Crónica: Villamanuela Festival 2016

Viernes 7 y Sábado 8 de Octubre 2016

Lugar: Malasaña/Conde Duque, Madrid

 

¿El símbolo del VillaManuela es un símbolo mágico?. ¿Tiene algo que ver con el derrocamiento del partido fascista que siempre ha gobernado Madrid y de la sustitución de la izquierdista Manuela Carmena?, ¿La vida es un sortilegio?. ¡Quién sabe!, pero seguro que sí contestarían afirmativamente uno de los primeros grupos en abrir el festival, NAKED, jovencísimo dúo escocés, que con las premisas del dolor, el aislamiento y una estética masoquista sorprendieron a propios y extraños con toques de heavenly voices por parte de la chica entre lo dulce y venenoso y un drone industrial de guitarra por parte del chico sin los niveles abismales de un Justin K. Broadrick de Godflesh. Con voces oscuramente zalameras, como bien hacían los grupos de trip hop en los 90 cuando colaboraba una voz femenina, la vocalista nos introducía en ambientes industriales y pasajes helados dándole vueltas a sus trenzas de dark lolita envuelta en su capa de látex negro, el guitarra se encargaba también del Mac manejando las programaciones que en ocasiones era un puro witch house con jadeos, voces angelicales y mucho teen-angst.

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Naked | Foto: Sebensuí A. Sánchez

Quitándose su capa fetichista, Agnes Gryczkowska, con un aro de sumisión al cuello y cadenas en las manos, se infiltró entre el público creando una excitante hostilidad, mientras caminaba como un gato japonés. Música sensual y oscura con grandes registros vocales y variedad sonora, también se acercaron al industrial en lo purista del término con gritos mudos y ahogados en inquietantes y ásperas descargas de ruido. Una música que,como ellos dicen, quiere: “reflejar el dolor del aislamiento humano y la retorcida naturaleza del sexo y la fisicalidad”. Naked acaban de sacar su primer LP llamado “Zone”.

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Lena Platonos | Foto: Sebensuí A. Sánchez

Otra gratísima sorpresa fue la griega Lena Platonos, música inclasificable y perdida en el Mar Negro que lleva más de 35 años sacando lo que se pueden considerar nuevas músicas, la compositora que no se encontraba en muy buen estado físico fue acompañada al escenario donde tuvo al lado una persona que la cuidaba, música griega contemporánea o mejor dicho atemporal, con dos rapsodas uno masculino y otro femenino….nos remitía a grandes compositoras de vanguardia como Laurie Anderson, Anne Clark o Meredith Monk, e incluso a grupos épicos-teatrales-mágicos como Clair Obscur. Por este tipo de ousías como diría el también griego Aristóteles sigue viva la magia de la música. Un misterio de cultura y de pueblo que posee voces e intelectos sobrehumanos.

También en este redondo o triangular día 7 pudimos ver al reputado productor y compositor de Manchester, cinco LP’s tiene en su haber este genio de la música que se le puede identificar por tener un estilo propio, novedoso y ultramoderno en comparación con lo que nos rodea habitualmente bajo el cliché de modernidad que suele ser un refrito ochentero, aún así su concierto fue dirigido a la pista de baile, con el que improvisó con sus temas sin parar un segundo de moverse, prácticamente a oscuras e iluminando su instrumental, dub extraño y retorcido con voces infernales y ecos de ultratumba sin parecer gótico, claro, ritmos que se aceleraban, voces mesméricas que cortaban el aire, donde se podía reconocer alguna voz deconstruida de sus discos pero para quienes esperaban la armonía y coherente composición de la originalidad de sus discos, tuvo que parecerle decepcionante.

Para terminar el día 7, un broche de plata que atraviesa la ropa y te engancha el corazón, no fueron otros que los pioneros de la no wave hispanoparlante allá por el 83, sí, en España también hubieron grupos tan buenos o mejores como The Birthday Party pero no tienen el reconocimiento que se merecen, pero como todo es cuestión de tiempo según las Leyes del Dharma, ya se ha estado poniendo en su sitio a la banda madrileña Mar Otra Vez, reeditando sus discos y volviendo a desangrar los escenarios, y tocando en algunos de los mejores festivales junto a Psychic Tv como en el pasado Primavera Sound o como en diciembre del año pasado que celebraron el 30 aniversario de su primer disco junto a una amalgama de nuevos malditos y admiradores donde Corcobado salió a hombros del escenario. El concierto que fue abierto por una introducción en un viejo Korg por el teclista Andrews Wax con el pelo largo rapado por un lado y una gabardina negra hasta los tobillos, hasta que salió a escena el resto de jinetes del apocalipsis, el público escaso pero contento y repleto de adolescentes que se tuvieron que quedar atónitos, movimientos violentos de micro, guitarras con ritmos al revés, saxos afónicos, Corcobado desgañitándose como si le fuera la vida, también estuvo sobre el escenario un viejo bidón que fue aporreado con cadenas, en la extraña balada romántica y oscura y además subacuática llamada “Curiosos” se pudieron ver ciertos toques como de jazz, dicho esto como ausencia de estilos visibles o audibles, luego vino la barrabasada post apocalíptica de “Jonás”, toda una historia de zombies mutantes a lo Carpenter con el saxo chirriando donde Corcobado dio un buen tanganazo a su petaca y nos dio las buenas noches, luego vinieron dos temas inéditos no menos apabullantes, “Ámame” y “Nana del fin del mundo” donde Julián Sanz, ex miembro de otras bandas pioneras del país como en los nuevos románticos La Gran Curva, los after punk La Fundación, los industriales 429 Engaños y su actual proyecto de índole avant-garde Erizonte, en este sobrecogedor tema “Nana del Fin del Mundo” Julián Sanz agitaba un tubo de plástico en el aire provocando un zumbido como de nido de avispas y luego haciendo ruidos e interferencias con un walkman, Julián Sanz terminó lanzándose en plancha al suelo, Corcobado gritando y tragándose el micro, Sanz arañando el arco del violín que rozó con el bidón de la construcción y en lo que se terciara, pues es que estábamos en el último y apoteósico tema  con “Canción Pequeña II”, donde hubo un dueto/duelo de violín y saxo, momento clímax cuando Corcobado grita la maldición mágica de ¡¡Macarjomén!! y el teclado de Wax subía con sus pitidos, otro gran momento es cuando Corcobado baja del escenario para violentar al público mientras no para de enumerar las puertas que cruza gritando ¡Otra,Otra,Otra! con el público agitado y agitándose.

Mar Otra Vez | Foto: Sebensuí A. Sánchez
Mar Otra Vez | Foto: Sebensuí A. Sánchez

El día 8 empezó con otra banda que muy pocos soñaríamos con volver a ver en directo, al igual que pasaba con Mar Otra Vez, bandas transgresoras que creíamos en el olvido y que siguen igual de radiantes que en la juventud, esta vez no dentro de la escena del anti-rock sino dentro de la anti-electrónica que es la música industrial, a las seis de la tarde pudimos ver, nada menos que a una de las mejores bandas industriales de los ochenta, banda igual de relevante que Esplendor Geométrico que con apenas dos discos y otro de resurrección, tuvieron una sonoridad más amable y sin dejar de ser industriales al one hundred per cent. Por cierto, estoy hablando de Mecánica Popular, banda industrial de 1979.

El concierto lo empezó Luis Delgado, sí, el renombrado músico versado en raíces islámicas y españolas y pionero de las músicas de fusión, la canción de Mecánica Popular empezó con una Polaroid 600 que hacía fotos en honor a la canción que estaban interpretando “Daguerrotipo”, donde se podían oír las planchas con mercurio y plata pasando entre ellas, el multiinstrumentista Luis Delgado que por otra parte es director del “Museo de La Música” donde hay una colección de más de 1300 instrumentos, utilizó unos cuantos de esos instrumentos curiosos, como una guitarra que hacía sonidos de sintetizador.

Mecánica Popular | Foto: Sebensuí A. Sánchez
Mecánica Popular | Foto: Sebensuí A. Sánchez

La canción siguiente “Baku 1922” dedicada a  Arseny Avraamov, compositor que un 7 de noviembre de 1922 en el 5º aniversario de la República Soviética conformó una espectacular obra usando cañones y sirenas con regimientos de infantería, flotas militares, un enorme coro en el que también participaba el público e hidroplanos entre otros elementos, mientras sonaba La Internacional y La Marsellesa con silbatos de trenes.  Luis Delgado en este tema tocaba un aparato con 3 varas de metal sostenidas en una caja de madera que hacía vibrar dándole un toque con un dedo, la base de madera de las varillas además llevaba teclas que hacía pequeños efectos, Delgado también golpeó la percusión sintetizada.

El siguiente tema fue “Rueda viviente que pasea con Espectador Automático” en el que se utilizó una trompeta pequeña que sonaba como la alarma de una fábrica y los beats eran como una apisonadora en una discoteca retumbándote en el pecho con sonidos que parecían retroceder. En la pantalla trasera pudimos ver consignas del futurista Russolo de “El Arte de Los Ruidos”  de 1913 donde decía <<que el sonido puro, en su exigüidad y monotonía, no suscita ya emoción». 

Continuamos con “Poema Dadá”, música dadaísta en el siglo XXI y nosotros como espectadores automáticos, vaya suerte, Delgado leía partituras de los poemas fonéticos como si fuera Hugo Ball pero sin el cono en la cabeza. En la siguiente canción “Neguentropía”, Delgado utilizó una guitarra de cuerdas gruesísimas mientras Eugenio Muñoz, su partner desde 1978 en Mecánica Popular, controlaba ordenadores, y la maquinaria pesada con enormes teclados.

Motores, el sonido de las carreras de los bólidos al pasar y un theremin Moog idéntico al que días atrás utilizó Acid Mothers Temple en Madrid…sonidos de barcos, el teclado que también hizo de theremin transmutado con algún sensor, oíamos el agua por el que pasaba un barco de vapor, esta canción se empató con “Los Quimógrafos” en el que manejaban una tablet con luces.

En el siguiente tema se atrevieron con una versión de Talking Heads, “Once In a Lifetime” del LP “Remain in Light” de 1980, a la que subieron una cantante femenina, las voces que se quedaban sampleadas daban la sensación de que las voces no se separaban del micro aunque seguían avanzando en su discurso. En la pantalla había un poema del compositor amigo de cubistas y dadaístas Erik Satie titulado “Un Navío”, también imágenes de la “Vida de los 12 césares” de Suetonio con la canción de su primera época “Siempre Tú”, y se recitó el poema dadaísta de Raoul Hausmann “FMSBW”, siguieron con “Disposición Emotiva”  de su tercer y último LP de hace ya seis años, el concierto de Mecánica Popular parecía estar dedicado a un amigo suyo que había fallecido llamado Silva, y tremendo homenaje, ya que me pareció uno de los mejores conciertos al que he asistido, y no sólo yo, sino pude escuchar al público al terminar, quizás no acostumbrado a estas músicas, como les pareció apoteósico, y es que lo fue, de lo mejor del festival sin ninguna duda.

Mecánica Popular | Foto: Sebensuí A. Sánchez
Mecánica Popular | Foto: Sebensuí A. Sánchez

En la pantalla, que era digna de Saber y Ganar, donde se iban explicando cada uno de las canciones y otros temas aledaños a este universonoro, también habían pensamientos del bailarín y coreógrafo español Antonio Gades en el que decía que eran los artistas los que movían el mundo, todos los demás empleos del saber eran anexos o a posteriori. Hubo también una oración a la Virgen de Oaxaca con multitud de voces sampleadas.  En el tema “Esquizofonía”, había un batería tras la pantalla, un tema inédito fue el dedicado a la locomotora de vapor “Mikado 141” a ritmo de tren o a toda máquina. Era el momento del tema “Estridentismo” dedicado al movimiento que quería simpatizar todas las vanguardias de los años 20 formado en México, Delgado aquí utilizando un bajo de madera oscura y Eugenio Muñoz tocando unos Korgs de tamaños colosales, Delgado, con las mismas dimensiones pero con un Roland.

El penúltimo tema fue “Velocitá Astratta”, dedicado al cuadro futurista de 1913/4 de Giacomo Balla, ritmos maquinales, carreras automovolísticas con el sonido que queda en el aire al pasar a toda velocidad y batería electrónica, baqueta en mano dio paso a “La Edad de Bronce” que también tocaron con la batería eléctrica, además de la batería “orgánica” que estuvo acompañando una buena parte del concierto. Un concierto de lo más radiante y un sueño poder haber visto a esta joya irrepetible de la historia de la música.

Siguiendo con más pioneros de la música y de la electrónica en el VillaManuela, esta vez le toca el turno a uno de los pioneros del krautrock de los ‘70, a faUSt, con dos componentes originales Jean- Hervé Peron, Werner Diermaier “Zappi” y Amaury Cambuzat de la banda Ulan Bator.

FAUST | Foto: Sebensuí A. Sánchez
FAUST | Foto: Sebensuí A. Sánchez

Peron que salió a escena declarando su fé en Dadá, nos explicó que todo lo que estaba pasando ahora mismo formaba parte de su actuación así que subió a dos chicas del público a que hicieran punto y tomasen cerveza. Zappi, el batería un Nephilim germánico de dos metros o más y con rostro de troll, tocaba una batería con doble bombo que estaba encasquetada en unos soportes de madera.

Peron nos preparó para el viaje, avisando de que el pueblo español es un pueblo muy hablador para que así respetemos los silencios y nos invitó a sentarnos en primera fila, diciéndonos además que “Os daremos la nave para el viaje pero ¡You are the sea!”.  Con un sibilino recitado en francés empezó Hervé Peron, al tanto que su compañero Zappi pasaba una lijadora por una plancha de metal que tenía sobre la batería. Cambuzat se encargaba de crear ambientes por detrás, con guitarras, susurros y electrónica, la música que fue erupcionando a niveles cataclísmicos hicieron que a los pocos minutos se rompieran las baquetas del “Big Man” como lo presentó Peron, “¡I am a prophet coming from out of space!” esta fue una de las primeras frases con las que empezó el viaje interior que proponía el cantante a través de la música, tocando un triángulo que decía faUSt y llevando una chaqueta con una flor….tus oídos mandan señales al cerebro consciente y ocupado….decía en el trip introspectivo y psicodélico que nos ofreció el alemán, con partes de infierno cósmico, como suele ser un viaje completo, turbulencias incluidas…..Después de 20 minutos de purgación mental y sonora con el profeta venido del espacio, seguimos todavía dentro pero con unos ritmos más tranquilizadores donde se ensalzaba el poder de la comunicación saludándonos a través de décadas de ruido.

Cambuzat nos ponía nuevos samplers entre los ritmos Hendrixianos de Peron a la guitarra y las luces que brillaban espasmódicas, el escenario que era un campo de construcción sonora, se utilizó una hormigonera y se estuvo cortando madera con un hacha, los trozos de madera eran enviados al público que se los devolvían, este momento después del viaje anterior, fue muy emotivo pues mostraba la diversión del juego de construir y destruir que es la vida en el que todos somos niños creando nuevos prodigios…¡Da-Du-Da-Du!, decía Peron, ¡¡Kundalini Meditation!! fue otro de sus gritos de paz de este chamán con rayos x que se puso a arañar en un corcho gigante la palabra dadá sacando luego su peluda cabeza por la letra A para luego lanzar el corcho al público que fue saltando de unos a otros, en uno de los momentos finales del concierto se puso a tocar una trompetilla al lado de la mesa de sonido, sí, muy dadaísta y divertido pero también con un mensaje interior en el que se proponía la completa rebelión a lo establecido y un cambio espiritual de 360º. El dadaísmo pareció ser el gran Maestro de Ceremonias del Villamanuela, movimiento surgido en 1916 con unas consignas igual de válidas ahora y siempre. Y qué decir de Faust, pura magia del que vende su alma al diablo por un poco de conocimiento musical. ¡En el principio fue la acción! Dijo Goethe en su Fausto, pero la acción musical y de las esferas.

Death In Vegas | Foto: Sebensuí A. Sánchez
Death In Vegas | Foto: Sebensuí A. Sánchez

El siguiente concierto que asistí como reportero fue el de Death In Vegas, en el que sentí una pequeña desilusión al haberme creído a pie juntillas lo DIV “Live A/V”, se supone que presentaban su nuevo disco tras 5 años “Transmissions” con influencias de la cultura industrial inglesa y hasta donde aparece Sasha Grey, amante de la música extrema y también compositora en el disco, lo de DIV fue un concierto dedicado a la pista de baile donde la torre de teclados lateral se tocó someramente a partir de la tercera canción, y donde se reconocían corta y pegas de alguna de sus canciones de otros discos, eso sí, sonido exquisito y un manejo perfecto de la evolución del sonido para crear emociones y la gente se lo pasó estupendamente.

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Anna Meredith | Foto: Sebensuí A. Sánchez

El último concierto al que pude asistir, pues hubieron muchos simultáneos, fue el de Anna Meredith, que fue una maravillosa sorpresa, empezando por una introducción apabullante y milticolor con violonchelo, guitarra, teclados, batería, un sonido abigarrado y colorista que podía recordar al desparpajo ochentero de músicas inclasificables como las de Bow WoW WoW! O Pigbag, creativos, originales, virtuosos, y optimistas, a pesar de la camisa de uno de ellos que decía Team Loser, los 5 músicos compartían voces al unísono lo que hacía que te saliera adrenalina por las orejas, coros que iban subiendo, Meredith castigando unos timbales más el timbal del batería, gritos tribales ¡¡YEEEEEEE!!,  clarinetes, violonchelo, tuba y xilófono, que recordaban a la época más trepidante de Michael Nyman con Greenaway, audiovisuales con acuarelas detrás y canciones que terminaban con coros a 5 voces en las que te quedabas hipervitaminado y pletórico con esta nueva y fantástica otra música de la premiada compositora inglesa Anna Meredith que acaba de sacar su primer LP llamado “Vermints”.

Altísimo el listón que han dejado los organizadores del Villamanuela, donde estilos, épocas, y rescates arqueológicos del pasado sin caer en tópicos no puede más que ofrecer un abanico de sorpresas. Felicidades y hasta la próxima.

Sebensuí A. Sánchez

Sebensuí A. Sánchez

Khaös de Mago, poeta palabrista, filósofo imberbe, melómano colector desde que tenía 10 años. Ya daba patadas antes de salir a la luz, le contaba su madre, cuando en casa se ponía el “The Dark Side of The Moon”.