Metronomy (Sala La Riviera, Madrid)
Sábado 28 de octubre, 21:00h
Organiza: Last Tour Int.
Lo llaman síndrome del One Hit Wonder. Ese mal común a miles de bandas de todo el mundo que condena a que un grupo sea únicamente recordado por un solo tema. En este caso, “The Look”. Sin embargo, el combo británico tiene mucho más que aportar tras casi veinte años de trayectoria. La Riviera, con un buen aspecto, lo corroboró, saliendo convencida de haber optado por su propuesta frente a la furiosa competencia de !!! en la Joy Eslava y de Amaral en el WiZink Center.
Para los ilusos, un inicio bestial con “Back Together”, “Miami Logic” y “Old Skool”, todos ellos de ‘Summer 08’, su último disco. Sonidos nítidos, con una conjunción de base rítmica y teclados a un gran nivel y una PA que se comportó como pocas veces en la orilla del Manzanares. Puesta en escena elegante, construida por paneles iluminados según requiriera la ocasión. Y, como siempre, la fragilidad escénica de Joseph Mount con sus inseparables Oscar Cash, Anna Prior, Olugbenga Adelekan y Michael Lovett a modo de apoyo, construyendo la emoción a base de ritmos sintéticos y calidez humana.
Synth pop de calidad, de esos que cuidan cada fraseo dejando de lado subidones innecesarios, guardándoselos para aquellos momentos imprescindibles con arranques que nada tenían que envidiar a los archiconocidos post. Entre tanto, Mount teatralizando el papel de frontman (llegó a decir que su visita a España había sido la mejor, antes de confesar que se encontraba triste por tenerse que marchar al día siguiente a Portugal), “I’m Aquarius” enaltecida entre coros; la celebrada “Love Letters”, con coreografía incluida congelando cada uno de los instrumentistas; y “Hang Me Out To Dry”, de los mejores momentos de la noche. También resultó interesante unir en el setlist “My Heart Rate Rapid” y “Mick Slow”. Nada es casualidad.
El ambiente, variado como pocos, fue fantástico. Un par de señores de mediana edad observando atentos el uso de sintetizadores; otro, recién salido de fabrik, bailando con la mano en alto cada uno de los temas; grupos de amigas bailando en corro. Mezcla heterogénea en cualquier caso, que recibió como loca la inicial transformación de su “The Look”, introducida con un solo de teclado completamente progresivo. No obstante, la etiqueta “One Hit Wonder” no es válida cuando este temazo está rodeado por “Night Owl”, el mejor tema de su último LP, y “Reservoir” de ‘Love Letters’.
El final de la noche, tras hora y media de concierto, llegó con la fusión de “Love’s Not An Obstacle” y “Everything Goes My Way”, con Mount a la batería y Anna aclamada tomando el papel de frontwoman.
Solvencia, sonido excelente y dolor entre sintetizadores. ¿Qué más se puede pedir?
Texto: Crackity Grieves
Fotos: Sara Julián
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