Nudozurdo (Sala Copérnico, Madrid)

Nudozurdo (+Disciplina Atlántico)

Sala Copérnico, Madrid, 21:00h

Precio: 12€

 

Pues sí, en el concierto de Nudozurdo hubo más gente que en el de Thurston Moore ocurrido dos meses atrás y eso que tocaba con miembros de Sonic Youth y My Bloody Valentine, estas situaciones musicales son esperanzadoras siempre, en las que una banda capitalina atrae a más gente que los dinosaurios del rock, y no sólo eso sino que agotaron todas las entradas, también ocurrió lo mismo esa noche con otro concierto indierock en la capital, el de los canarios Pumuky que también hicieron “sold out”, lo dicho, aún hay esperanza para la música, y no hay que perderla nunca la esperanza, al contrario de lo que decía Dante.

El primer grupo en salir a escena esa noche fue Disciplina Atlántico, una banda con simbología masónica que hacían un pop rock bastante potente o punk indie pop (para intentar situarnos algo), con cierto parecido a León Benavente en la voz, y cantos más cercanos al recitado por momentos.

Disciplina Atlántico | Foto: Ana E. Sánchez / Madafackismo Underground

Con influencia del cine de Cassavetes y hasta de Anna Nicole una playmate muerta por sobredosis que fue consagrada con una ópera en el 2011, Disciplina Atlántico, desbarraron bastante con su música, sobretodo en la parte final que subieron a un saxofonista y el teclista terminó tocando junto al batería, a la vez que tocaba un cencerro y con todo el resto de músicos por el suelo.

Nudozurdo | Foto: Ana E. Sánchez / Madafackismo Underground

Había ya mucha expectación con este concierto, más de un mes de retraso por cambio de sala, probablemente hizo que el ambiente estuviera caldeado más de lo común, con fans a grito pelado cantando las canciones de los madrileños Nudozurdo, Leo Mateos, con su ejército de pedaleras hacía que fuera prescindible un segundo guitarrista, y acompañados de un buda dorado tras los altavoces, el intenso rock que por profundo llega a ser hasta espiritual de Nudozurdo fue desplegándose como una nube invisible sobre nosotros, muy bueno el interludio que precedió al concierto de Nudozurdo, con Moondog “El Vikingo de La Quinta Avenida”; entre luces y humo avanzaba el stonerpop de Nudozurdo, una pena que no sonase aún mejor la voz en el concierto, quizás debido a la sobrecarga eléctrica del sonido fue difícil de manejar por el técnico.

Nudozurdo | Foto: Ana E. Sánchez / Madafackismo Underground

Punteos envolventes con la sala llena de vítores y reconociendo los temas, el bajo repetitivo y pegadizo de Meta, tanto o más versátil que una guitarra, ayudaba al trance shoegaze de la banda, cambios de guitarras sobre el escenario (en particular utilizaban una tipo años 50 de proporciones colosales pero apropiada para alguien de una altura como la de Leopoldo Mateos), el batería Ricky Lavado, una fiera indómita sobre la batería que hacía malabarismos con las baquetas y utilizaba de varios tipos, unas tipo gong, que dan ese sonido especialmente mágico a la música.

Nudozurdo | Foto: Ana E. Sánchez / Madafackismo Underground

Un momento crucial del concierto fue en el que tocaron tres de sus mejores canciones sin solución de continuidad: “El Hijo de Dios” canción que reinterpretaron y lo mejor de todo y cosa que no suele ocurrir, sonaba igual o más potente que la original, aumentando claro está el ruido eléctrico de la canción, prosiguieron con “Prometo Hacerte Daño” canción de amor de las que ponen los pelos como clavos y “Dosis Modernas” canción de amor para llorar de alegría intensa y emocional con un bajo que lo va llenando todo y con un ritmo que hace agitarte como un animal herido. Tras esto llegaron tres bises más, uno de ellos rozando un sonido metal incluso que hacen que podamos apreciar el dinamismo de una banda que por suerte no se parece a ninguna otra.

Sebensuí A. Sánchez

Sebensuí A. Sánchez

Khaös de Mago, poeta palabrista, filósofo imberbe, melómano colector desde que tenía 10 años. Ya daba patadas antes de salir a la luz, le contaba su madre, cuando en casa se ponía el “The Dark Side of The Moon”.