Mogwai – Un Paseo Por Una Bomba Atómica
Mogwai - Atomic
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9/10
Resumen
‘Atomic’, el nuevo trabajo de Mogwai, no es un disco al uso, sino la versión extendida de las canciones que la banda de Glasgow compuso para el documental ‘Atomic: Living In Dread and Promise’, que versa sobre el mundo de la energía nuclear y las bombas atómicas. Es decir, es más bien una banda sonora que un álbum corriente. Y no por ello es menos disfrutable. Más bien al contrario.
En cuanto al estilo, la banda apuesta claramente por la electrónica, más incluso que en los últimos trabajos. El pasado post rock de los escoceses ha quedado completamente enterrado y la marcha del guitarrista John Cummings el pasado año ha provocado que los ordenadores, efectos y cacharros hayan cobrado casi todo el protagonismo en la música de Mogwai.
De cualquier manera, la apuesta de ‘Atomic’ es apasionante. El disco está lleno de matices que no se captan a la primera escucha y se van descubriendo lentamente. Las atmósferas que van creando canción a canción te transportan a una especie de viaje por otro mundo, seguramente al fascinante mundo de la energía nuclear. Las guitarras parecen sintetizadores y los sintetizadores parecen guitarras. Y todo se hace muy ameno, ya que los temas son mucho más cortos de lo que nos tienen acostumbrados.
Nada más reproducir el disco ya nos encontramos con una canción inolvidable: ‘Ether’. Una joya electrónica en toda regla que pasará sin duda a ser uno de los himnos de la banda. El segundo corte, ‘SCRAM’, tiene un rollo espacial de ciencia ficción muy curioso. Las dos siguientes pistas, ‘Bitterness centrifuge’ y ‘U-235’ nos van preparando para lo que se avecina después con ‘Pripyat’, punto álgido del álbum con reminiscencias orientales, y Weak force, con esos sintes tan chulos.
Los últimos cuatro temas de ‘Atomic’ son simplemente una maravilla. Primero la melodía preciosa de ‘Little boy’, después ese inesperado violín en ‘Are you a dancer?’. ‘Tzar’ es seguramente lo mejor del disco: guitarras sutiles y delicadas que dan paso a un estallido musical en toda regla para luego volver a la tranquilidad inicial. Todo termina con el piano oscuro de ‘Fat man’ en clave descendente. Nos quedamos con ganas de más y con la sensación de haber escuchado una genialidad contemporánea, una obra maestra de la música moderna.
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