Madrid fue una ciudad mundial (Sala Mon Live, Madrid)
Madrid fue una ciudad mundial:
Azul y Negro, El Aviador Dro y sus Obreros Especializados, Flash Zero, Esplendor Geométrico
Viernes 18 mayo, 19:00h
Regreso al futuro podía haber sido el slogan de la noche del pasado viernes, imágenes, sonidos, estéticas y filosofías de una época que se presume fue más canalla y divertida que la políticamente correcta corriente actual, y es que así pudimos ver a la banda Azul y Negro con una careta de licántropo para su canción “El Hombre Lobo” que recordaba por su inocencia a la época de Teen Wolf de Michael J. Fox. Tanto el sonido de Azul y Negro como del resto de bandas tuvieron un sonido impecable, aunque ya se podía escuchar algún altavoz picado por los volúmenes brutales. Trajes plateados, visuales antiguas de la banda, voces robóticas….y así fueron desfilando algunas de sus canciones inmortales de himnos del tecno – pop, como es “No tengo tiempo (con los dedos de una mano)” o la versión posterior que hicieran del mismo tema para la Vuelta Ciclista a España de 1983.
El público de Azul y Negro aplaudía entusiasmado, en un concierto nostálgico en el que había mucha gente madura pero también hasta niños que pude ver como cantaban algunas canciones de Aviador Dro, gente de las Islas Canarias se veía por allí, e imagino que de muchas más partes del país, e incluso un músico de una banda mexicana de tecno industrial que llegaron a componer con Coil y que se llamaban Ford Proco, y que sería saludado por Servando Carballar desde el escenario.
Azul y Negro tocaron con unos guantes electrónicos con láser, momentos después de “No Tengo Tiempo” había sonado el tema “The Night”, en una de las partes más dance del concierto tras estar ya el público hechizado con la melodía anterior, con los dedos de unas manos que iban al ritmo del láser. Carlos Vaso anunciaba el momento trascendental de saltar al vacío con “La Torre de Madrid” en el que punteó con una guitarra blanca con rayos laser en las manos., y su compañero Carlos López tocaba teclados con una sola mano, más tarde tocaría con un teclado Roland al hombro sin mango al más puro estilo oldies de The Human League en “Empire State Human”, también se utilizó guitarra en otro de sus primeros temas “Hitchcock Males Me Happy”, allí estaban Azul y Negro con sus gorras reflectantes, sus gafas futuristas y celebrando sus 37 años de carrera.
Los conciertos, que en lo personal, se hicieron cortos, hubiera estado mejor que terminasen de madrugada ya que como se anunciaba era una ocasión única e irrepetible, y que como bien dijo Flash Zero: Lo que hoy vais a presenciar no lo volveréis a ver jamás.
“Madrid Fue Una Ciudad Mundial”, nos recordaba su cantante Fan Dl Kaox, Flash Zero que se les puede denominar sin rodeos como los Front 242 españoles, recogiendo lo mejor de la EBM de la edad dorada junto a Nitzer Ebb y otros titanes. Con batería fornido y tatuado y con aspecto de policía del futuro que tocaba una enorme batería electrónica con postura hierática sin levantar una ceja haciendo redobles, junto a otros 3 músicos, entre ellos otro habitual de la música electrónica española de los 90 como es Big Toxic, Y así fueron desfilando grandes clásicos de la banda como “Conspiracy”. Algunos de los grandes consejos que nos dio Fan Dl Kaox fue que nos mantengamos en la democracia aunque sea mentira, lo decía mascando chicle, impertérrito y con aspecto de Blade Runner.
El nivel del concierto fue brutal, un hard techno que retumbaba en la sangre; sonaron viejos temas como “Reflejo Azul”, con un teclista con dos plataformas de sintetizadores y Big Toxic a la maquinaria de botones, tocaron otro de sus antiguos temas “Doble Personalidad” donde su vocalista nos contó que estuvo 8 meses en el psiquiátrico donde se encontró a sí mismo, todo con imágenes pecaminosas de fondo que hacían referencia al sexo o al cine antiguo de serie B como “La Mujer y El Monstruo”, Pippi Calzaslargas, Ginoides o mujeres desnudas con metralletas eran otro tipo de imágenes que vimos de fondo.
“Ciudad Estelar” himno místico a la vida, Manuel Destars que nos hacía el gesto maloik en una música que iría subiendo de tono a niveles abisales, sobre todo a partir del tema “Amor Superficial” en el que nos dijo que Cristo era un Alien, y cual Chuck Norris de los trippis nos confesó que había comido más ácido que todas las personas juntas que se hallaban en la sala….Violencia Comercial, Fantasía Edición Limitada… ¡Magia, Magia!. …Raíces cuadradas, imágenes de cristos alienígenas en las visuales….Aquí empezó una hostilidad musical sin precedentes para un grupo techno en el que Fan Dl Kaox se cagó hasta en nuestro muertos directamente, pero eso sí, con cariño. Se cagó también en Dios y en Buda mientras el de seguridad le hacía señas para que cortase ya….
A continuación cantó la única canción que no ha ensayado nunca “Sexo, drogas, música y alcohol”, voces robóticas con fondos de beats metálicos, para una canción en donde no se dejaban de repetir esas cuatro palabras tan importantes para la vida: ¡Viva Oscar Mulero, hijos de puta!, era otra de sus consignas incendiarias…..¡¡¡Volumen, Volumen, más volumen!!! ordenaba al resto de músicos, con su speech de policía corrupto subiendo indefinidamente la tensión de los asistentes.
El tercer de los grupos de esa tremenda noche fueron los más antiguos del lugar El Aviador Dro y sus Obreros Especializados, del año 1979, que con su tecno primigenio puso a toda la ciudad de Madrid en movimiento, algún infante observé que cantaba “La Ciudad en Movimiento”, con lo cual nos queda esperanza en el futuro, y por el lado derecho del escenario se podía ver a Arturo Lanz bailando, Alejandro Sacristán sudoroso, le abrazamos mientras estaba repartiendo octavillas subversivas con sus gafas de insecto y sus movimientos robóticos, había un buen rollo en la sala importante, probablemente producido por la energía plutónica del Aviador Dro que cantaba ArcoIris, allí estaban bien protegidos con sus trajes anti-radiación cantando al “Selector de Frecuencias”, en versión más techno, el público que cada vez se resistía menos al baile automatizado, y en donde pude oír de fondo éxtasis, extano en la confusión musical que habían organizado El Aviador,
Uno de los hits de El Aviador Dro “Nuclear Sí” fue coreado por Arturo de Esplendor Geométrico, otro de sus temas más celebrados como es “Himno Aéreo” del lp. Cromosomas Salvajes que es como escuchar a Kraftwerk de anfetaminas también fue interpretado con ese….¡¡Y vemos Madrid!! tan oportuno. La bandera roja de la Anarquía Científica no podía faltar a este acto en la que la ondearon un buen rato al ritmo del baile marciano, en el que solo faltaba una coreografía de Cat – Women Of The Moon. ”Los hombres se transforman en impulsos de energía”, muchos jadeos energéticos y baile. …desde hace ya varios años acompaña al Aviador Dro el que fuera el teclista de La Mode, como anécdota.
Y por último el terremoto sonoro de alcohol, energía sexual, música industrial y diversión a grito pelado que es asistir a un concierto de Esplendor Geométrico, Arturo Lanz que en un principio actuaba dirigiendo algún sonido tablet en mano fue abandonando su cuerpo y su mente para entregarse al ritmo tribal onomatopéyico que lo caracteriza. En algunos momentos del concierto dirigían controles ambos, para dejarlo en manos de Saverio Evangelista que actuaría como controlador de los controles, valga la redundancia, y haciendo de faro sonoro del evento.
El concierto se fue llenando de chicas góticas sobre el escenario, un total de tres, que hacían bailes serpentinos junto a un Arturo Lanz, desbocado y sudoroso, y con los calzoncillos por encima del ombligo en una representación de música báquica a lo siglo XXI. Algo que parecen insultos japoneses salían escupidos de la boca de Arturo Lanz, en un micro que iba de aquí para allá sin dueño fijo, Arturo bailando con la cohorte de Sacerdotisas de Baal que le lanzaban cerveza al pecho a un Arturo descamisado, ya sin camisa de Miguel Ángel Martín, y que acabó con el cinturón en el cuello y una baqueta de las que había tirado Flash Zero en el escenario en la mano.
Arturo Lanz con el pantalón abierto, enseñando vello púbico y los calzoncillos por fuera azotaba el suelo con el cinturón con unas visuales de fuego de fondo, cual concierto de The Cramps en versión industrial con micro en boca, gritos e interjecciones repetidas, un público que le daba birra al no – músico, lanzando cerveza sobre la mesa donde estaban los aparatos electrónicos en peligro de muerte, momento entrañable también, en el que Ana Curra se enganchó sobre el músico en una de las partes más delirantes del concierto junto a cuando iba pasando el micro al bajarse del escenario mientras los asistentes experimentaban con sus growls particulares. Al final se reunieron las bandas sobre el escenario para despedirse del público. Parece que se está forjando un festival de Madrid Fue Una Ciudad Mundial 2019…
Texto: Sebensuí A. Sánchez
Foto: Ana E. Sánchez
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