Crónica del Festival de les Arts 2017

El pasado fin de semana el Festival de les Arts llegó a Valencia, y desde Madafackismo Underground te lo podemos contar en primera persona. Esta tercera edición venía pisando fuerte con la presencia de bandas tanto internacionales como nacionales; consagradas y emergentes. The Vaccines, Sidonie, Jake Bugg o La Casa Azul sólo fueron algunas de las bandas que pisaron la Ciutat de les Arts i les Ciències durante los días 9 y 10 de junio.

Tras una sesión de calentamiento el jueves día 8 con la programación del Les Arts Pro, que contaba con la asistencia de bandas como Ocellot o The Suicide Of Western Culture, el viernes ya estaba todo preparado para dar una calurosa bienvenida a los asistentes del festival. Y decimos calurosa metafórica y literalmente, ya que partimos de un festival que abre sus puertas en pleno mediodía, y todo esto se enmarca en plena ola de calor valenciana.

VIERNES

Fue precisamente el calor sofocante el factor que contribuyó en gran medida para que empecemos a comentar el festival a partir de la entrada de The New Raemon & McEnroe al escenario, a las seis de la tarde. La superbanda y sus melodías ligeras sirvieron de brisa refrescante para los achicharrados asistentes, que tanto ansiaban la caída de la noche. Pero para directo refrescante, el de Varry Brava, grupo encargado de abrir el main stage el viernes. Mezclando una puesta en escena enérgica con un buen sonido y, sobretodo, un público que estaba determinado a pasarlo bien,  los de alicante consiguieron crear un ambiente fiestero cuando ni tan sólo había caído el sol.

 

Varry Brava. Por Sara Vega

Al poco tiempo, el escenario Heineken se volvió a saturar de gente con la llegada de Miss Caffeina, pero toda la fiesta ganada con Varry Brava pareció desinflarse. Poblado de sus más fieles seguidores, ofrecieron un show idóneo para que éstos cantaran a pleno pulmón, mientras que al recién llegado le sonaba más bien monótono. Si a eso le sumamos que la equívoca división de días les privó de poder invitar a Iván Ferreiro al escenario durante el tema Oh! Sana, en el que Ferreiro colabora, fue una cita más bien dispensable.

La verdadera cita indispensable de la tarde fue la que ocurría en ese mismo instante en el escenario Negrita. Los autóctonos Gener llegaron para sorprender, y de la mejor forma posible. Con un alcance vocal brutal por parte de Carles Chiner, el grupo exploró las posibilidades del rock mezclado con elementos de folklore valenciano con resultados impecables.

Miss Caffeina. Por Sara Vega

Cuando ya casi había caído la noche, Fuel Fandango iluminaron el escenario Coolway con su directo místico, que consiguió convencer al público de que estilos tan diferentes como el flamenco y la electrónica se pueden mezclar, sin causar estragos por el camino. Mientras, el main stage ya se preparaba para recibir al primer cabeza de cartel: Jake Bugg.

Tras el (relativo) fiasco que resultó ser su concierto en Barcelona, quedaba por ver cómo defendería Jake Bugg su último disco (On My One, 2016) en formato festival. Afortunadamente, la experiencia compensó por cualquier concierto mediocre del cantautor británico. Bugg entró al escenario chapurreando agradecimientos en español, un verdadero logro viniendo de alguien que apenas sonríe ni dirige palabra sobre el escenario, y arrancó con un set en acústico, con clásicos como Two Fingers o Simple as This, para luego seguir el set con el resto de la banda.

“Ésta os la dedico a todos vosotros” comentaba con confianza, antes de arrancar con la canción para sacar los mecheros por excelencia de sus set, Broken, que probablemente arrancó alguna que otra lágrima entre el público. En su conjunto, Bugg trabajó un buen ritmo de concierto (dentro de su sobriedad), con un setlist con todos los indispensables, sonido vibrante y un ambiente de proximidad que resultaron en un concierto digno de su posición de cabeza.

Fuel Fandango. Por Sara Vega
Jake Bugg. Por Sara Vega

Paralelamente, los valencianos Polock llegaron al escenario Negrita a tocar algunos de los temas de Magnetic Overload, y ofrecieron una alternativa más que cañera y satisfactoria para el poco público que estuvo presente, que pudo disfrutar de las buenas vibraciones que desprendían con temas como Oh I Love You o Everlasting. Y para espectacular, el lleno de Fangoria, que actuaron para lo que probablemente fue la aglomeración más gorda de todo el día. Alaska & co fueron (junto con los alemanes Digitalism) los encargados de cerrar la primera jornada del festival, y lo hicieron con un arsenal plagado de himnos atemporales, de esos que se cantan a las dos de la madrugada en un karaoke y te levantas afónico la mañana siguiente, con fuegos artificiales incluídos.

Polock. Por Sara Vega

SÁBADO

Maga e Iván Ferreiro fueron los encargados de traer el ritmo al escenario principal durante la tarde del sábado. Sin fallar a su público, pero sin sorprender tampoco, se sucedieron para empapar el recinto de temas bailables y cantables. Los que sí sorprendieron, y mucho, fueron los estudiantes de la escuela de música Berklee (Valencia) que tocaron paralelamente en el escenario Negrita, como parte del ciclo de conciertos “Discover: Ahora“, dedicado a bandas revelación. Jazz, soul, instrumentales exquisitos y buen rollo contagioso es lo que desprendían este inmenso grupo de estudiantes que se iban turnando para hacer bailar al público, y bien que lo conseguían.

Iván Ferreiro. Por Sara Vega
Público durante Berklee. Por Sara Vega

Tocaron las nueve de la noche, el sol se ponía y los platos fuertes empezaron a caer sin pausa. Sidonie llegaron al main stage para deleitar al público con lo que probablemente fue uno de los mejores directos de la jornada. Poco honor hacen estos barceloneses al nombre de su último disco El Peor Grupo del Mundo, porque es mucho más probable que sean todo lo contrario. Con una energía inigualable, un sacrificio total sobre el escenario y constante contacto con el público, Sidonie se tenían al festival en el bolsillo. Tal fue la reacción positiva entre el público, que una vez acabaron con Carreteras Infinitas, en la cresta de la ola, alargaron el set con un encore en le que Marc Ros, el vocalista, se pasó más tiempo entre el público que en el propio escenario. 

 

Sidonie. Por Jota Martinez

El público ya se había venido arriba, y eso que lo bueno aún no había acabado.  En menos de una hora, The Vaccines ya se habían subido al escenario para dar un buen chute de adrenalina. Los londinenses ya venían de tocar en la Joy Eslava de Madrid la noche anterior,  y este era su primer concierto en València. Ante un océano de gritos, la banda capitaneada por Justin Young subió al escenario al ritmo de los créditos iniciales de Juego de Tronos, y arrancó el espectáculo con una de sus canciones nuevas, aún sin título oficial.

Hay algo en The Vaccines que nos atrapa y nos obliga a disfrutar cada segundo de su directo. Quizás es la energía que ponen a su puesta en escena, quizás es que son la vibración veraniega personificada, o quizás es que sus melodías electrizantes y sus guitarras nos infectan de ritmo y ganas de bailar. Sea cual sea su receta secreta, es efectiva, y una vez más demostraron que temas como Teenage Icon, Dream Lover, Post Break-up Sex o el ya mítico If You Wanna son una cita obligada en los festivales nacionales que pisan (que debido una extraña fijación por nuestro país, son muchos -¡Benditos seais!-). 

The Vaccines. Por Nerea Coll

Nada más acabar The Vaccines ya podía oírse, en la lejanía, el inicio del set de La Casa Azul. Guille Milkyway & co desenrollaron su inacabable arsenal de pop bailable en el escenario Coolway, y pese a que el sonido no era perfecto (en el escenario contiguo Lost Tapes iniciaban las pruebas de sonido) temas como Podría Ser Peor o La Revolución Sexual fueron capaces de hacer bailar a todos los presentes. 

Ya para rematar, llegó el gran cierre a cargo de Kakkmaddafakka. Y decimos gran cierre porque Kakkmaddafakka son, probablemente, el grupo más adecuado para un festival, y es que son capaces de infectar de buen rollo hasta a alguien a quien le acaben de tirar la cerveza por encima. Con un toque macarras y un directo cañero, los noruegos supieron ganarse al público y cubrir el recinto de éxitos como Restless, Forever Alone, Touching o Gangsta

Kakkmaddafakka. Por Sara Vega

Para los que aún queríamos más, llegaron Elyella Djs para poner las últimas notas del festival con un set que fue desde los clásicos, cuando pincharon Sweet Dreams de Eurythimics, hasta los grandes temas del momento como Say Something Loving de The XX. Así se puso el broche final a dos intensas jornadas en las que las buenas vibraciones se adueñaron de todos los asistentes para dejar un sabor de boca inmejorable de cara al inicio del verano.

El festival ya ha anunciado el 8 y 9 de junio de 2018 como fechas oficiales para celebrar su cuarta edición.