Crónica: Solo Astra + The HolyDrug Couple (Sala Siroco)

Sala Siroco, Madrid

23 de Marzo, 22:00 horas

Este pasado Miércoles Santo, tuvimos una buena pildorización de psicodelia, de esa que viene del cielo en forma de skygaze. En primer lugar tuvimos a los gran canarios, exceptuando el batería, Solo Astra, conocidos anteriormente como El Viejo Astra, que al fin estrenan su debut discográfico “Exofase”. La banda que ya lleva afincada en Madrid hace un tiempo empezaron con un mutante pop psicodélico con una sugerente voz subacuática que poco a poco iba emergiendo hasta la superficie. A día de hoy no conozco banda nacional parecida, suponemos que la insularidad les concede unos matices especiales, podían parecer una banda Argentina de los setenta tipo Pescado Rabioso, más que semejanzas a cualquier banda nacional.

Era llamativo que una banda de aspecto tan juvenil dominasen estilos de rock progresivo que en los revivals de hoy día no siempre salen bien. Voces con falsete, típicos de la época lisérgica del rock sinfónico, cambios crimsonianos entre lo melódico y lo volátil, con largos desarrollos y estructuras pop de beatles pasados por el rock ácido.

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Solo Astra en la Sala Siroco

Una de las cosas que piensas viendo a Solo Astra es lo buenos instrumentistas que son para lo jóvenes que parecen, elaboraban unos in crescendos trepidantes, sin imitar pero sí mimetizados los 70’s traían a la actualidad un sonido antiguo, bien hecho, imitar es de monos…

Sonando a música contemporánea independiente y sin recordarnos forzosamente en ningún momento a Sonic Youth o Pixies, la crítica musical ha avanzado mucho, en estas dos comparaciones se ha incluido a Nick Cave y Pj Harvey con los años. No les hacía ninguna falta a estos muchachos tirar de Wah-Wah Hendrixiano para mostrar influencias de épocas que han conseguido fusionar y volverlas atemporales, convirtiéndose en lo que siempre debieron ser, sólo música.

Sin duda, son una banda única del panorama nacional, pero no del extranjero como suele pasar, a finales de los 90 hubo en Alemania, país-cuna de la electrónica y el rock desde los 60, un grupo llamado Mina que aunaron como nadie la música de los 70 con el siglo XXI.  En España, en la época gloriosa de Pink Floyd también hubo un paralelo musical importante con Triana, a la psicodelia moderna de hoy con su base en el noise rock, también recuerdan a aquella gran banda que fueron Triana pero que tenían sus influencias en la música flamenca. Solo Astra utilizan voces más futuristas que aquella olvidada banda andaluza aunque también se siguen utilizando sintetizadores a día de hoy por mucho que cambien los tiempos. También sonaban genuinos los toques funk que daba el bajista con un sonido agudo que luego mutaban a un spacenoise rock. Grandísimos artistas que en 30 años podrían codearse en alguna galería de virtuosos. También rememorar otra banda más de los años sesenta – setenta que fueron Los Canarios con su disco “Ciclos” de 1974, banda donde militaba Teddy Bautista antes de convertirse en un ave rapaz de la SGAE.

Y el plato fuerte de la noche provenía de Chile, ellos eran The Holydrug Couple, un trío mágico, como las tres puntas que forman la pirámide del prestigioso sello que los ha fichado Sacred Bones en sus dos últimos discos. Sacred Bones, sello de Brooklyn, NY., guarda cierto afán en compilar a lo mejor y más oscuro de la música popular y la neopsicodelia, en este sello nos podemos encontrar a reyes del misterio dentro del séptimo arte como John Carpenter y David Lynch (reeditaron la banda sonora de Cabeza Borradora), a Zola Jesus, Moon Duo y a música industrial femenina que está llegando a un más amplio público, cosa inaudita siempre en este estilo, como es Pharmakon. Holydrug Couple, son también un grupo jovencito, no aparentan superar la treintena sus componentes, han estado de gira europea, lo que les hizo pasar por aquí, practicando un estilo que podríamos denominar skygaze, término que me parece más apropiado, pues no es música para mirarse los zapatos sino para mirar al cielo en todo su radiante y misterioso esplendor.

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La banda chilena The HolyDrug Couple en la Sala Siroco

Holydrug Couple, empezaron el concierto con una intro hipnótica, su vocalista llevaba una ristra de pedales con alguno de forma circular. Un shoegaze, perdón, skygaze, donde la voz no cobra un segundo plano con letras crípticas o surrealistas que funcionan como ornamento, HDC son creyentes férreos en el espacio y creyentes también del “Palo de los brujos” de su pueblo mapuche. “Space, I believe in space” cantaba Frank Black; el ensueño de dreampop de HDC no es letárgico sino animista, el directo estaba centrado en el último disco que sacaron hace menos de un año “Moonlust”.

De telón de fondo se proyectaban imágenes inconclusas que parecían sacadas de un VHS estropeado, con esas líneas borrosas y grises que había que estabilizar con el tracking, algunas imágenes eran instantáneas de su video “Dreamy”. Guitarra y sintes modulares, bajo y batería con mesa de pregrabaciones, fueron el equipo con que nos embelesaron con su música brumosa, los punteos eternales e inexistentes del dreampop creando nieblas que se entrecortaban. Música que invita a pasear en la nieva con un leve calor en la sangre, el batería tras su cortina de pelo no le hacía falta mirar sus movimientos y sí que hubieron punteos de guitarras, no todo es atonal en el skygaze, punteos que se hacían añicos que parecían no tener un principio o final.

Poprockedelia, en el mundo actual gracias al infinito universo de pedales, sintes modulares…la música como la de HDC se convierte en capas de células mutantes. El vocalista lanza un grito imperceptible como quien lanza auxilio en el negro cosmos, nadie escucha ¿? dentro del maremágnum. Los gatos de la calle San Dimas están dormidos con esta música o hacen el amor.

Además hubo algún solo de teclas, arropadas con bajo y batería, en una música que hubiera quedado fantástica en la banda sonora de Easy Rider cuando toman ácido en el cementerio o yendo en moto por el Desierto de Atacama. Uno de sus últimos temas tenía un suave ritmo de oleaje que tan bien dominaba Robin Guthrie. Arcoiris con capas de ozono multicolor.

Sebensuí A. Sánchez

Khaös de Mago, poeta palabrista, filósofo imberbe, melómano colector desde que tenía 10 años. Ya daba patadas antes de salir a la luz, le contaba su madre, cuando en casa se ponía el “The Dark Side of The Moon”.