Mi primera vez en el Vida Festival

Es evidente que, obviando los festivales urbanos, el gran reclamo de un festival es atiborrarte de conciertos de tus artistas favoritos mientras previamente has consumido todo tipo de bebidas, alimentos y sustancias varias que depende de cómo pueden causar que te pierdas a ese grupo que te apetecía ver.  Hay ciertos festivales que ofertan todo lo contrario pero el cartel suele distar mucho de los grandes o las inquietudes musicales del asistente. Pero suele haber un punto en la vida del festivalero en el que este ya no quiere sentirse como en una lata de sardinas, patear recintos kilométricos ni levantarse a las nueve de la mañana en una tienda de campaña con la boca pastosa. Uno quiere seguir disfrutando de sus bandas favoritas pero sin morir en el intento. El Vida festival es el equilibrio perfecto. Ya llevaba tiempo con la curiosidad y las ganas de acudir a este festival, tanto por cercanía, comodidad, cartel y precio. La edición de 2016, con el cartel liderado por bandas Wilco, The Divine Comedy o Unknown Mortal Orchestra fue el detonante. Y es que uno pensará que por ese precio (40-70€ depende de cuando lo compres) el Vida será el típico festival con las mismas bandas españolas que en todos lados y 2-3 nombres internacionales con el hype de turno pero no es así.

El Vida festival se celebra en la Masia d’en Cabanyes, colindando con las afueras de Vilanova i la Geltrú, apenas a una hora en tren desde Barcelona. El recinto consiste en una gran explanada en la que se encuentran los dos escenarios principales y un bosquecito con los secundarios (inspirados en elementos característicos de la zona como sería un barco o una cabaña) y la excelente zona de restauración. La presencia de dichos árboles aporta una deseada sombra imprescindible para los conciertos de primera hora. Además los conciertos de los escenarios principales (donde no hay sombra) no empiezan hasta que empieza a caer el sol por lo que uno no sufre de peligro de insolación y terminar como un guiri después de un día en la playa. Una de las grandes ventajas para los asistentes del Vida es que este recinto es capaz de albergar unas 30’000 personas pero la organización establece el sold-out alrededor de 10’000. No es necesario tragarte conciertos de bandas que no te gustan o conoces para poder disfrutar en condiciones del cabeza de cartel de turno. Puedes llegar tranquilamente 5 minutos antes del concierto y conseguir un buen sitio para ver el espectáculo LIBRE DE AGOBIOS. Este hecho es toda una bendición para todo aquel que pueda hacer de extra como hobbit y para mí también ya que me libro de miradas de odio y pataditas “inocentes” debido a mi cabezón. Si hay que poner alguna pega al recinto es la polvareda que se levanta en las horas clave y que el terreno es irregular. Pero te encuentras en un entorno natural así que estúdiate bien el terreno y aprovéchalo para tu propio bien.

El ambiente del festival es más que agradable. La media de edad de los asistentes es más elevada que en la mayoría de festivales y ves muchas familias disfrutando del primer festival de sus hijos. No va a haber el ambiente desenfrenado de citas como el FIB pero si quieres a altas horas de la noche te puedes pegar una buena fiesta. Otro punto a favor es que la mayoría del público asiste al festival por los conciertos y nada más, por lo que no tendrás al de al lado contando su vida durante medio concierto. Si hay que criticar una cosa al recinto es su modo de acceso. Hay que realizar un camino de unos 10 minutos desde el último punto al que se puede acceder con un vehículo, ya sea en coche o buses del festival.


Si buscas noches locas de esas que merecen ser contadas por los grupos de WhatsApp de tus colegas el Vida Festival no es tu sitio. Si quieres disfrutar de un selecto elenco de artistas, un entorno precioso y por muy buen precio ya estás tardando en hacerte con tu entrada. Y es que el Vida es un festival MUY BONITO.