The Horrors (Sala BUT, Madrid)
Tras sus conciertos en Barcelona y Valencia, The Horrors llegaron el pasado jueves 14 de diciembre a la madrileña sala BUT para la presentación de su último álbum, V. Para la ocasión, trajeron con ellos a la banda Mueran Humanos, quienes le han acompañado durante toda la gira europea y abrían la noche tan solo media hora después de abrirse las puertas, ante un público en el que abundaban las camisetas y los fondos de pantalla de Joy Division.
Los argentinos, que presentaban los temas de su segundo disco, parecieron no conectar del todo con el público de Madrid, que entraba a cuentagotas en sala durante la actuación y no dejaba de hablar durante la actuación, hasta que Carmen Burguess acabó llamando la atención con un ‘cómo hablan en España…’. El humor de la vocalista no mejoró a lo largo del concierto, y después de algunos problemas técnicos con su micrófono, acabó lanzándolo de mal humor contra el suelo para centrarse en su sintetizador, y tras media hora de concierto, abandonaban el escenario sin pena ni gloria para dar paso a los esperadísimos The Horrors.
Como era de esperar, los de Shoutend abrieron el concierto con Hologram, tema inicial también de su nuevo disco, acompañado enseguida de Machine. Durante los primeros minutos del concierto, The Horrors demostraron que son capaces de salir al escenario con una energía y agresividad genuinas sin llegar a perder las formas y causar destrozos durante el concierto (por mucho que les pese, en España siempre serán recordados por su paso por la Moby Dick). En lo visual, la banda venía envuelta como de costumbre por su estética oscura, definida principalmente por la abundancia de luces de contra y humo durante sus actuaciones, y la ausencia prácticamente de cualquier tipo de iluminación frontal.
Conforme el concierto avanzaba, a las nuevas canciones se la añadían algunos de sus temas más reconocibles, como Mirror’s Image o Sea Within a Sea, pero la banda parecía no terminar de arrancar como es debido. A pesar del buen comienzo, parecían estar estancados, como si hubieran mostrado sus cartas desde la primera canción y según avanzaba la noche se descubría que no había mucho más que ofrecer. Tanto fue así que la nueva y pegadiza Press Enter to Exit sonó bastante deslucida, y grandes himnos como Still Life pasaron en esta ocasión bastante desapercibidos.
En definitiva, a pesar de venir con el que sin duda es uno de los discos internacionales del año bajo el brazo, los de Faris Rotter se conformaron con dar un concierto que se quedó algo por debajo de las expectativas de la mayoría de los espectadores. Poco más de una hora de concierto y apenas doce temas en el setlist sabe a poco para una banda con cinco discos de estudio a sus espaldas, y más si tenemos en cuenta que es lo que han estado haciendo durante todo el recorrido de la gira de presentación del disco, y muy parecido a lo que pudimos ver en las visitas previas a nuestro país en estos dos últimos años.
Texto: Carlos Álvarez Garrido
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