Agorazein (Joy Eslava, Madrid)

Agorazein, el colectivo de C. Tangana, Sticky MA, Jerv.Agz, Fabianni e I-ACE, puso las cartas sobre la mesa el pasado noviembre reinventándose para regalarnos su primer álbum de estudio, Siempre, que presentaron el sábado pasado en la Joy Eslava dando el pistoletazo de salida a una gira que dará que hablar.

Ante la crítica de algunos de sus fans de antaño que les acusaban de cambiar de estilo y el halago de otros muchos, lo cierto es que Agorazein, si bien ha evolucionado hacia un sonido más trapero que algunos catalogan como “el nuevo pop”, ha obtenido un resultado excepcional, bailable, sexual, como demuestra el Sold Out que colgaron hace ya unas semanas.


En esta ocasión contaban con Banana Bahia Music como teloneros, quienes se encargaron de producir y masterizar el nuevo álbum de AGZ.

En torno a las 9:30 aparecía Sticky M.A. abriendo el show con un potente “To pue’ ser”, canción que también abrió el disco y de la que presentaron el videoclip hace algunas semanas. El público estaba hambriento de Siempre y los chicos de AGZ supieron saciarnos canción tras canción, pero no todo se quedó en su último álbum. C. Tangana enloqueció al público con “Los Chicos de Madriz”, famoso tema con beef incluido y con “Drama”, de 10/15, el EP que le ha hecho dar el salto definitivo a la fama. Destacables las interpretaciones de “Qué pasará”, “Ya sabes” o “Guadalupe”, el plato fuerte del disco donde Sticky M.A sencillamente se sale.

También nos deleitaron con algún tema antiguo como “Relax” hasta finalizar como Siempre con “100k pasos”, el que es según ellos el mejor tema que han hecho nunca y en el que petan el escenario de su gente para dejar claro que, ante todo, AGZ es una familia.

Foto: Agorazein

Pero lo cierto es que el público se quedó con ganas de más. Ya sea por el pelotazo de C. Tangana con su “Antes de Morirme” o porque era sábado y la gente quería más fiesta para el cuerpo, el público coreó el nombre de Rosalía al finalizar el concierto con la esperanza de que sonara el hit. Y ella apareció. Saludó, sonrió, se subió el abrigo por el hombro y se marchó dejándonos la miel en los labios o un sutil “continuará”.

Después del bolo sólo podemos reafirmarlo: AGZ es para siempre.