Low Festival 2016: “Mucho Caliente” del bueno y para todos los gustos (Crónica Viernes).
Benidorm, 29/07/2016
Después de vivir una edición mejorable en el 2014 (Massive Attack salvando los papeles magistralmente en aquella, la sexta edición) volvía yo a Benidorm a redimirme de alguna manera y con la intención de reconciliarme con un festival que tan grandes momentos me había brindado en el 2012. Y vaya si lo consiguió, gracias principalmente a las pequeñas – medianas apuestas, y al sonido casi perfecto desplegado en todos los escenarios.
Decidimos comenzar la jornada inaugural del viernes con el punk arrollador de Dwarves. Daba auténtico gustazo ver (desde una prudencial distancia) a las nuevas generaciones dándolo todo en las primeras filas. Pogos, sudor y algún líquido al aire. La noche prometía, y los de Chicago cumplieron con lo que esperaba de ellos en el escenario Wiko.
Ya desde este punto y con ganas de seguir con la tónica rockera me acerqué al escenario Jägermusic para dejarme sorprender por King Cayman. Como buena (puti)fan de Ty Segall su actuación para mí era uno de los puntos fuertes de la noche. Garage, low-fi, punk, trash… los tags son infinitos para definir al madrileño, y le quedan todos de maravilla.
(Si has llegado hasta aquí y te preguntas dónde está la reseña del concierto de Love of Lesbian, siento tener que decirte, querido lector, que no la vas a encontrar. Sorrynotsorry).
Se acercaba la actuación poppy y bonita de la noche para servidora. Mi primera vez con Belle and Sebastian bien merecía abandonar al Rey Lagarto antes de tiempo y poner rumbo hacia el escenario Budweiser con la intención de morirme de amor por los escoceses. Objetivo cumplido. Concierto que apelaba a nuestra nostalgia, y no lo decimos únicamente por esa camisa a rayas que Stuart Murdoch parece llevar desde hace 20 años. No faltó guiño al Brexit y el público sobre el escenario durante The Boy with the Arab Strap. Y si además de todo esto le añadimos el sonido impecable, sin duda una actuación para el recuerdo de los pocos (poquísimos) que nos acercamos hasta allí.
La siguiente parada de la noche me llevó hasta el escenario Matusalem para ver el arrollador directo Belako. Qué bien suena su segundo disco, “Hamen”, en vivo. Servidora no es especialmente fan de las versiones, pero su Paper Planes fue muy disfrutable. Ojalá puedan dejar atrás la etiqueta de ‘grupo revelación’ de una santa vez y triunfen como se merecen.
Se acercaba la hora del petardeo con el doble combo Hot Chip – Monarchy de nuevo en el escenario Budweiser, y había nervios, especialmente por los primeros. Desafortunadamente el público allí presente no estaba a la altura de mis expectativas y para mi sorpresa me encontré con bastante pasotismo a pesar de que ellos soltaran toda la artillería pesada. Menos mal que siempre nos quedará algún pogo improvisado para intentar levantar el ánimo.
Sobre Monarchy podría escribir que el sonido estaba demasiado alto (al menos en las gradas de la izquierda retumbaba demasiado) y que la gente parecía empezar a despertar del absurdo letargo, pero es que ahora sólo puedo recordar el destrozo que hicieron de Lithium (hater de las versiones, recordad).
Las pocas energías que me quedaban fueron a parar al escenario Matusalem y la sesión de Elyella Djs. Reconozco que no soy muy fan de las sesiones pop, pero esta me gustó muchísimo, tal vez porque se alejó bastante del sota, caballo rey a la que nos tienen acostumbrado este tipo de pinchadas. Muy acertada la elección de los temas y sus remezclas. Y qué carajo, el CONFETI hace que lo veas todo con ojos más festivos.
Rebe Pe
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