Spacemen 3 | El Último Cigarro del Astronauta Jason
Para todo buen amante de la psicodelia en todas sus vertientes el nombre de Spacemen 3 provoca una reacción semejante a lo que podían sentir los hippies que cuarenta años después recuerdan como se pasaron drogados todo el fin de semana en Woodstock o en alguna de las primeras ediciones del mítico festival británico Isle Of Wight, pero sobre todo, por apenas recordar nada más allá de esa sensación tan depresiva o solitaria pero al mismo tiempo placentera y onírica que dicha experiencia les provocó.
Escuchar una canción de Spacemen 3 solo en tu habitación a las 8 de la mañana después de una noche de fiesta puede generarte una sensación parecida. El sol entra por la ventana con demasiada fuerza para ser invierno, no tienes ganas de hacer nada más allá de beberte la última cerveza que queda en la habitación mientras escuchas “Walking with Jesus” tumbado encima de tu cama, pensando en la mierda de vida que te espera. Estamos cansados. Estamos en el paraíso.
“Well I got around to thinking ’bout what Jesus said to me
Cos if Heaven’s like this, then that’s the place for me
Long, long time between now and my death
And I gotta have my fun so I’ve chosen what’s best”
Walking with Jesus
Spacemen 3 reunían todas las condiciones para ser considerados un verdadero grupo de culto a finales de la década de los ochenta. Procedentes de una pequeña ciudad del oeste de Inglaterra que pasó a la historia por cederle el nombre a un deporte en donde se reparten muchas hostias pero con honor y donde los ingleses ganan algún Mundial de vez en cuando, sus dos líderes que se hacían llamar Jason Spaceman (Jason Pierce) y Sonic Boom (Peter Kember), se complementaban a la perfección pero eran unos antipáticos y mal encarados de cuidado, con más sustancias dopantes que sangre por sus venas – pero de verdad, no de postureo-, que apenas podían aspirar a tocar en pequeños recintos y que no despertaban ni el más mínimo interés de la crítica especializada.
Encima sus principales influencias se alejaban por completo de los sonidos electrónicos ochenteros tan de moda por aquel entonces, en su lugar presentaban ruido, sonidos lisérgicos y espaciales provenientes de bandas como 13th Floor Elevators, Suicide, Pink Floyd, MC5, The Stooges o The Velvet Underground. En su debut, “Sound of Confusion” (1986), encontramos guitarras distorsionadas que tocan una y otra vez el mismo acorde de una manera tan hipnótica que nos engancha, como “Mary Anne” (en honor a Marianne Faithfull) o la espectacular cover de “Rollercoaster”.
“Mary Anne, hold my hand
Pretty babe, I understand
You say it’s time to grab it blind”
Mary Anne
Poco después de esto, Margaret Thatcher ya enfilaba su último mandato como “prime minister” en la pérfida Albion, mientras Spacemen 3 realiza su primera aparición en directo en Londres, en donde incorporarían a su setlist nuevas composiciones como “Things’ll Never Be The Same” y covers como “Starship” de MC5.
“I had a girl, I gave her all my cash
But that kind of love just ain’t gonna last
I know a stuff that’s as good every time
But it’s still gonna rob me of everything that’s mine”
Things´ll Never Be The Same
Pero no era suficiente. El aburrimiento que les empezaba a suponer tocar una y otra vez las mismas canciones en sus conciertos les empujaría a preparar en cuestión de semanas su segundo trabajo discográfico y abrirse a nuevos sonidos. No tardarían en aumentar su espectro asumiendo como propios en “The Perfect Prescription” (1987) paisajes sonoros del góspel o el soul, dejando un poco de lado la presencia de los amplis en algunas canciones, una deriva hacia el misticismo comprensible ya que la banda pretendía publicar un álbum que girase en torno a un único concepto: la experiencia autobiográfica de todos sus miembros con la heroína, desde el subidón inicial en “Take Me To The Other Side”, pasando por el momento placentero de “Feel So Good” hasta que se empiezan a asomar los primeros síntomas de que algo no funciona – “Come Down Easy” – y se produce el colapso final – “Call the Doctor”: “Llama al doctor, cariño / sabes que estoy cerca del último aliento”. Todo un paseo existencial a través de diferentes estados de ánimo ensombrecedores, de soledad y aislamiento psicótico, de lucidez maníaca.
“In 1987 all I wanna do is get stoned
All I want for you to do is take my body home”
Come Down Easy
Pierce y Kember eran dos drogadictos que balbucean incongruencias filosóficas en las escasas entrevistas que realizaban en aquellos años y se presentan ante la cámara detrás de sus oscuras gafas de sol con cara de muy pocos amigos. Eran dos genios que sentaron las bases y el rumbo a seguir para bandas como Primal Scream o My Bloody Valentine, que años más tarde alcanzarían una fama y un éxito comercial mucho mayor que ellos. Para la historia quedará el mítico concierto que brindaron el 6 de febrero de 1988 en una sala de Amsterdam, en donde interpretaron, entre otras canciones, una embrionaría versión de “Come Together” que, caprichos del destino, una década más tarde se convertiría en uno de los temas más exitosos de Spiritualized, futuro proyecto en solitario de Jason Pierce tras la disolución de Spacemen 3.
Los dos últimos trabajos discográficos de la banda se publicaron en 1989 – “Playing With Fire” – y 1991 – “Recurring” –, una etapa en donde ya se comenzaba a vislumbrar las costuras en el seno del grupo con la incorporación del bajista William Carruthers y el batería John Mattock en sustitución de Rosco y Peter Baines.
Teclados envolventes y guitarras hipnóticas que creaban texturas más propias del space rock que del sonido primigenio de la banda aparecen en temas como la emblemática “Lord Can You Hear Me?”, una plegaria en primera persona del singular de Jason Pierce en busca de ayuda a sus problemas de adicción y que significaba una ruptura creativa con su compañero Sonic Boom, que comenzaba a estar sumido en un laberinto sin salida de drogas y alcohol, con graves problemas para relacionarse y encerrado en sus propias inquietudes artísticas.
En otro de los temas de “Playing With Fire”, titulado “Revolution”, observamos un verdadero zasca a todos esos críticos que empezaban a dudar de ellos y les acusaban de haberse vendido al pop y al mainstream.
“Well I’m through the people
Who can’t get up their ass
To help themselves
Change this government
And beat up the society”
Revolution
Antes de poner punto y final a los ocho años de actividad de Spacemen 3 y con Jason Pierce como chamán absoluto del grupo, publicarían un último disco en forma de despedida, de tintes más optimistas respecto al futuro creativo de su autor y que contiene verdaderas joyas como “I Love You”, “Set Me Free / I’ve Got the Key” y una nueva cover – “When Tomorrow Hits” de Mudhoney – que parecen predecirnos la continuación del legado de Spacemen 3 y el éxito posterior de Spiritualized.
“Well I’ve been sittin’ here all week
Now I’ve gotta get up and go
Let’s go!”
I Love You
Según la versión oficial sobre las causas del final prematuro del grupo, los problemas empezaron por el papel cada vez más predominante en el plano artístico que Jason Pierce había ostentado en los dos últimos discos y los celos que esto despertaba en el resto de miembros de la banda. Otra versión, más beatleniana y farandulera, identificaba a Kate Radley, la novia de Pierce, como la Yoko Ono de Spacemen 3 y una de las razones de fricción en el duopolio Spaceman – Sonic Boom. Como última perla digna de #MadafackismoEnRosa comentar que poco después de la disolución de la banda, Kate cortaría con Jason y comenzaría su relación – que perdura hasta la actualidad – con Richard Ashcroft, líder de The Verve, con quien se casaría años más tarde.
Brais Iglesias Castro @Bricepinkfloyd
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