Crónica: Deleste Festival 2015
23 y 24 de Octubre @ La Rambleta (Valencia)
El Deleste cumplía 4 años el pasado fin de semana confirmándose con firmeza como el evento musical del otoño valenciano por excelencia.
El recinto en el que se celebra tiene mucho que ver con su esencia: Un auditorio que suena de auténtica maravilla, un escenario en la planta inferior dónde ver conciertos de pie y saltar, un entorno agradable donde sentarse en los sofás del fondo, y una estupenda terraza en la que salir a tomar el aire, cenar o comentar la jugada con los amigos. Estos dos escenarios se programan de manera alterna desde los inicios del festival. Esto que en principio puede suponer una desventaja permite disfrutar del cartel al completo si uno quiere, y debido al gran gusto con el que han confeccionado cada cartel hasta la fecha, casi que lo que nos falta es un hueco para cenar.
Día 1, Viernes 23 de Octubre
Algo más tarde de lo esperado debido al tráfico infernal, llegábamos a La Rambleta justo a tiempo para entrar al auditorio Budweiser y ver los últimos temas de We Used to Pray, los cuales sacaron a relucir su faceta más contundente y rockera entre gritos y guitarrazos, que a pesar de la buena intención del cantante, se veía un tanto interrumpida debido a los discursos entre canciones. Aun así el festival empezaba con un grupo muy en forma del que cada vez escuchamos hablar más.
La tarde proseguía con Tulsa, encargados de estrenar el escenario Jagger en la planta baja de La Rambleta. El pop del grupo liderado por Miren Iza llenó con solvencia la siguiente hora con sus tiempos medios y lentos, a pesar de ello la gente todavía estaba llegando al festival y la conexión con el público no llegó a ser total. Una de las anécdotas del festival y que resumía bastante bien el uso excesivo de la máquina de humo que por momentos se ha presenciado, fue ver a Miren intentando abanicar el humo de su cara con la mano mientras su cara luchaba por aparecer entre tanta niebla artificial.
Una de las apuestas más personales de esta 4ª edición del Deleste Festival era sin duda a presencia en el cartel de Pep Gimeno Botifarra, cantante que interpreta el cancionero folklórico valenciano, sin embargo y ante la maratón que se nos acercaba decidimos que era el momento idóneo para llenar el estómago y coger fuerzas para lo que iba a ser la serie de conciertos más enérgicos del festival.
Tras el reconocimiento internacional que han suscitado Mourn, y a pesar de saberlo de antemano, no deja de sorprender verlas sobre el escenario Jaggermaister cuando gran parte del público las doblaba sobradamente en edad, y quizás por su juventud impresiona aún más su trabajado y potente directo. Temas como Otitis, Your brain is made of Candy o Gertrudis get through this nos recordaban a gente como PJ Harvey o Sonic Youth, y eso señores, son palabras mayores.
La noche ya se encontraba plenamente cargada de energía y entre los asistentes se empezaba a intuir algo de cerveza corriendo por las venas así como la emoción por lo que se nos venía encima.
La habitación roja iba a celebrar su 20 aniversario. 20, pensadlo un momento; 5, 10, 15 y 20. Cuatro lustros son más que suficientes para haberse convertido por méritos propios en una de las bandas icónicas de la escena valenciana. La ocasión lo merecía y ellos estaban entregados, el público también, y en el Auditorio Budweiser se volvió a vivir esa magia y conexión tan brutal que ya hemos vivido en otras ocasiones. Los temazos que se sucedían vibraban en los pechos de la audiencia y se notaba que a más de uno le estaban brindando en directo gran parte de su autobiografía musical, las sonrisas de oreja a oreja, los estribillos coreados y algún que otro ojo vidrioso así lo delataban. Un concierto de himnos pop del que no nos va a sorprender, del que encaja cómodamente estribillos y habla de amor, pero con toda la fuerza de haberse convertido en parte de la vida de muchísima gente.
La euforia estaba en el aire cuando el abarrotado auditorio se vaciaba y la gente se dirigía a la planta inferior a proseguir la jornada festivalera de la mano de Mike Krol, El último vecino y Perro. Aún quedaba mucho por delante y tras aprovechar para refrescarnos la garganta en la terraza, nos incorporábamos a Mike Krol.
Estos americanos subían de marcha la velocidad de la noche a base de garaje de tintes y actitud muy punk mientras nos preguntábamos desconcertados de dónde habrían sacado la idea de salir disfrazados de maderos al escenario (lol). Mientras machacaban las guitarras rítmicas y filtraban la voz a través de pedales incitándonos a movernos cada vez más el concierto iba avanzando y en un suspiro terminó.
Tocaba el turno de volver al castellano de la mano de El último vecino, que demostraron por qué se han convertido en uno de los últimos grupos nacionales en dar el salto en su alcance. Sonido y look ochentero, post punk de manual y Joy Division resonando en cada tema. Esa combinación de música oscura y deprimente pero a la vez bailable nos lleva cautivando desde hace muchos años, y volvió a hacerlo en La Rambleta.
Terminaba ya la jornada con los murcianos Perro, y bien que se lió entre el público. A pesar de las horas y ser Viernes la gente aún guardaba fuerzas para poguear y el sudor corrió a base de bien entre saltos y empujones mientras sonaban guitarrazos de fondo. Un concierto potentísimo aunque algo falto de matices, pasó como una apisonadora por nuestros oídos sacando el lado bestia al personal para terminar con los conciertos del primer día de festival y coronarse como el ganador de ‘El pogo’ de la 4ª edición del Deleste.
Se encargaba de poner música a las últimas horas de la noche Ley Dj, que tuvo buen ojo con el público y brindó una sesión repleta de temazos de siempre para poner el punto final mientras entre el público podíamos echar unas risas con el cantante de Perro o encontrarte pidiendo fuego a los componentes de El Último Vecino en la terraza. Ver a los artistas entre el público disfrutando de los conciertos y la fiesta es otra de las características que le dan un toque especial al Deleste, y bien que nos gusta poder compartir unas palabras o bromas con ellos!.
Día 2, Sábado 24 de Octubre
La mañana del sábado se celebraba el Deleste Kids, una jornada de puertas abiertas con música en directo donde se trata de centrar la atención en acercar la música en directo a los pequeños de la casa.
A Ramírez no llegamos. Cerrar el festival por la noche e inaugurarlo por la mañana se hizo tan difícil como esperábamos, pero alrededor de las 12 conseguíamos poner los pies en La Rambleta de nuevo. Fue un éxito rotundo: aforo completo, niños por todas partes, padres sonrientes, bebés, el sol en lo alto (aunque tapado por las nubes) y críos corriendo por la terraza generaban un ambiente muy distinto al que estamos acostumbrados en un festival, pero muy muy agradable.
Si habéis estado atentos a nuestro twitter, sabréis que el grupo sorpresa era La Habitación Roja, en un concierto de versiones en los que interpretaron de forma resumida gran parte de la historia de la música de las últimas décadas: Bowie (Heroes), Joy Division (Love will tear us apart again), The Cure (Boys don’t cry), The Smiths (There is a light that never goes out), The Stone Roses (Made of Stone), Blur (Song 2), Oasis (Don’t look back in anger), El último de la fila (Insurrección)… se atrevieron con los grandes y no lo hicieron para nada mal, y aunque en algunas estuvieron más finos que en otras, quién no disfruta escuchando tal ristra de temazos en directo y con un ambientazo como el descrito?? A todos los melómanos nos gusta que nuestros familiares más jovencitos vayan desarrollando amor por la música, y el éxito del Deleste Kids fue tal que hasta hubo gente que se quedó fuera.
Y música aparte, si al acabar el concierto encima te ofrecen un platito de paella, tampoco vamos a quejarnos, así da gusto!
Empezaba la tarde del segundo día de festival llegando al final de una Familia del Árbol sonando sorprendentemente eléctricos y contundentes en el auditorio, tras ellos les llegaba el turno a Ocellot, un grupo catalán que últimamente está ganando en popularidad. Su propuesta a mitad camino entre MGMT y Animal Collective no nos convenció en absoluto, los ritmos y melodías aparecían de forma inconexa mientras sobre el escenario el cantante parecía vivir una canción diferente a la que sonaba.
Tocaba el turno de volver a un sofocante auditorio para ver a McEnroe, el calor dentro del teatro fue una de las pocas notas negativas que se le pueden poner al festival, el aire acondicionado nos hubiera dado la vida por allí. Su peculiar manera de cantar unida a unas canciones redondas nos deleitaron una vez más en el Deleste, pero eso sí, se echaron en falta más canciones del disco anterior en el setlist.
Tras ellos ocupaban el escenario El Páramo, grupo referencia para unos grandes como Toundra, comparten gran parte del estilo y modo de tocar: Guitarrazos, solos entrelazados y diálogos entre guitarras, canciones sin cantante, y potencia pura sin apenas tregua durante todo el concierto.
Exsonvaldes tocaban a continuación en el escenario Jaggermaister, quizá fue el momento y el hecho de preceder al que probablemente era el grupo más esperado de todo el festival, pero sus ritmos bailables desfilaron ante un público que parecía estar más a otra cosa y que a medio concierto se dirigió en masa hacia las puertas del auditorio para coger un buen sitio en Low.
Y Low… qué decir de Low. Hemos visto un gran número de muy buenos conciertos en el festival, pero lo de esta gente es otra liga. Dos voces empastadas a la perfección y con una sensibilidad que sería capaz de hacer temblar a una catedral; una presencia escueta en el escenario (guitarra percusión y bajo/teclado) que se choca de frente contra la inmensidad de su música. Un viaje maravilloso entre proyecciones que nos sacaron de este planeta. El único ‘pero’ que le podemos poner al concierto es que no hubiera durado más, una hora más también hubiera sido perfecta, pero tal vez con unos bises nos hubiéramos conformado, la gente aplaudió y silvó durante un buen rato incluso con las luces dadas, pero el esperado encore no llegó.
Tratar de explicar con palabras la magia que crea esta gente en el escenario es complicado, desde la voz sola, pasando por las armonías entre Alan y Mimi, los pasajes musicales más delicados y tranquilos y la explosión guitarrera que también nos regalaron. Si pasan cerca, no se os ocurra dejar pasar la oportunidad, hay algunos pocos músicos en el mundo tocados por una varita mágica, ellos lo son.
Tras semejante exhibición, llegaba el momento de ponerle punto final a los conciertos del Deleste 2015. A pesar de la exhibición que habían dado, la música de Low obviamente no es la más animada del mundo y las horas en las que nos encontrábamos presagiaban difícil hacer volver al público a la tierra y el nervio de la noche festivalera.
Pero eso no fue problema para los Tiki Phantoms, que estuvieron simplemente enormes, a base de gritos, surf endiablado, y congas multitudinarias a las que aprovecharon para bajarse entre el público y liarla entre él sin dejar de tocar consiguieron poner a todos a bailar. Ellos dicen que molan, nosotros lo corroboramos, Tiki Phantoms son cojonudos.
Con esto se ponía el punto final a los conciertos y nos despedíamos del festival. Tras 4 años el Deleste empieza a verse verdaderamente asentado, el público lo apoya, el sonido es muy bueno edición tras edición, la idea con la que nació de ser un festival en la que todo el mundo fuese VIP sigue presente y a pesar de haber crecido sigue siendo muy cómodo comparado con los grandes eventos de fechas más cálidas. Además, se ha convertido en parte de su ambiente el poder ver a los artistas disfrutando de los conciertos como cualquier otro más, el teatro le dota de una gran personalidad y es de resaltar que la gran pantalla del fondo del auditorio empieza a ser aprovechada cada vez más, la restauración es escasa pero más que suficiente para el tamaño del festival y las colas en barra prácticamente inexistentes. Poco más se le puede pedir a un festival si además confeccionan cada año un cartel de tanta calidad como los que hacen y nos lo ofrecen por un precio que apenas conseguimos entender como paga lo que ofrecen.
Estamos enamorados del Deleste, Valencia es mejor ciudad desde que existe, si todavía no lo habéis pisado y sois de la zona, ya sabéis lo que os estáis perdiendo. Hasta el año que viene!.
Texto: Carles Terol
Fotos: Xavi Hernández
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