CRÓNICA: Pitchfork Music Festival Paris 2016

París, octubre, Grande Halle de la Villette. Grandes neones rojos en la entrada donde se lee  “Pitchfork Music Festival” te invitan a adentrarte en uno de los festivales de música con más calidad de Europa al que acuden tanto grupos consolidados como futuras promesas que en poco tiempo estarán coronando tus listas de Spotify.

Estamos ante un festival pequeño, íntimo y con un público respetuoso que rogaba silencio a la gente que hablaba durante los conciertos, por lo que, si eres de esos que dicen “a mí el cartel me da igual, yo voy por la fiesta” amigo, este no es tu sitio.

El sello de calidad lo aporta Pitchfork, quien organiza este festival de tres días, siendo hermano europeo del Pitchfork Festival que se celebra cada año en Chicago. Con dos escenarios a cada lado del pabellón tienes la opción de, si no te ha destrozado los pies el turismo matinal parisino, ver absolutamente todos los grupos que anuncia el cartel ya que los conciertos van uno detrás de otro sin solaparse.

Jueves 27

Primera jornada del festival que, por temas logísticos, empezamos con retraso perdiéndonos a los Parquet Courts pero llegando justo a tiempo para ver el bolazo de Suuns, quien nos introdujo en una hora de rock oscuro con la interpretación del álbum Hold/Still. Los canadienses supieron manejar al público, sumido en un viaje psicodélico a través de una instrumental ensordecedora.

Después fue el turno de Floating Points, concierto en el que pudimos disfrutar de una mezcla de sonidos electrónicos ambientales acompañados de potentes beats de la mano del productor Sam Shepherd quien, con Elaenia, consiguió conquistar el escenario. Un mix perfecto entre jazz, post-rock y electrónica que a primera vista es difícil de encajar pero que Shepherd sabe mejor que nadie cómo sincronizar y cómo hacer flotar al público.

Era la hora de Dj Shadow quien destacó por, además de un setlist bailable de principio a fin, un espectáculo audiovisual que fue sin duda el mejor de todo el festival, con luces, formas y colores que se desplegaban por todo el escenario al ritmo de los beats que emanaba el californiano. Finalizó con su gran hit “Nobody Speak” dejando un buen sabor de boca.

Continuó la jornada a cargo del dúo británico que se esconde bajo el pseudónimo de Mount Kimbie para seguir quemándonos la suela en una sesión de baile donde pudimos disfrutar de varios de sus temas hasta romper la sala con “Made to Stray”. Si algo se echó en falta fueron sus éxitos con King Krule, que fueron suplidos por un buen show de electrónica y sonido ambiental.

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Grande Halle de la Villette | Foto: María Talaverano / Madafackismo Underground

El día llegaba a su fin de la mano de Nick Murphy, también conocido como Chet Faker, quien era uno de los artistas más esperados de esta jornada. Ante un público exigente, Chet Faker supo cumplir con las expectativas esperadas mediante un show vibrante, mezclando R&B con electrónica y toques de jazz. No faltó ninguno de sus éxitos más destacables de su último álbum como “Gold” o “1998” para cerrar un, sin lugar a dudas, perfecto primer día de festival.

Viernes 28

Empezamos el segundo día sobre las 19:30 con ganas de ver al francés, aun no muy conocido pero que sin duda dará que hablar, Flavien Berger, quien defendió su disco Léviathan con una mezcla de sonidos eléctricos estampados en temas como “Abyssinie” y la atmósfera espacial e hipnótica propia de “La Fête Noire”.

Después de este calentamiento llegó el momento de sumergirnos en la música de Explosions in the Sky como paradigma del post-rock instrumental, concierto en el que dejaron ver la madurez y evolución del grupo mediante la interpretación de su último álbum The Wilderness, que aunque no es de nuestros favoritos, supieron encajar y satisfacer al público dejando espacio para varios de sus grandes hits.

Necesitábamos recuperar fuerzas así que descansamos paseando por las instalaciones del festival, donde nos llamó la atención el stand de juegos organizado por Greenroom en el que se ofrecía la posibilidad de adoptar el vinilo que más te gustara buscando entre sus cientos de títulos con la única condición de que tenías que elegirlo en un minuto de tiempo. A pesar de encontrar títulos más conocidos, nos decantamos por uno de Los Tones cuya carátula nos recordó al último disco de Los Nastys y que, sin duda, fue una decisión acertada y un grupo a recomendar si eres fan del garage.

Continuamos con uno de los shows más esperados, Todd Terje esta vez junto a The Olsens, venían a reventar el festival con su derroche de ritmo funk y eléctrico. Si ya éramos fans de Todd Terje y su “It’s Album Time”, en este nuevo mix se supera y convierte el pabellón en una auténtica pista de baile disco de principio a fin. Podemos asegurar que todavía nos duelen los pies.

Finalizaba el día con los berlineses Moderat, la perfecta fusión entre Apparat y Modeselektor que, con la salida de su nuevo álbum, volvieron a coronarse como uno de los mejores grupos de electrónica haciendo un disco esta vez más sensual y melódico. Actuación exquisita, inmejorable, acompañaba de unos audiovisuales potentes con un time-lapse sublime en el que aparecieron tanto las portadas de sus álbumes como otra serie de imágenes rescatadas de videoclips como “New Error”. Repasaron varios de sus grandes éxitos y el disco III hasta cerrar con “Bad Kingdom” mereciéndose el título de  mejor concierto del Pitchfork Music Festival 2016.

Moderat | Foto: María Talaverano / Madafackismo Underground
Moderat | Foto: María Talaverano / Madafackismo Underground

Sábado 29

Comenzamos la jornada con uno de los grupos que más ganas tenía de ver en directo, Whitney, grupo revelación 2016 que se estrenó este verano con el disco Light Upon The Lake con una interpretación sobrecogedora, haciendo vibrar el pabellón entero con sus melodías indie pop americano con un toque algo country y sus letras emocionales que Julien Ehrlich, vocal y batería, interpretó logrando poner los pelos de punta a los espectadores. El momento culmen de la actuación fue cuando llegó el turno de No Woman, single del nuevo disco y todo el público coreaba la letra al unísono.

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Whitney | Foto: María Talaverano / Madafackismo Underground

Después de un pequeño descanso llegó la hora de ver a una de las grandes sorpresas de la noche, Minor Victories, unión de Slowdive, Mogwai y Editors. Una oleada de rock ambiental y experimental inundó el escenario, sorprendiéndonos con la fuerza que Rachel Goswel emanaba a través de una voz suave pero intensa y una instrumental potente al más puro estilo shoegaze.

A continuación llegaba uno de los momentos más esperados de la noche, las chicas de Warpaint aparecían en el escenario regalándonos una hora de dream pop en la que consiguieron hacer bailar a todo el pabellón interpretando tanto su nuevo álbum Heads Up como hits de discos anteriores a la altura de “Love is To Die”. Melodías potentes con un toque de psicodelia que consiguieron sacar al público parisino de su letargo constante y pude ver, al fin, cómo en París también saben menear el cuerpo.

Nos perdimos la actuación de Abbra para coger fuerzas para todo lo que se avecinaba. Continuando con una noche de empoderamiento femenino, llegaba el turno de M.I.A quien ofreció un espectáculo a la altura de las expectativas. A pesar de las duras críticas que obtuvo con su último disco A.I.M, el repaso a toda su trayectoria y la interpretación de grandes hits como “Bucky Done Gun” o “Paper Planes”  hicieron emocionar a un público que no dejó de bailar en todo el concierto. Luces, sonido, bailarinas que trepaban por unas enormes rejas colocadas en el escenario y una pizca de excentricismo fueron los elementos del show de M.I.A que fue el calentamiento de lo que estaba por llegar.

Tras el concierto de M.I.A había que cambiar el chip, tocaban seis horas de electrónica de diferentes estilos y ritmos. La jornada bailonga la inauguraron Acid Arab mediante una mezcla sublime de acid house con tintes árabes, sonidos electrónicos sorprendentemente gratos que consiguieron transportar al pabellón a oriente medio.

Sin tiempo para descansar, llegaba Motor City Drum Ensemble siendo una de las grandes sorpresas de la noche. Mediante house, jazz y soul formó un puzzle vibrante y eléctrico que nos hizo coronarlo como uno de los ganadores de la jornada. Imposible parar el cuerpo durante una sesión muy breve pero intensa.

Finalizamos la noche con Tale of Us, dúo de productores italianos que con su techno melódico nos convencieron para acabar cerrando el festival.

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Pithcfork Music Festival | Foto: María Talaverano / Madafackismo Underground

A la salida nos giramos para leer por última vez en esos neones “Pitchfork Music Festival” prometiendo volver. Bonita resaca emocional la que ha dejado un festival donde la buena música de estilos de distinta índole se mezclaron en un cocktel que no dejó indiferente a nadie.

María Talaverano