BBK Live 2017 | Hasta caer rendidos

El BBK Live lo ha vuelto a hacer. A pesar de sufrir una competencia brutal y sin contar con uno de los mejores carteles de las últimas ediciones, ha superado la asistencia de 2016 y ha convencido a un total de 112.000 espectadores en tres jornadas que han sido muy dinámicas, variadas y, por qué no decirlo, agotadoras.

JUEVES 6

En el festival bilbaíno no hay jornadas de calentamiento, se sube a darlo todo desde el primer día. En esta ocasión no fue una excepción y ya empezamos a ver por dónde iban los tiros con los madrugadores Cage The Elephant, que se llevaron el gato al agua en el escenario principal. Los de Kentucky sonaron muy guitarreros liderados por el showman Matthew Shultz y desgranando todos sus hits que los han llevado a ser una de las bandas norteamericanas más internacionales.

Cage The Elephant | Foto: Iyan Altube / Madafackismo Underground

Todo lo contrario ocurrió al de un rato en el escenario Heineken con The 1975, que no estuvieron a la altura de lo que se esperaba. Los británicos, con clara influencia del funk y el R&B, dejaron de lado su vertiente más bailable, y abusaron de baladas y medios tiempos protagonizados por el saxo. La gente no respondió y salimos de allí bastante fríos.

Después llegó el turno de Depeche Mode, los esperados cabezas de cartel de la jornada. Sin ser una de nuestras bandas favoritas, los de Dave Gahan estuvieron a la altura de su leyenda y ofrecieron un concierto bastante más entretenido que el de su anterior visita a Kobetamendi en 2013. Se notó en todo momento la conexión con un público conocedor de su discografía y de su último trabajo, ‘Spirit’. Además, no faltaron los éxitos de la extensa trayectoria de la banda, con un sobresaliente Enjoy the silence, que puso los pelos de punta, o con el mítico Personal Jesus con el que cerraron el concierto.

Foto: Iyan Altube / Madafackismo Underground

Tras pasarnos a disfrutar de Xoel López repasando algunos de sus clásicos de Deluxe, el jueves lo despedimos, cómo no, con los franceses Justice, seguramente el grupo perfecto para montar una buena fiesta en un evento de estas características. Les costó arrancar, es más, abandonaron el escenario a mitad de la actuación hasta que se solucionaron los problemas de sonido. Pero a partir de ahí fue sobre ruedas, con el público en éxtasis y trallazos uno tras otro.

 

VIERNES 7

A la segunda jornada las piernas ya no respondían bien en la subida a las campas de Kobetamendi bajo el sol de primera hora de la tarde. Sí, había que darse prisa para ver a los locales Empty Files, que abrían la jornada en la carpa. Liderados por Txufo Wilson, deleitaron a un centenar de espectadores con un rock industrial con reminiscencias a Massive Atack y a Nine Inch Nails en la pose. Quedamos encantados. Al cabo de un rato, Explosions In The Sky tuvo su cosa, aunque no era ni momento ni lugar para una banda instrumental de progresiones de guitarras y piezas de larga duración.

Fleet Foxes | Foto: Iyan Altube / Madafackismo Underground

Así que pillamos con muchas ganas a los Fleet Foxes, uno de los grandes nombres del cartel, que ya nos entusiasmaron en una visita previa a Bilbao hace unos años. Los de Seattle se volvieron a lucir y convencieron con sus juegos de armonías, sus melodías preciosistas y sus raíces folk. Como única pega, abusaron de algunos medios tiempos, pero lo solventaron pronto enlazando auténticas joyas como Mykonos o White Winter Hymnal, o ese Helplessness Blues con el que cerraron la actuación. En un no parar de conciertos, nos movimos seguidos a ver a Phoenix, donde cayeron las primeras gotas del festival, provocando algo de caos en el escenario Heineken, que es ya de por sí incómodo y agobiante. Bailamos muy a gusto con Lisztomania o Long Distance Call, pero la cosa se puso chunga y nos marchamos a coger sitio para la actuación más multitudinaria del festival, sí, la de The Killers.

Phoenix | Foto: Iyan Altube / Madafackismo Underground

Y, vaya, fue regular. Por una parte, The Killers tienen uno de los mejores setlists de este planeta. Empezar un concierto con Mr.Brightside, Spaceman y Somebody Told Me es un subidón impresionante. Pero por otra parte, el sonido no estuvo a la altura, por lo menos en la zona izquierda donde nos encontrábamos. A ratos parecían una banda de voz y batería, la guitarra creo que solo la llegamos a distinguir en los primeros compases de Human y a duras penas en el punteo de Read My Mind. El bajo y los teclados, solo en algunas canciones. En fin, una pena, porque el repertorio fue de diez, con una gran comunión entre banda y público en himnos como All These Things That I’ve Done y When You Were Young.

Royal Blood | Foto: Iyan Altube / Madafackismo Underground

Al final, quienes de verdad triunfaron en la segunda jornada fueron Royal Blood. Hubo unanimidad en que fue un auténtico bolazo. Llenaron sonido y escenario solo con bajo y batería, y con una sucesión de trallazos que nos dejaron con la sensación de que ya habíamos visto todo lo bueno que había que ver el viernes.

 

SÁBADO 8

El último día nos lo tomamos con calma y sacrificamos a Saint Motel y a The Parrots (que llenaron la carpa) para llegar con ganas a la leyenda Brian Wilson, cerebro detrás de todos los grandes éxitos y discos clásicos de los Beach Boys. Fue uno de los mejores conciertos del festival, con una banda de lujo que cubría a la perfección a Wilson, que a sus 75 años no está para cantar muchos temas. El sonido fue redondo (¿por qué The Killers no sonaron así?) y cayeron algunos de los mejores temas de la discografía de Beach Boys, como I Get Around, God Only Knows o la siempre emocionante Wouldn’t It Be Nice.

Brian Wilson | Foto: Iyan Altube / Madafackismo Underground

Vimos de lejos a los americanos Chk Chk Chk, que esta vez nos resultaron un tanto monótonos y sobreactuados, antes de uno de los platos fuertes de la noche: Two Door Cinema Club, cuarteto indie de Irlanda del Norte, que ha publicado tres discos de más a menos. Sin embargo, siguen conservando un gran tirón y en el BBK ofrecieron una actuación muy solvente, tirando de un buen puñado de éxitos como Undercover Martyn, Sleep Alone, I Can´t Talk o What You Know, con la que se despidieron ya bajo una lluvia considerable.

Quizás el grupo al que más ganas teníamos de ver en esta edición del BBK era Primal Scream, y las circunstancias meteorológicas adversas propiciaron que lo disfrutáramos todavía más. Es decir, caía una tormenta bastante fuerte, por lo que mucha gente ni siquiera se acercó al escenario Heineken, así que pudimos ver a los de Glasgow sin agobios y en un lugar perfecto. La actuación fue in crescendo, al principio un poco fría por la poca afluencia de público pero convirtiéndose luego en un ejercicio de comunión épica bajo la lluvia de Kobetamendi. Bobby Gillespie se lució en temas como It’s Alright, It’s OK y ya la catarsis vino con Loaded, Country Girl y Rocks del tirón. Y todavía sonaron Movin’ On Up y Come Together como broche final de lujo.

Primal Scream | Foto: Iyan Altube / Madafackismo Underground

Antes de dar la jornada por cerrada quedaba un último dilema: ¿los punkis Biznaga o los multitudinarios Die Antwoord? Optamos por la buena música en lugar de por el espectáculo y nos fuimos a ver al cuarteto madrileño-malagueño que, como siempre, nos lo hicieron pasar increíblemente bien con sus canciones de tres minutos llenas de rabia, oscuridad y destrucción. El resto lo echamos en el Basoa, con música electrónica hasta la extenuación, hasta ver amanecer y ser conscientes de que todo terminaba. Da igual, volveremos.

Foto: Iyan Altube / Madafackismo Underground

Miguel Aizpuru

Redactor. Periodista, siempre entre la música y la política. A veces las confundo