terminar la canción diciendo al público Mi doble personalidad se ha roto pero la ventaja de tener doble personalidad es que tienes dos corazones.
Siguieron con una canción de amor muy synthpop llamada “Vértigo” con la que dijeron que eran conscientes de lo hortera que era la canción pero que eran criminales porque quedarse a su lado termina produciendo “Vértigo”, era paso de otra canción del mismo disco con “Ciudad Estelar” en el que se hacían guiños en la letra a Bowie con Ziggy Stardust, y en la que se narraba una exploración estelar. Otro momento para tirarse de los pelos fue con la canción “Señales”, un verdadero himno astral que eleva las sensaciones personales, en la que le dieron un toque de disco trance goth con la que terminé cogiendo la libreta a modo de pandero.
“Nuevo Ser” donde Kaox hizo unos coros etéreos femeninos y pasamos al segundo long play con “Shallow Sex” donde dijo K. que se equivocaron con el título porque querían hablar del amor superficial y no del sexo superficial, tocaron una versión en español del tema e incitaron al sexo grupal. Prosiguieron con su peculiar panegírico a Madrid en la canción del mismo título, una exhortación a un nuevo despertar donde narraba que éramos hace tiempo felices y que hace tiempo que estamos muertos, rememorando Madrid como una especie de cosmópolis y en la que hemos sufrido un ataque de bombas y ha sido derruida y pregunta Mr. Kaox ¿Qué queda de Madrid? ¡Quedamos nosotros!, yo soy la revolución pero tú eres la estrella, la estrella de la muerte. Y ahora una canción cuyo origen está en el abuso de ácido, en la sensibilidad táctil fantasmagórica y en las visiones de “Alien” donde contaba que Cristo era un alienígena, luego preguntó repetidamente si creíamos en Jesús y al final se cagó en Dios nombrando a uno de sus proyectos musicales Ejército De Pecadores, canciones spoken word como las que hacía Anne Clark en los 80, Cristo era un Alien, no creo en los aliens decía Kaox o también usaba palabras como fantasía y magia.
En los próximos meses seguirán con su gira “Tour de La Tierra” que les llevará en su próximo concierto a nada menos que Senegal el 17 de diciembre o Perú donde tienen idea de cantar la provocadora “MusulMania” donde se ridiculiza la incursión de España en la Guerra del Golfo de 1989, y se profetiza una III Guerra Mundial ¡Ya lo dijo Nostradamus, Caos!. Sonidos de bombas estallando con la boca de Kaox y el batería que terminó tocando uno de los pads en la mano. El concierto lo terminaron con la canción “Raya España 21” haciendo apología del sexo, la música, las drogas y el alcohol donde la música empezó a desfasar en plan el “Moaner” de Underworld y se amenazó a la mesa de sonido con parar el concierto sino subían el volumen al máximo, y el técnico haciendo un gesto como que ya no podía subir más el atronador sonido mientras toda la gente bailaba al ritmo de sus transmisiones.
Sebensuí A. Sánchez
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