Los mejores álbumes internacionales de 2017 (1ª Parte)

16. DRAKE – “MORE LIFE” (Republic Records)

Por Laia Gibert

“More Life”, el nuevo capricho de Drake, es sin duda uno de sus LP más pintorescos. Concebido por el propio canadiense como una “playlist” -seguramente la más cara de la historia-, es también un ejercicio colaborativo en el que se cede voz, en algunos tracks hasta por completo, a artistas incipientes como los londinenses Giggs y Jorja Smith, pasando por Young Thug y Travis Scott y una extraña colaboración con Kanye (Glow) que nos deja un raro sabor de boca. 

En un muestrario de gustos personales, se engloban 22 propuestas tan variopintas en cuanto a estilos e influencias que resultan difícil mantener el hilo. Drake bebe de todo menos del rap: de ritmos caribeños, del dancehall, del house sudafricano… y como no podía ser de otra forma, de ciertos tintes trap que le dan ese sello de actualidad. Sea como sea, “More Life” funciona en cuanto se entiende como lo que es: un batirullo de ritmos y sonidos pensados mucho más para que nos metamos en la cabeza de Drake y no para que él se meta en la nuestra. Un reto tan arriesgado como interesante.

 

15. ROGER WATERS – “IS THIS THE LIFE WE REALLY WANT?” (Columbia Records)

Por Brais Iglesias Castro

En 2017 ha visto la luz el primer álbum en solitario de Roger Waters tras más de 25 años de silencio discográfico. Pero en esta ocasión lo hace con un trabajo, de corte menos pop, que evoca a lo mejor del legado de Pink Floyd y sus obras maestras. La portada del disco es igual de enigmática que en 1979: un muro; pero en lugar de ladrillos encontramos un texto con la mayor parte de las palabras censuradas, como si de un informe desclasificado de la CIA se tratase, y en donde se lanza una pregunta: “¿es esta la vida que realmente queremos?”.

Es en torno a esa cuestión como el cerebro de Pink Floyd descifra canción por canción todo su repertorio conceptual: su rechazo al establishment político y económico, las miserias de la guerra, la falta de empatía de Occidente en la crisis de refugiados e incluso la situación en Guantánamo. Temas como Déjà Vu, Picture That, Broken Bones, Smell The Roses o Wait For Her son un gran broche de oro a una carrera plagada de himnos atemporales.