Battles + Paradise Phantoms (Madrid, 17 Septiembre)
BATTLES Warp, USA
PARADISE PHANTOMS Madrid
Sábado 17 de Septiembre a las 20.30h en Teatro Barceló, Madrid.
Patrocina: 981 Heritage – Estrella Galicia
Organiza: Giradiscos
Tras el penoso espectáculo para algunos y ameno para otros del electro funk con influencias setenteras en plan Daft Punk de Paradise Phantoms dimos paso ,al fin, a una banda que no se prodiga mucho por España, los estadounidenses Battles, uno de los máximos exponentes en lo que se ha venido a llamar mathrock, una música que se generó con bases matemáticas para crear sonoridades únicas. Battles que no suelen frecuentar Hispania, tampoco se explayan discográficamente, tres lp’s en casi 10 años, aunque con una buena retahíla de e.p’s.
El esperadísimo concierto de Battles empezó con unas sonoridades bastante marcianas como preámbulo para luego estallar en peso, esta fue una de las premisas que se utilizó durante todo el concierto, Dave Konopka que estuvo principalmente al bajo, pero siendo la versatilidad uno de sus adjetivos como música en esta banda metamorfa, también se le podía encontrar con una guitarra y manejando efectos, con lo que estuvo la mayor parte del concierto al nivel del suelo del escenario, John Stanier, antiguo batería del grupo indie metalero Helmet, nos dejó a todos patidifusos, con uno de sus platillos a un metro del suelo, teniéndolo que tocar con el brazo completamente estirado, una bestia parda….obviemos su camisa del atleti y admiremos la preciosa batería como de purpurina plateada y brillante que aporreaba. Y por último Ian Williams a la guitarra y teclados, dos de los tres teclados que manejaba estaban hacia arriba así que tenía que tocarlos con las palmas de lado sin ver las teclas, Williams formaba parte de la banda también estadounidense Don Caballero, otra banda indie pionera de principios de los 90, muy especial.
La extraña comunicación de los músicos entre ellos con esos sonidos que sustituyen a voces, llegó a entablar conversación musical con el público que bullía al ritmo de esta música orgánica. Arena de las playas de Marte, pues su robótica y su electrónica no era nada fría, no olvidemos que Battles fue fichado por uno de los mejores sellos de la historia de la música electrónica a partir de los 90 y que no es otro que Warp rec. con Aphex Twin, Boards Of Canada, Mu-Ziq, Squarepusher, Autechre, LFO y un largo etcétera; cuna de lo que se denominó IDM (intelligent dance music) pomposo nombre que abrió un nuevo sendero en la música electrónica.
La banda que no utiliza vocalista sino para determinadas canciones dentro de sus discos y que en el pasado tuvo de vocal y compositor al hijo de un afamado músico de free jazz, Tyondai Braxton, utilizaron los samplers como elemento ornamental para introducir las voces de los discos. Con todo esto y más, sus ritmos playeros bizarros (“Ice Cream”) fusionados con alguna especie de dancehall selenita… miscelánea de arte, ruido y rock. Art Of Noise.
Sonidos inexplicables muy propios del sello Warp, entradas extáticas para pasar a un groove crimsoniano cubista, desfilaron sus hits como “The yabba”, canciones que parece que van a explotar en el cielo para pasar a un ritmo sincopado que te hace moverte como una medusa de 200 Kgs. con esta música al revés. Tensión armoniosa y dada a la mutabilidad. Los teclados de Williams a veces sonaban graves, Stanier que su batería parecía un estandarte percutivo y en la que se dejaba el alargado brazo dándole al ritmo incesante.
El decorado del Teatro Barceló, semejaba algo al Fantasma de la Ópera, con formas de cascos-caras por los laterales aunque recordaría más al Fantasma del Paraíso por su modernez, con una especie de pulmón blanco como telón de fondo ¿Símbolo del grupo o de la sala?. No había ni un momento hueco durante el concierto, estos sujetos que están dados al cambio rápido, no dejaban aliento, y no faltaba un espacio sin sonido en nuestras cabezas. El bajista era guitarra y el guitarra era teclista, juntos pero no revueltos, totum revolotum controlado.
Williams le preguntó a Konopka qué tenía en la cabeza a lo que respondió que estaba contento de sentir todo este poder/energía con nosotros y que íbamos a volver 13 años atrás con la siguiente canción. En el 2004 sacaron la friolera de tres ep’s así que no me atrevo a aventurarme qué canción es. Williams que era capaz de tocar ambos teclados enhiestos con cada mano tenía la guitarra colgando como una metralleta. Música de conservatorio rebelde.
Si el sonido bajaba el del público subía, ley termodinámica; golpes de baquetas en el aire y vuelta de nuevo al mare magnum y a la apisonadora de alquitrán sonoro. Y llegamos al momento álgido del final con la canción del 2007 de su primer l.p. titulada “Atlas”, con final alternativo alargado que superó los 7 minutos donde todos daban saltos como una cabalgata de duendes. Atlas está en el puesto 42 de una de las mejores 500 canciones del siglo XXI según Pitchfork Media y en el puesto 54 entre 150 según New Musical Express de las mejores canciones de los últimos 15 años. La canción “Atlas” empató con otra con unos teclados algo electro a lo Kurtis Mantronix, en el mathrock, muchos de sus sonidos son sutiles, sugerentes, de fondo confuso, reminiscencias flotantes y cuando se iba la bruma se quedaba una guitarra hindú desnuda ¿?.
¿Qué passsa calabassa? Decía el guitarra/ teclista Williams, captamos la ousía robotnyka de Battles por momentos y entendemos que siempre les haya fichado Warp, cambiamos las baquetas por mazas de timbales con el misticismo que otorga ese sonido con el señor Stanier tocando de pie. La sorpresa con Battles es que el ritmo va a ser lento. Poco antes de terminar el concierto pudimos verle el pescuezo al bajista que estuvo casi todo el concierto agachado controlando los efectos. Las baquetas se movían sobre los platos del charles y el movimiento de ambos instrumentos semejaba el aleteo zumbón de alas de mariposas. El público que también dio palmas con la banda seguro que se dio por satisfecho en lo que se se esperaba como uno de los conciertos del año.
Texto: Sebensuí A. Sánchez
Foto: SON Estrella Galicia