Ben Frost (Sala La Riviera, Madrid)

BEN FROST  (w/ Marcel Weber MFO)

Domingo 8 de octubre, 20:30h 

Madrid 981heritage SON EG

Organiza: Estrella Galicia/ SON EG + Houston Party rec

 

En un domingo que no auguraba mucha asistencia, (las colas acostumbradas que llegan a la calle de arriba desde todo el paseo de La Riviera), cambió la situación, ya que finalmente la gente salió de sus escondrijos para ver a esta nueva revelación de la electrónica oscura y moderna como es Ben Frost.

Moviéndose entre esos dos mundos, Ben Frost ha ido ganando adeptos heterodoxos de diferentes estilos de música, también ha ganado reputación por su labor de compositor de bandas sonoras de cine y televisión, productor, además de músico. Frost presentaba su nuevo disco “The Centre Cannot Hold” editado en Mute rec. A Ben Frost le encantan los ambientes gélidos pero también ruidistas, tanto que decidió irse a vivir a la capital de Islandia, y fue lo que demostró el pasado domingo. Al igual que Tim Hecker son maestros de los pasajes ambientales, abstractos, con toques industriales en su rudeza pero sin ser declaradamente enfermizos como suele serlo el género industrial, la música de Frost es más cruda sin embargo que la de Hecker, por influencias que le vienen de ser en su adolescencia un fan acérrimo del black metal, género que por otra parte investigó los pasajes ambientales a su manera.

Tras una introducción, aparte de la introducción anterior que ya se oía al entrar en la sala de música distorsionada con lamentos angelicales, empezó el concierto como con una llamada de submarino en lo que podría parecer dark ambient pero con más texturas. Música plástica e infinita, mares de ruido, industrial ambient lo-fi, sin ser lóbrego y con guitarra landscape usada por Frost. Cabe resaltar las espectaculares imágenes de Marcel Weber, que para los que esperábamos músicos invitados como decía el cartel, parece ser que al menos en Madrid se refería al artista visual que manejaba imágenes en la enorme sala de La Riviera. Las imágenes de Weber en perfecta sintonía con la música creaba aplastantes masas de imágenes de color añil intenso, materia metamorfa inflándose en el negro vacío, y mares procelosos.

En momentos más apacibles y ensimismados un beat atronador te sacudía la cabeza y te amedrentaba, una música nada complaciente. Las imágenes de un universo, oscuro, amenazante, en formación, extraño, hermoso y aplastante, se sucedían ante nuestros ojos en una pantalla gigante tras el músico. Partes más maquinales fueron dando paso al aviso de alarma submarina con la que empezó el concierto, Ben Frost con su aspecto de esquimal siniestro, con barba, pelo largo, tatuajes y una camisa de tela negra que casi le llegaba hasta las rodillas, accedió a otro bis más de unos 10 minutos aproximadamente.

 

Sebensuí A. Sánchez